La independencia de Cataluña no es cuestión decidida. Sin embargo, muchas empresas han comenzado ya a trasladar sus sedes fuera de la comunidad autónoma. ¿Una decisión precipitada? Para nada, dice experto a DW.
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El "brexit" es algo ya decidido y en proceso de implementación. No así una eventual independencia de Cataluña. ¿Por qué tantas empresas con sede en Cataluña han comenzado ya a trasladar su sede fuera de la región? El Dr. Klaus Schrader, vicedirector del Centro de Política Económica del Instituto de Economía Mundial de Kiel, Alemania, dice a DW que "el problema actual es esencialmente la sensación de no saber qué va a pasar, que no se sabe cuáles van a ser las reglas de juego en Cataluña en los próximos tiempos".
Por eso, sobre todo los grandes grupos económicos tratan de trasladar su sede legal y, por lo tanto, también fiscal, fuera de Cataluña. Los motivos son diversos. "A los bancos, por ejemplo, Caixa o Sabadell, les preocupa no recibir, en caso de una independencia de Cataluña, más refinanciación a través del sistema de la eurozona", explica Schrader. Porque eso significaría, en definitiva, la salida de Cataluña del Mercado Común Europeo y del sistema del euro. "Por eso, los bancos quieren trasladar a tiempo la sede fuera de Cataluña, para poder permanecer dentro del sistema del euro".
Planes de emergencia de larga data
No obstante, a primera vista, da la impresión de que el sector empresarial ha querido presionar a la Generalitat para que no declarara la independencia. Para Schrader, sin embargo, los planes son de larga data: "Desde 2016 se constata una creciente inseguridad en Cataluña. Y ya desde 2016 las empresas invierten menos en Cataluña y reflexionan hacia dónde trasladar sus sedes” en caso de una situación como la que se está dando ahora."
Y agrega: "Hace tiempo que las empresas se estaban preparando para una situación como la que se está experimentando. Se trata de planes de emergencia pensados hace tiempo que ahora se están simplemente implementando. No es nada espontáneo."
Otras empresas, que producen bienes físicos u ofrecen servicios, temen, por su parte, no tener más acceso al Mercado Común Europeo. "Por eso también trasladan su sede fuera de Cataluña. Cataluña tiene una economía muy interdependiente. Es decir, la división de trabajo dentro y fuera de Cataluña es grande, con otras regiones de España, pero también con muchos otros países de la Unión Europea. Las empresas tratan de que esas interdependencias, en lo posible, no sean destruidas", subraya el experto.
Derechos de sociedad e impositivo
En el fondo se trata, entonces, de que la sede legal de la empresa se halle en un país de la UE y de que las condiciones marco impositivas sigan siendo las mismas, es decir, "que continúen rigiendo el derecho de sociedades y el derecho impositivo español".
Para Schrader, "con el traslado de la sede legal, las empresas se aseguran que también la sede fiscal siga respondiendo a los actuales parámetros". Por ahora, no se trata de trasladar plantas o fábricas: "lo importante para las empresas es tener su sede legal y, por lo tanto, fiscal, fuera de Cataluña".
Por otro lado, temido por las empresas internacionales, es, sin embargo, que, en caso de una independencia de Cataluña, dejaran de tener vigencia no solo el derecho de la Unión Europea, sino también el libre acceso al Mercado Común Europeo.
Empresas integradas en redes internacionales
"Eso es de importancia decisiva para empresas que producen bienes físicos, es decir, para empresas industriales. Aproximadamente un cuarto de los puestos de trabajo industriales de España se halla en Cataluña. Esas empresas están integradas en redes internacionales con una división del trabajo dentro de la Unión Europea. Para esas empresas sería una catástrofe que comenzaran a elevarse de pronto barreras arancelarias que cuestionaran esas complicadas redes de producción", explica Schrader.
La libre circulación de bienes es una condición indispensable para poder seguir produciendo en Cataluña, "y si eso no sigue estando asegurado, las empresas están obligadas a reaccionar y modificar sus estrategias de inversión".
Si Cataluña, a través de la independencia, se colocara a sí misma fuera de la UE –como lo acaba de confirmar la Comisión de la UE– no puede esperar volver a ser rápidamente miembro de la UE. "Además, todas las ayudas institucionales de la UE a Cataluña quedarían inmediatamente sin efecto: los sistemas de transferencias, de fomento, de programas regionales y muchos más", concluye el experto.
Origen histórico del independentismo en Cataluña
Ante la escalada de tensión en torno al movimiento independentista de Cataluña, repasamos los momentos históricos de esta comunidad autónoma española en los que ha contado con distintos grados de autonomía.
Imagen: Reuters/A.Gea
Cataluña: concentración de población
Cataluña es la segunda comunidad autónoma más poblada de las 17 comunidades autonónomas de España. Situada en el nordeste de la península Ibérica, tiene una población de más de 7 millones y medio de habitantes que viven en las cuatro provincias que la componen: Barcelona, Girona, Lérida y Tarragona. La ciudad de Barcelona, y su área metropolitana, aglutina a dos tercios de la población catalana.
Pasado colonial diverso
Cataluña vivió la colonización de los pueblos fenicio, etrusco y griego. Los griegos se establecieron en Rosas y también en Ampurias (foto), que tuvo una gran influencia en el territorio hasta la llegada de los romanos. Estos levantaron infraestructuras y ciudades, tal como hoy las entendemos. Fue una posesión del Imperio hasta que pasó a manos de los visigodos.
Imagen: Caos30
Condados catalanes, dominio independiente
Cataluña fue conquistada por los musulmanes que fueron expulsados con el apoyo de Carlomagno. Los llamados condados catalanes se convirtieron, con el tiempo, en un dominio independiente y se confederaron en 1137 con la Corona de Aragón, a raíz de una unión dinástica entre Aragón y Cataluña. En el siglo XIII y principios del XIV la Corona se expande con las conquistas de Mallorca (foto) y Valencia.
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Conservando autonomía hasta la Sucesión
En el siglo XIII surgen instituciones como la Diputación del General (Generalitat de Cataluña), las Cortes Generales y administraciones locales, como el Consejo de Ciento de Barcelona. La Corona de Aragón se unió a la Corona de Castilla en 1476, pero conservó sus instituciones autónomas de gobierno hasta el final de la Guerra de Sucesión Española (1714), posterior a la de los Segadores (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Cada 'Diada' se celebra una derrota
Con la caída de Barcelona, el 11 de septiembre de 1714, el rey Felipe rey promulgó el Decreto de Nueva Planta y se abolieron los privilegios nobiliarios, los fueros locales y las instituciones de autogobierno que eran respetadas por la Casa Austria en todos los reinos declarados austracistas. Cada 11 de septiembre (foto) se recuerda la abolición de las instituciones y libertades civiles catalanas.
Imagen: Getty Images/AFP/L. Gene
Falta de apoyo a la figura monárquica
El Sexenio Revolucionario trajo el fin del reinado de Isabel II de España y la restauración de la dinastía borbónica en 1875. Con la redacción de la Constitución de 1869 surgió el problema de en qué figura debía recaer la monarquía española. Amadeo de Saboya fue elegido como Monarca constitucional en 1871. Lo fue hasta el 1873, al abdicar por falta de apoyo y la tercera guerra carlista (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Un federalista al frente de la Primera República Española
Tras la abdicación de Amadeo I, el 10 de febrero de 1873, se proclamó la Primera República Española que apenas duró un año. El republicanismo estaba dividido entre aquellos que querían una República unitaria (con un único gobierno para todo el país) y una federal (en la que los estados autónomos se ponen de acuerdo para crear un Estado de rango superior) como Francisco Pi y Margall (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Intento de creación de un Estado Catalán
La República tuvo que hacer frente a dificultades como las confrontaciones entre los republicanos unitarios y los federalistas, así como el intento de Cataluña de crear un Estado Catalán dentro de la República Federal Española. El pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 restableció la Monarquía Española y la dinastía borbónica con el hijo de Isabel II, el rey Alfonso XII de España (foto).
Imagen: picture-alliance/Quagga Illustrations
El catalanismo republicano en lucha
Entre 1923 y 1930, la dictadura del General Primo de Rivera se instauró en España, con el apoyo del rey Alfonso XIII, el Ejército, de la burguesía, los terratenientes y la Iglesia. No obstante, Cataluña se convirtió en uno de los focos más activos de oposición a la dictadura con el crecimiento del catalanismo republicano cuyo líder, Francesc Macià, (foto), fue el luchador más comprometido.
Guerra Civil, consecuencia de poner fin a la Segunda República
En la Segunda República, diputados catalanes elaboraron el Estatuto de Núria que fue aprobado en las Cortes Españolas en 1932. Ese año, Macià fue ratificado como presidente en las elecciones al Parlamento de Cataluña. Luego fue sucedido por Lluís Companys en el cargo hasta el final de la Guerra Civil (1936-1939) que se produjo tras el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno de la II República.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Pérdida de libertades
El franquismo (1939-1975) supuso en Cataluña la anulación de las libertades democráticas, la prohibición y persecución de los partidos políticos no afines al régimen, la supresión del Estatuto de Autonomía (que ya había sido suspendido por el Gobierno de España entre octubre de 1934 y febrero de 1936) y sus instituciones derivadas y la persecución de la lengua y la cultura catalanas.
Imagen: picture alliance/AP Photo
Recuperando autonomía con un nuevo estatuto
Después de las primeras elecciones generales tras el término de la dictadura, en 1977, se restauró provisionalmente la Generalitat con José Tarradellas al frente. Este formó un gobierno de concentración (1977-1980) con doce consejeros para redactar el estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 y convocó elecciones al Parlamento de Cataluña (foto) donde fueron elegidos los primeros 135 diputados.
El nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, que define a Cataluña como nacionalidad y reconoce el catalán como lengua propia, era superior al de 1932 en aspectos como enseñanza y cultura, pero inferior en otros, como justicia, finanzas y orden público. Tras su promulgación, se celebraron las primeras elecciones catalanas en 1980. Jordi Pujol estuvo al frente de la Generalitat hasta el 2003.
Imagen: Jose Gayarre
El auge de una reivindicación
El independentismo creció en los últimos años debido a los recortes del Tribunal Constitucional al nuevo Estatuto aprobado en 2006 y que establece una nueva
relación prácticamente federal con España, y al rechazo del gobierno de Mariano Rajoy al pacto fiscal, la promesa electoral de Artur Mas, que pretendía acabar con el déficit fiscal que sufre Cataluña con un sistema similar al concierto vasco.
Imagen: Reuters/A.Gea
Primer intento: 9N
Las manifestaciones multitudinarias a favor de la independencia siguieron creciendo en 2013 y 2014 y forzaron a Artur Mas, que firmó un acuerdo de gobernabilidad con ERC, formación política que quedó segunda en escaños por primera vez en la historia posfranquista, a convocar una consulta sobre la independencia en el 2014. La votación se llevó a cabo finalmente el 9 de noviembre de 2014.
Imagen: Reuters/G. Nacarino
Duelo de titanes
En enero de 2016, a raíz del acuerdo entre Juntos por el Sí (formado por Convergencia Democratica de Cataluña y Esquerra Republicana de Cataluña, entre otros) y la CUP, Mas fue sustituido por Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat. Puigdemont ha continuado el proceso independentista convocando un nuevo referéndum para el domingo 1 de octubre, rechazado por el gobierno de Rajoy.