Última residencia de Benedicto XVI volverá a ser convento
13 de noviembre de 2023
Seis monjas de la Orden Benedictina de Argentina habitarán la casa Mater Ecclesiae situada en los Jardines Vaticanos, para formar una comunidad monástica, según dispuso el papa Francisco.
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El monasterio Mater Ecclesiae, la residencia de Benedicto XVI desde su renuncia hasta su muerte en diciembre de 2022, volverá a ser dedicado a la vida contemplativa y habitado por monjas benedictinas llegadas de Argentina. Por orden del Papa Francisco, el edificio volverá a ser utilizado para su "fines originales", anunció el Vaticano el lunes (13.11.2023).
El papa Francisco ha dispuesto que este monasterio, construido en los Jardines Vaticanos en 1992 por Juan Pablo II, "retome su finalidad original", informó la Santa Sede en un comunicado.
El edificio será utilizado por órdenes contemplativas para que "sostengan al Santo Padre en su cotidiana solicitud por toda la Iglesia, por medio del ministerio de la oración, de la adoración, de la alabanza y de la reparación, siendo así presencia orante en el silencio y en la soledad", se lee en la nota.
Monjas formarán una comunidad monástica
Para ello, Francisco ha convocado a las monjas de la Orden Benedictina de la abadía de Santa Escolástica en Victoria, en la provincia de Buenos Aires, y estas "generosamente han aceptado la invitación".
Se trata de seis monjas que formarán una comunidad monástica y empezarán a habitar este monasterio en los primeros días de enero del 2024.
El pontífice argentino ha dispuesto que la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano sea la responsable del edificio.
El predecesor alemán de Francisco, cuyo nombre de nacimiento era Joseph Ratzinger, pasó allí su jubilación tras su inesperada dimisión al papado en 2013 hasta su muerte el 31 de diciembre de 2022 con 95 años.
jc (efe, dpa)
Un último adiós a Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro
Decenas de miles de personas buscaban ver el cuerpo de Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro de Roma y hacerse una foto. El corresponsal de DW Bernd Riegert se unió a la cola.
Imagen: Bernd Riegert/DW
Largas filas
Las aglomeraciones en Roma son moderadas, no mucho mayores que en los días de mayor afluencia turística. La espera en la Plaza de San Pedro tras el control de seguridad es de unos 30 minutos.
Imagen: Bernd Riegert/DW
Impresionante belleza arquitectónica
En la bella nave de la Basílica de San Pedro, los visitantes hacen cola durante otros 15 minutos. Por fin es hora de contemplar a fondo las numerosas estatuas, adornos de oro y decoraciones de mármol.
Imagen: Bernd Riegert/DW
Bajo baldaquino de Bernini
Delante del altar mayor, Benedicto XVI yacía tendido bajo el baldaquino de Bernini hasta este miércoles. Haz una foto rápidamente. Apenas hay tiempo para una verdadera pausa. Sólo los invitados de honor de la izquierda y la derecha tienen tiempo para rezar.
Imagen: Bernd Riegert/DW
Almohadas y vigilia de la Guardia Suiza
Benedicto XVI, nacido Joseph Ratzinger en Alemania, fue recostado sobre almohadas. Sólo será colocado en un sarcófago más tarde. La Guardia Suiza vigila los restos con atuendo litúrgico. Una imagen inquietante para algunos, triste para otros.
Imagen: Bernd Riegert/DW
Un simple rosario
Un simple rosario, un último pensamiento, una pequeña oración, una persinada. Benedicto XIV (fotografiado aquí en el monasterio Mater Ecclesiae el día de Año Nuevo).
Imagen: Bernd Riegert/DW
Decenas de miles de sillas
Las hileras grises de sillas no son una instalación artística, sino que esperan a miles de invitados el jueves. Hay sitio para unos 23.000. Otros 40.000 pueden aguantar. Benedicto XVI deseaba una celebración modesta. Para los estándares papales, lo será. Al funeral de Juan Pablo II en 2005 asistieron un millón de personas.
Imagen: Bernd Riegert/DW
Un recuerdo del "maestro de la fe"
La tienda de recuerdos del Vaticano vende recuerdos del difunto Papa. La tienda está llena.