Independientemente de quién se corone campeón de Europa el domingo, Lamine Yamal y Nico Williams han demostrado que son auténticos talentos.

Los delanteros españoles han infundido a todo desafortunado defensa que haya tenido la misión de contenerlos en la Eurocopa 2024. Pero su éxito también ha arrojado luz sobre la diáspora africana en Europa.

Nico Willams nació en Pamplona de padres ghaneses que emprendieron la agotadora travesía por el desierto del Sahara para buscarse una nueva vida en España. Nico es la estrella, junto con su hermano mayor, Iñaki, del Athletic de Bilbao en la Liga, donde juntos ayudaron a romper la sequía de trofeos del Bilbao al ganar la Copa del Rey, la temporada pasada.

Los padres de Lamine Yamal proceden de Guinea Ecuatorial y Marruecos. Cuesta creer que este chico esté a punto de cumplir 17 años. El jugador del Barcelona ya es el futbolista más joven de la historia en participar en la Eurocopa, y lo remató convirtiéndose en el goleador más joven de la historia, con un golazo que hundió a Francia en semifinales.

Los magos españoles

Por supuesto, el fútbol de España es mucho más que Yamal y Williams, pero su presencia sobre el terreno de juego ha sido electrizante. Antes del partido de la fase de grupos contra Italia, en Gelsenkirchen, seguidores del once español dijeron a DW que los dos jóvenes podían medirse con los mejores de Europa. "Yamal es un jugador muy joven con un futuro brillante", dijo efusivamente un aficionado español. "Nico Williams es un jugador de élite, el mejor extremo del mundo", según otro seguidor de la selección de España, que había viajado desde Canadá para asistir al partido.

Las imágenes que muestran a Yamal de bebé siendo bañado por el gran Lionel Messi en 2007 son tanto más significativas porque, mientras Yamal ilumina la Eurocopa, el argentino Messi disputa la final de la Copa América en el que, probablemente, sea su último partido internacional. Puede que el destino haya jugado un papel en ese encuentro temprano entre Messi y Yamal, y ahora incluso parece un pase de la pelota simbólico.

Jacob "Ghost" Mulee, exentrenador de la selección nacional de Kenia, los Harambee Stars, declaró a DW que el interés africano por el torneo está por las nubes. "Ahora mismo, con la Eurocopa 2024 que se está celebrando en Alemania, el interés es muy grande. La mayoría de las emisoras de radio lo retransmiten en directo. Todo el mundo está pegado al televisor durante la Eurocopa", afirmó.

Éxito de jugadores de origen inmigrante

Mientras que las jóvenes promesas han llevado a España a la final, el camino de Inglaterra ha sido mucho menos glamuroso. Sin embargo, están aquí por segunda vez consecutiva, con los Tres Leones, ansiosos por vengar su derrota en la tanda de penaltis contra Italia en 2021, y ninguno más ansioso que Bukayo Saka.

El delantero del Arsenal falló un penal en aquella tanda de la final de 2021, pero ha sido decisivo en la accidentada marcha de Inglaterra hasta la final de este año, marcando el gol clave del empate y anotando después un penal en la victoria en la tanda contra Suiza.

Los padres de Saka proceden de Nigeria, y el periodista deportivo nigeriano Ololade Adewuyi afirma que la fascinación de su país por Inglaterra y los clubes ingleses tiene mucho que ver con jugadores como Saka.

"Fíjese en los principales equipos de la Premier League de Nigeria: el Chelsea, el Manchester United y el Arsenal. Todos han tenido nigerianos jugando para ellos", declaró a DW.

Todo esto se produce en el contexto de un giro político hacia el populismo de derecha en algunos países europeos, con partidos que habitualmente sitúan las políticas antiinmigración en lo más alto de su agenda. La presencia y el éxito de jugadores de origen inmigrante en la Eurocopa ha sacado a la luz debates incómodos sobre el racismo y la xenofobia.

"También hay que ver el impacto de esas comunidades. Son tan pequeñas en comparación con el resto de la población, pero su impacto en el deporte es tan importante", señaló Adewuyi.

(gg/cp)