El 12 de mayo de 2021 cumpliría 100 años Joseph Beuys, un artista controvertido sobre el que los historiadores del arte siguen sin ponerse de acuerdo. Un retrato.
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Hay pocos artistas alemanes tan conocidos como Joseph Beuys, incluso 35 años después de su muerte. El 12 de mayo de 2021 se conmemoran 100 años de su nacimiento y muchos museos de su país natal lo celebran. Pero ¿quién era este extraño alemán, cuyos signos distintivos eran un chaleco de pescador y un sombrero, al que le gustaba trabajar con fieltro y grasa y que deseaba abolir el capitalismo y sanar al mundo con arte? ¿Por qué sigue dividiendo hasta hoy al mundo del arte? Hay pocos artistas que hayan acumulado tantas etiquetas como él: mago de la grasa y el fieltro, crítico de la sociedad, activista por la democracia y el medioambiente, carismático, comprometido con el mundo, profesor de arte, cofundador de Los Verdes, chamán, estrella mediática… La lista podría continuar.
Nada de todo eso es falso, pero ninguna de esas etiquetas describe por completo a Beuys. ¿Quién era realmente? "Beuys trató de rescatar el arte de su pedestal elitista por medio de la 'plástica social' y trasladarlo a la realidad de la vida de la gente", dice Bettina Paust, antigua directora del Museo Beuys de Baja Renania y coeditora de un libro sobre Beuys de reciente publicación.
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Beuys y la "plástica social"
La "plástica social" fue el concepto central del universo artístico de Beuys. Su lema "cada persona es artista" quería decir que todos, como seres sociales, tienen la capacidad creativa para transformarse a sí mismos y al mundo. Con su arte, con sus acciones, con sus discursos, Beuys planteaba las siguientes preguntas: ¿Qué es democracia? ¿Es el capitalismo el fin? ¿Cómo sirve el arte a la sociedad? Joseph Beuys no entendía por arte obras aisladas que uno cuelga en el salón o en el museo, sino acontecimientos, conversaciones y procesos de pensamiento que hay que impulsar mediante acciones, para que desplieguen su propia dinámica.
La obra de Joseph Beuys en Kleve
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También por eso, Beuys aceptó a 100 alumnos en su clase de arte, en la Academia de Düsseldorf en la que él mismo provocó su propio despido. "Lo más importante de su legado no se ha cumplido", escribió en el diario Neue Zürcher Zeitung el historiador del arte Christian Saehrendt. "No se ha producido una profunda democratización de la sociedad".
Grasa y fieltro como materiales autobiográficos
Los esfuerzos artísticos de Beuys tuvieron lugar en el marco del Zeitgeist de la posguerra, un momento impregnado por la política socioliberal y el auge económico. Beuys dibujó y realizó, sobre todo con grasa y fieltro, objetos masivos, esculturas e instalaciones. Y dio expresión por medio de sus acciones artísticas y happenings a sus ideas democráticas y de transformación de la sociedad. Una de las más espectaculares tuvo lugar en 1982, en el festival de arte "documenta 7", cuando plantó 7.000 robles en la ciudad de Kassel con el fin de reivindicar ciudades verdes.
Beuys explicaba con mitos biógraficos su arte y el uso de grasa y fieltro como materiales. Divulgó la leyenda de que, siendo piloto de la Wehrmacht, el entonces Ejército alemán, su avión cayó sobre Crimea y fue salvado por tártaros. "Frotaron mi cuerpo con grasa para que entrara en calor y me envolvieron en fieltro, porque el fieltro conserva el calor". Su galerista, René Block, lo lanzó a la fama en Estados Unidos y a nivel internacional en 1974 con la instalación "La manada". En 1979, el Guggenheim de Nueva York le dedicó una monumental retrospectiva y lo celebró como el artista alemán "más significativo de la posguerra en Europa". Los precios de sus obras alcanzaron cifras astronómicas y hoy sus obras pueden admirarse en colecciones privadas y museos de todo el mundo.(ms/ers)
60 años de la exposición de arte universal “documenta”
La “documenta” está de aniversario y sus huellas se notan en la ciudad de Kassel: los 7.000 robles sembrados por Beuys en 1982, o más de un “Man walking to the sky” en las plazas de la ciudad, por ejemplo.
Imagen: picture-alliance/dpa/U. Zucchi
Intervención artística
La “documenta” apostó por el inicio por la provocación. Formatos desacostumbrados, irritaciones, provocaciones al pensamiento, son parte del concepto. Así, el francés Piere Hughes dejaba simplemente deambular a su perro, “Humano” por el Parque de Kassel. Un trabajo evidentemente agotador al servicio del arte…
Imagen: DW
Arte paisajístico
Los artistas utilizan todos los espacios disponibles en la ciudad. Especialmente para este punto de observación, el grupo Haus-Rucker-Co. Construyó en 1977 este gigantesco marco de acero. Imaginario diseño de interiores como escultura, uno de los objetos fotográficos preferidos de visitantes de todo el mundo.
Imagen: Imago
Vuelta a la abstracción
La estrella de la primera “documenta”, en 1955, fue Henry Moore. Tras años de aislamiento nacionalsocialista, el escultor británico era prácticamente desconocido para los alemanes. Theodor Heuss (der.), el primer presidente federal de la posguerra, contempla asombrado sus abstractas figuras de bronce.
Imagen: Ullstein AKG
Pop art americano
1968 marca una ruptura en la historia de la “documenta”. Salvajes performances, las orgías de sangre del Nitsch, el aire empaquetado de Christo y sobre todo el pop art norteamericano escandalizan a la provinciana ciudad de Kassel. El ícono del arte pop Andy Warhol (foto) está presente con sus series gráficas ("Marilyn"): la banal cotidianidad como arte es algo nuevo.
Imagen: picture alliance/AP Images
Hiperrealismo
La quinta “documenta”, en 1972, se considera una de las más innovadoras del mundo. Pero se adelanta a su tiempo, y es recibida como un escándalo: muy cara, con un arte demasiado incomprensible. Llueven las críticas a la curaduría de Harald Szeemann, que trae a Kassel a fotorrealistas como Chuck Close o escultores hiperrealistas como Duane Hanson (foto).
Imagen: picture-alliance/dpa/empics/L. Hurley
Kilómetro vertical
El estadounidense Walter de Maria, que ya había escandalizado en 1972, genera verdaderas protestas en la sexta “documenta”. El mensaje de su "Kilómetro vertical", es difícil de transmitir.
Imagen: picture-alliance/dpa/U. Zucchi
7000 robles alemanes
En 1977, Joseph Beuys llega con su "plástica social", con su conocida "Bomba de miel". Su arte es muy político y genera encendidos debates. Furor internacional cuasa,Beuys sobre todo en 1982, con su instalación de "7.000 robles". Junto a cada árbol, una columna de basalto.
Imagen: picture-alliance/akg-images/N. Stauss
Asalto al cielo
"Man walking to the Sky", así tituló Jonathan Borofsky su trabajo para la novena “documenta”. En 1992 fue elegido como el símbolo más popular de la exposición a través del tiempo. La ciudad pudo quedarse con las esculturas gracias a donaciones y generosos patrocinadores.
Imagen: picture-alliance/dpa/U. Zucchi
1001 chinos
Desacostumbrado y poético: el artista chino Ai Weiwei trajo a más de mil chinos a la décimo segunda “documenta”, en 2007. La ciudad les sirve de de sala de estar y habitación de reposo, irritando a los habitantes… ¿Es esto arte?
Imagen: AP
Arte globalizado
La décimotercera “documenta” es puro récord. Casi 300 artistas de diversos países esteeuropeos, América Latina, Asia y África, acuden invitados por la curadora Carolyn Christov-Bakariev en 2012. La globalización del arte es también tema del dúo de artistas conformado por Julieta Aranda (Mexico) y Anton Vidokle (Rusia).
Imagen: Nils Klinger
Lo que queda...
Cada cinco años, un público variopinto invade Kassel. Más de 830.000 visitantes asisten a la última edición. Los habitantes de la ciudad disfrutan sobre todo las esculturas que se quedan para siempre, después de que el torrente de extraños se marcha, como esta "Idee di Pietra" de Guiseppe Penone.