Árboles e historia
20 de junio de 2009Al igual que los parques de otras grandes ciudades del mundo, como el Central Park de Nueva York o el Hyde Park de Londres, el Tiergarten de Berlín es de gran importancia para quien vive en la metrópoli alemana.
En él se puede practicar la caminata o el jogging, andar en bicicleta, hacer un asado o practicar el canotaje. Por supuesto, otra posibilidad es simplemente reposar sobre la grama y relajarse. Para los berlineses contemporáneos resulta difícil imaginarse la vida en la capital alemana sin ese pulmón verde que fue tan relevante también para sus antepasados.
El Tiergarten existe hace unos 500 años, pero hace un siglo y medio fue abierto como parque público. El nombre significa “jardín de los animales”, lo cual no necesariamente equivale a un zoológico. La denominación tiene su origen en el siglo XVI, época en la cual la realeza de Brandeburgo usaba ese espacio para practicar la caza.
El imperio de los árboles
Las 210 hectáreas de extensión del Tiergarten están atravesadas por vías de tráfico. Sin embargo, la presencia de los árboles le garantiza el título de pulmón verde. Jürgen Goette, inspector del parque, señala que “La mayoría de los árboles que tenemos son de especies nativas, com hayas y robles. Pero también tenemos especies menos comunes; por ejemplo, la azalea y el ginkgo biloba”.
El ejemplar más antiguo es precisamente un roble. Tiene una edad de 350 años y 30 metros de altura. El diámetro de su tronco es de 360 centímetros. “Es un gigante que sobrevivió a las dos guerras mundiales y hoy está en perfectas óptimas condiciones”, dice Goette.
Klaus von Grosigk, de la secretaría del Patrimonio Histórico Berlinés, afirma que “miles de árboles sucumbieron durante las dos conflagraciones y sus bombardeos. Hacia 1950, cuando escaseaba la comida en la época de la posguerra, el Tiergarten fue usado para plantíos de hortalizas comunitarias”.
Uin sitio con historia
El parque también ha sido a lo largo de su historia sede de acontecimientos políticos y culturales. Sus estatuas así lo demuestran: las hay de Johann Wolfgang von Goethe, del compositor Richard Wagner, del político Karl Liebknecht y del rey de Prusia Federico Guillermo III. “Aquí las personas se podían organizar y discutir asuntos políticos en público”, señala Grosigk.
En años recientes, el Tiergarten ha sido sede de fiestas multitudinarias como el festival de música electrónica Love Parade o la celebración de los fanáticos alemanes tras la Copa del Mundo 2006.
Todos estos eventos dejan sus huellas en el parque, y la ciudad apenas puede emplear a 20 servidores públicos para que se ocupen de limpiar cada rincón. A veces ellos reciben ayuda de personas desempleadas a las cuales se les paga un salario simbólico por limpiar la basura, o de reos que con esa labor social reducen sus condenas.
No por último, el Tiergarten funge como regulador del clima: funciona como un pequeño aire acondicionado para toda la ciudad de Berlín. En sus parajes se registran temperaturas uno o dos grados centígrados menores que en el resto de la capital alemana.
Autora: Maria Adamosvska
Editor: Pablo Kummetz