100 años del Tratado de Trianón, el trauma nacional húngaro
4 de junio de 2020
Hungría perdió hace 100 años gran parte de su territorio, un hecho traumático cuyas consecuencias se perciben hasta hoy. La polémica sobre un nuevo monumento conmemorativo es buen reflejo de ello.
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A principios de mayo de 2020, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, provocó un escándalo de repercusión internacional con una publicación en Facebook. Con motivo de las exámenes finales de la asignatura de Historia de los alumnos de secundaria superior, Orbán publicó un mapa de la Gran Hungría. Los países vecinos reaccionaron con indignación. Rumania contraatacó declarando el día 4 de junio como feriado nacional. Ese fue el día en que Hungría perdió dos tercios de su territorio hace cien años. Con el Tratado de Trianón, las potencias vencedoras de la Primera Guerra Mundial trazaron las nuevas fronteras de la región. La Gran Hungría, como parte perdedora del conflicto bélico, se vio obligada a ceder grandes partes de su territorio a países vecinos, Rumania entre otros. De la noche a la mañana, millones de húngaros se encontraron en el extranjero. "Para la población, el Tratado fue un choque sin precedentes, la gran catástrofe inicial", dice a DW el historiador húngaro Krisztián Ungváry. Es un trauma cuya onda expansiva aún es perceptible, pues, según Ungváry, hasta el día de hoy, las minorías húngaras de los países vecinos son discriminadas.
Polémica sobre el monumento de Trianón
La polémica alrededor del nuevo "Monumento de la unidad nacional" en Budapest refleja lo sensible que es el tema del Tratado de Trianón cien años después de su firma. Situado en un lugar destacado, conduce a los visitantes por una larga rampa directamente hasta la plaza del Parlamento. En las paredes laterales, aparecen grabados todos los lugares que pertenecían a Hungría en 1913.
El monumento se inaugura el 4 de junio de 2020, con motivo del centenario del trauma de Trianón. Ha costado, según los medios húngaros, 14,5 millones de euros. Debido a la pandemia de coronavirus, la inauguración no es pública. Una placa refuerza el significado del monumento con una frase inscrita que conjura el sentimiento nacional húngaro más allá de los límites actuales: "Fuimos parte de un todo común, seguimos estando juntos. Nuestra fuerza, aunque debilitada, no fenecerá".
Las voces críticas ven en todo ello una nueva provocación y un simbolismo nacionalista exagerado por parte del Gobierno de Orbán. A Krisztián Ungváry, el monumento conmemorativo de Trianón le parece "legítimo". En cambio, considera problemático que todos los lugares aparezcan grabados con sus nombres en húngaro, porque eso oculta que solo la mitad de la Gran Hungría estaba ocupada por húngaros. "En ciudades como Zagreb, apenas vivían húngaros", dice Ungváry, quien opina que eso es algo que debe estar en un lugar visible para no confundir al visitante.
Ambivalente relación histórica
El debate sobre el nuevo monumento refleja la ambivalente relación histórica con el Tratado de Trianón. En el período de entreguerras, Hungría estaba de acuerdo en que debía revisarse la "paz impuesta". Con la alianza con la Alemania de Hitler, Hungría recobró parte de las regiones perdidas, pero poco después tuvo que volver a cederlas, ya que en la Segunda Guerra Mundial se encontró de nuevo en el lado de los perdedores. Con la llegada al poder de los comunistas, Trianón se convirtió en un tema tabú, ya que las autoridades no querían hablar de pretensiones territoriales con países socialistas hermanos.
"Entonces se decía que el socialismo solucionaba todos los conflictos nacionales, algo que, por supuesto, no ha hecho", explica el historiador Ungváry. Desde la caída de la Cortina de Hierro el tema está cada vez más presente: los nacionalistas y radicales de derecha han hecho de la solidaridad con los húngaros en el extranjero piedra angular de su política. Es cierto que ningún político pide en serio una reconstitución de la Gran Hungría, pero Viktor Orbán y su partido nacionalista Fidesz saben bien cómo sacar provecho político del "Síndrome de Trianón".
"Trianón" en el centro de la batalla política
Alrededor de dos millones de húngaros viven hoy como minoría en los países vecinos. Orbán reconoció rápidamente el potencial político que representan. Poco después de su segundo mandato, en 2010, les dio la ciudadanía húngara y, con ella, el derecho a votar. Y los húngaros en el extranjero se lo agradecen: más del 90 por ciento votan por Fidesz, el partido de Orbán. Además se introdujo el 4 de junio como"Día de la Cohesión Nacional", en el que se recuerda lo que Orbán denomina "brutal imposición de la paz" y el "día más oscuro" de la historia de Hungría.
La oposición no ha encontrado hasta el momento respuestas claras ante la ofensiva de política identitaria de Orbán. Desde la caída del comunismo, los políticos liberales de izquierda han tratado de evitar el tema de Trianón. Por ese motivo, el Gobierno los difama llamándolos "traidores de la nación". Gergely Karácsony, alcalde opositor de Budapest, acaba de proponer guardar un minuto de silencio el 4 de junio para recordar la "dictadura de la paz" de Trianón. Al mismo tiempo, advirtió contra el nacionalismo exagerado, aunque admitió en Facebook que hay que apoyar a los húngaros en el extranjero.
(ms/vt)
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Historia de Alemania en imágenes (2): El siglo XX
Los protagonistas y sucesos que marcaron decisivamente la historia de Alemania. La segunda parte de esta galería de imágenes comienza con la fundación del Reich alemán y concluye con la caída del Muro de Berlín.
Imagen: picture alliance / akg-images
Fundación del Reich alemán (1871)
Durante mucho tiempo, hubo en suelo germano diversos pequeños Estados independientes. Bajo el mandato del rey pruso Guillermo I, Otto von Bismarck se convirtió en el hombre más importante. Von Bismarck se convirtió después en canciller del Reich y logró reunir esos pequeños Estados en uno solo. En la imagen, pintura con la proclamación del káiser.
Imagen: picture alliance / akg-images
Primera Guerra Mundial (1914-1918)
A principios del siglo XX, los países europeos luchaban por la hegemonía del continente. La Primera Guerra Mundial comenzó en 1914 y Alemania tuvo en ello gran parte de culpa. Casi 20 millones de personas murieron y Alemania acabó perdiendo la contienda.
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República de Weimar (1918- 1933)
Tras la Primera Guerra Mundial, el káiser Guillermo II fue depuesto. Los políticos aprobaron una Constitución democrática en la ciudad de Weimar, la primera en la historia de Alemania. Pero la joven república tenía muchos oponentes. Además, la posguerra estuvo marcada por el desempleo y la pobreza. La situación empeoró con la crisis económica del 29.
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Adolf Hitler
En 1923 Hitler ya intentó derrocar la República. Acabó por ello en prisión. Pero su momento llegó en 1933, cuando se convirtió en canciller, encarceló y asesinó a sus opositores políticos y propagó entre la gente su ideología racista sobre la supuesta supremacía aria. En poco tiempo, la democracia se convirtió en una dictadura, el Tercer Reich.
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El Holocausto
Los nazis persiguieron a homosexuales, discapacitados, gitanos y, sobre todo, judíos. Hitler quiso exterminarlos a todos. La mayoría de los alemanes miraron hacia otro lado cuando veían los arrestos de sus vecinos. Seis millones de judíos murieron en campos de concentración gaseados, por inanición o por diversas enfermedades.
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La Segunda Guerra Mundial (1939- 1945)
Durante mucho tiempo, los países europeos vecinos miraron hacia otro lado para no ver lo que ocurría en Alemania. Pero cuando Hitler empezó a invadir un país tras otro, comenzaron a aliarse. La Segunda Guerra Mundial duró seis años. Las tropas de Hitler parecían invencibles hasta que el campo de batalla ruso pudo con ellas. El 30 de abril de 1945, Hitler se suicidó.
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Un país en ruinas
La contienda se llevó la vida de entre 60 y 70 millones de personas. Seis millones murieron en el Holocausto. Media Europa estaba en ruinas, las ciudades alemanas estaban prácticamente destrozadas. Comenzó la reconstrucción, pero las heridas eran muy profundas.
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División de Alemania
Por decisión de las potencias aliadas vencedoras de la contienda, Alemania debió ceder un tercio de su territorio a Polonia y a la Unión Soviética. Los dos tercios restantes fueron repartidos en cuatro zonas: estadounidense, británica, francesa y soviética. La imagen muestra a Winston Churchill, Franklin Roosevelt y Josef Stalin en la Conferencia de Yalta, que sentó el nuevo orden europeo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Huida a Occidente
Pronto comenzaron los conflictos, porque las fuerzas de ocupación tenían ideologías muy diferentes. Durante la guerra, escondieron sus diferencias para luchar unidas contra Alemania. Después, sus caminos se separaron radicalmente. En la imagen, alemanes que huyen de la zona soviética hacia Occidente.
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Dos Alemanias
En 1949 concluyó la cooperación entre EE.UU. y la Unión Soviética. Las potencias occidentales fundaron la República Federal de Alemania (RFA), mientras que la Unión Soviética creó la República Democrática de Alemania (RDA). La primera se orientó hacia Occidente, la segunda fue un Estado comunista hermano de la Unión Soviética durante cuatro décadas.
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El Muro de Berlín
Las potencias vencedoras también se repartieron Berlín tras la Segunda Guerra Mundial. En 1961, la RDA erigió un muro, supuestamente para proteger a sus ciudadanos de la influencia capitalista de la RFA. En realidad, lo que la RDA hizo fue encapsularse. Los ciudadanos de la RDA que trataban de huir eran asesinados. El Muro separó familias durante años.
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El milagro económico de la RFA
El oeste de Alemania remontó con rapidez. La RFA necesitó mano de obra para reconstruir el país. En la década de los 50, la mayoría de las familias alemanas se encontraban en una situación buena. Podían permitirse adquirir un auto e irse de vacaciones. En el extranjero, admiración y envidia por la apabullante recuperación de Alemania.
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Los planes económicos de la RDA
En la RDA la economía estaba planificada y dirigida por el Estado. Las empresas pertenecían al pueblo. Los alimentos básicos, los billetes de transporte y los alquileres eran muy baratos, pero apenas había "mercancías de lujo", como bananas y café. Para conseguir estos productos, era necesario hacer filas interminables. También para hacerse con un teléfono o un auto: espera de años.
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Espiados por la Stasi
La RDA propagaba la igualdad para todos sus ciudadanos, pero, al mismo tiempo, el pueblo estaba vigilado y era espiado por la seguridad del Estado, la llamada Stasi. Había mano dura para aquellos a quienes se descubría queriendo huir o cuyas ideas políticas se oponían al Estado. Era un misterio quién trabajaba para la Stasi: podía ser un hermano, un vecino, un hijo...
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1989: La caída del Muro
El descontento aumentaba en la RDA y la economía no iba bien. El 9 de noviembre de 1989 sucedió lo que nadie esperaba: se abrieron las fronteras y miles de ciudadanos de la RDA cruzaron en avalancha hacia Berlín occidental. Allí celebraron con sus hermanos de la RFA durante toda la noche. El 3 de octubre de 1990 se consuma la reunificación de las dos Alemanias.