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Europa y el 11-S

5 de septiembre de 2011

A diez años del 11-S, Europa ha aprendido la lección, según coordinador de la unidad antiterrorista de la Unión Europea UE Gilles de Kerchove. No obstante, la amenaza, lejos de desaparecer, se ha diversificado.

Gilles de Kerchove, coordinador de la unidad antiterrorista de la UE.Imagen: picture-alliance / dpa

A seis días del aniversario de uno de los días más negros de la historia de los Estados Unidos, las sombras del atentado del 11-S siguen todavía hoy sin desaparecer. El miedo a un ataque similar sigue cerniéndose sobre el gigante norteamericano… Y también sobre Europa, donde el terrorismo islamista también ha asomado su horrenda cara en más de una sangrienta ocasión.

“Nuestros servicios están especialmente alerta, en primer lugar, a causa de la muerte de Osama Bin Laden, y en segundo lugar, por el aniversario de los diez años. Creo que estamos preparados para ello”, aseguró hoy el coordinador de la unidad antiterrorista de la Unión Europea Gilles de Kerchove en una rueda de prensa.

Un mes negro

“El aniversario del 11-S es un evento importante para el mundo, y en concreto para Europa. Nosotros ya habíamos experimentado el terrorismo antes en algunos de nuestros países miembros.” De Kerchove puso como ejemplo la tragedia que se vivió en la ciudad alemana de Múnich en 1972 durante la XX edición de los Juegos Olímpicos de verano. El cinco de septiembre de aquel año, un comando de terroristas palestinos con el nombre de “Septiembre Negro” tomó como rehenes a once de los veinte participantes del equipo olímpico de Israel. El suceso acabó con la vida de los once atletas, cinco terroristas y un policía alemán.

“El 11-S supuso un gran impacto en la mejora de la seguridad que la UE puede ofrecer a sus ciudadanos.” (Gilles de Kerchove)Imagen: AP

“No descubrimos el terrorismo aquel 11 de septiembre”, agregó de Kerchove con tristeza, “pero la escala y la importancia de aquel atentado contra nuestros valores, la amenaza que supuso contra la Unión, hizo que definiéramos una respuesta de la UE ante tal peligro”. Gilles de Kerchove afirma que en estos diez años Europa ha aprendido de la masacre y ha mejorado mucho en temas como la cooperación entre estados miembros a la hora de intercambiar de información, inteligencia, y trabajar conjuntamente en investigaciones criminales. “El 11-S supuso un gran impacto en la mejora de la seguridad que la UE puede ofrecer a sus ciudadanos.”

Asimismo, el coordinador de la unidad antiterrorista de la UE afirma que se han dado grandes progresos en la seguridad aérea y marítima, aunque se debe trabajar más a fondo en los sistema de transporte público urbano, como el metro o el tren. “Si miramos al más reciente ataque en Rusia, por ejemplo, se demuestra que sigue siendo un objetivo para los terroristas.”

Prevención, protección, represión, reacción

La estrategia antiterrorista adoptada por la UE oficialmente en 2005 está basada en cuatro pilares: prevención (tratar de evitar que la gente se simpatice con ideologías radicales), protección de fronteras e infraestructura, represión a manos de un cuerpo de policías y una justicia a nivel europeo, y reacción ante un posible caso de atentado. “Siendo sinceros, probablemente hemos hecho más desde el lado de la represión, realizando arrestos y creando cuerpos como la Europol o Eurojust, y desde el lado de la protección, promoviendo la investigación de la seguridad y reafirmando el control de fronteras”, admite de Kerchove, “mientras que debemos centrarnos también en la prevención de la radicalización de la gente y en la respuesta ante una crisis.”

A pesar de la muerte de Osama Bin Laden, los comandos de seguridad siguen alerta en Europa.Imagen: dapd

Asimismo, otro foco en el que la UE trabaja actualmente, según de Kerchove, es la investigación de las llamadas “causas raíz”: los motivos de transfondo que pueden llevar a una persona a afiliarse al terrorismo organizado. Por ejemplo, la discriminación: “Seamos sinceros: los musulmanes siguen estando discriminados en algunos aspectos. Debemos trabajar para que las religiones puedan coexistir de forma pacífica y la tolerancia se desarrolle en Europa”, afirma Gilles de Kerchove.

“Debemos tener en cuenta las grandes esperanzas expresadas por el mundo árabe el los últimos tiempos”, añadió. “La primavera árabe es la mejor señal de que las ideologías de Al Qaeda ya no tienen ningún apoyo en el mundo musulmán. En las muchas manifestaciones pacíficas de gente que quería un estado democrático, más respetuoso con los Derechos Humanos, nunca se hizo mención alguna a la Yihad o a Al Qaeda. Por ello debemos apoyar sus esfuerzos.”

Amenaza diversificada

Desgraciadamente, ante la pregunta más importante, el portavoz de la unidad antiterrorista de la UE no puede dar una respuesta definitiva: la amenaza sigue viva, aunque de forma diferente a la situación que se daba hace diez años: “Entonces nos enfrentábamos a un grupo muy bien organizado, con un comandante en cabeza, capaz de organizar ataques muy sofisticados, como el del 11-S. Estos días, la amenaza está más diversificada y es más compleja. Todavía existe una autoridad máxima de Al Qaeda en algún lugar del área tribal de Pakistán, pero hay otros focos, como Al Qaeda en la península árabe, o en la parte musulmana de Magreb”.

“Además”, agregó, “tenemos nuevas tendencias: ciudadanos europeos que viajan al extranjero por la Yihad que regresan a Europa para organizar un ataque, o ‘lobos solitarios': gente que vive en Europa y se radicaliza leyendo información en Internet, y que decide llevar a cabo ataques por su cuenta. Para luchar contra todas estas amenazas, debemos hacer uso de todas nuestras mejores herramientas.”

Autora: Lydia Aranda Barandiain
Editor: Enrique López

 

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