¿Qué dice el artículo de la Constitución española con el que Rajoy pretende frenar el independentismo? ¿Y qué implica eso en la práctica?
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El tiempo corre para que el presidente catalán, Carles Puigdemont, "vuelva a la legalidad", en palabras del jefe de Gobierno español, Mariano Rajoy. El plazo límite: el próximo jueves. Si la Generalitat, nombre con el que se conoce al Ejecutivo de la región, no reaccionase según lo demandado antes de esa fecha, Madrid activaría el artículo 155 de la Constitución española.
De repente, un artículo que todavía no se había estrenado en los 40 años de la democracia española podría decidir el futuro de un país que está en riesgo de romperse, si no términos territoriales, al menos social y políticamente. Pero, ¿qué dice exactamente dicho artículo 155 de la Constitución?
"Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general”. Pero el artículo, ubicado en el capítulo tercero del Título VIII del texto constituyente, continúa con un segundo apartado: "Para la ejecución de dichas medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas”.
Se trata pues de un mecanismo de protección de emergencia; o, como lo definen algunos juristas, de una cláusula de salvaguarda del Estado de derecho. La pregunta es, en términos prácticos, qué significa eso de "medidas necesarias”.
Territorio institucional y político ignoto
El desafío institucional frente al que se encuentra España probablemente no tenga precedentes. La solución que el Gobierno en Madrid y sus aliados en esta contienda política (el socialdemócrata PSOE y el liberal Ciudadanos) plantean es un terreno ignoto en todos los sentidos. El artículo 155 nunca se desarrolló en leyes concretas, lo cual impide conocer cuál podría ser su alcance. Ni siquiera en Alemania, de cuya Constitución se copió, según coinciden los juristas, ha llegado a utilizarse o desarrollarse.
Si bien es cierto que no hay ninguna limitación explícitamente planteada, su aplicación tendría que ser aprobada por el Senado. En cualquier caso, el Partido Popular de Rajoy, cuya postura es más rígida que la de los socialistas, ostenta una mayoría absoluta en la Cámara alta, por lo que probablemente no encuentre muchos obstáculos en este trámite.
¿Qué efecto tendría la aplicación del artículo??
Que Madrid aplique esta vía no significa que pueda disolver la autonomía o sus órganos, ni siquiera el ejercicio de sus competencias. Su fin "no es privar de su competencia a la Comunidad Autónoma, sino compelerle a que la utilice de acuerdo a la Constitución y a las leyes”, según escribió en un tratado jurídico el expresidente del Parlamento Europeo por el PP José María Gil-Robles.
Muchos expertos coinciden en que el 155 puede aplicarse de forma progresiva. Así, los órganos estatales podrían ir asumiendo las funciones de determinados órganos de la autonomía; eso sí, sin que fuera posible disolverlos o destituir a sus miembros. En este sentido, el diario El País ilustraba estos días algunas de las medidas que podrían ponerse en marcha: que el Gobierno español asumiera las competencias sobre los Mossos d'Esquadra, la suspensión de la participación en los ingresos del Estado o asumir la administración del erario público de la comunidad. También podría darse el caso, informa el rotativo, de que Madrid impusiera "delegados con poderes especiales y derecho de veto en puestos clave de la administración”.
De todas formas, su aplicación, argumenta el expolítico Gil-Robles, sería puntual, hasta el momento en el que se restaurase la legalidad. Más allá, "no debe prolongarse ni un momento más”.
En un artículo publicado este domingo(15.10.2017), el profesor de Derecho Constitucional Miguel Satrústegui explicaba tres medidas que se atendrían a los principios que debe respetar el Gobierno español a la hora de aplicar el artículo: necesidad, adecuación y proporcionalidad. Estas serían la disolución del Parlamento autonómico y la convocatoria de nuevas elecciones, la destitución del presidente de la Generalitat y la asunción del ejercicio de las competencias en materia de seguridad pública.
Sin embargo, también hay voces críticas con este punto de la Constitución. El expresidente Tribunal Constitucional y catedrático Pedro Cruz Villalón escribió ya en 1981 que el artículo 155 es "el exponente más agresivo y desafortunado de esa concepción de la unidad del Estado”. La crítica del catedrático al 155 se centraba en su indeterminación y la "absoluta discrecionalidad” que permite a los órganos del Estado español. En ese sentido, reflexionaba: "Soberano es quien decide acerca del artículo 155, pero estas manifestaciones de soberanía son más un síntoma de ruina que no un instrumento de salvación del Estado”.
La incógnita gira ahora en torno a si Madrid dará o no este paso. Y, de hacerlo, si eso logrará llevar a buen puerto una crisis que aparenta ser más política que legal.
Origen histórico del independentismo en Cataluña
Ante la escalada de tensión en torno al movimiento independentista de Cataluña, repasamos los momentos históricos de esta comunidad autónoma española en los que ha contado con distintos grados de autonomía.
Imagen: Reuters/A.Gea
Cataluña: concentración de población
Cataluña es la segunda comunidad autónoma más poblada de las 17 comunidades autonónomas de España. Situada en el nordeste de la península Ibérica, tiene una población de más de 7 millones y medio de habitantes que viven en las cuatro provincias que la componen: Barcelona, Girona, Lérida y Tarragona. La ciudad de Barcelona, y su área metropolitana, aglutina a dos tercios de la población catalana.
Pasado colonial diverso
Cataluña vivió la colonización de los pueblos fenicio, etrusco y griego. Los griegos se establecieron en Rosas y también en Ampurias (foto), que tuvo una gran influencia en el territorio hasta la llegada de los romanos. Estos levantaron infraestructuras y ciudades, tal como hoy las entendemos. Fue una posesión del Imperio hasta que pasó a manos de los visigodos.
Imagen: Caos30
Condados catalanes, dominio independiente
Cataluña fue conquistada por los musulmanes que fueron expulsados con el apoyo de Carlomagno. Los llamados condados catalanes se convirtieron, con el tiempo, en un dominio independiente y se confederaron en 1137 con la Corona de Aragón, a raíz de una unión dinástica entre Aragón y Cataluña. En el siglo XIII y principios del XIV la Corona se expande con las conquistas de Mallorca (foto) y Valencia.
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Conservando autonomía hasta la Sucesión
En el siglo XIII surgen instituciones como la Diputación del General (Generalitat de Cataluña), las Cortes Generales y administraciones locales, como el Consejo de Ciento de Barcelona. La Corona de Aragón se unió a la Corona de Castilla en 1476, pero conservó sus instituciones autónomas de gobierno hasta el final de la Guerra de Sucesión Española (1714), posterior a la de los Segadores (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Cada 'Diada' se celebra una derrota
Con la caída de Barcelona, el 11 de septiembre de 1714, el rey Felipe rey promulgó el Decreto de Nueva Planta y se abolieron los privilegios nobiliarios, los fueros locales y las instituciones de autogobierno que eran respetadas por la Casa Austria en todos los reinos declarados austracistas. Cada 11 de septiembre (foto) se recuerda la abolición de las instituciones y libertades civiles catalanas.
Imagen: Getty Images/AFP/L. Gene
Falta de apoyo a la figura monárquica
El Sexenio Revolucionario trajo el fin del reinado de Isabel II de España y la restauración de la dinastía borbónica en 1875. Con la redacción de la Constitución de 1869 surgió el problema de en qué figura debía recaer la monarquía española. Amadeo de Saboya fue elegido como Monarca constitucional en 1871. Lo fue hasta el 1873, al abdicar por falta de apoyo y la tercera guerra carlista (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Un federalista al frente de la Primera República Española
Tras la abdicación de Amadeo I, el 10 de febrero de 1873, se proclamó la Primera República Española que apenas duró un año. El republicanismo estaba dividido entre aquellos que querían una República unitaria (con un único gobierno para todo el país) y una federal (en la que los estados autónomos se ponen de acuerdo para crear un Estado de rango superior) como Francisco Pi y Margall (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Intento de creación de un Estado Catalán
La República tuvo que hacer frente a dificultades como las confrontaciones entre los republicanos unitarios y los federalistas, así como el intento de Cataluña de crear un Estado Catalán dentro de la República Federal Española. El pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 restableció la Monarquía Española y la dinastía borbónica con el hijo de Isabel II, el rey Alfonso XII de España (foto).
Imagen: picture-alliance/Quagga Illustrations
El catalanismo republicano en lucha
Entre 1923 y 1930, la dictadura del General Primo de Rivera se instauró en España, con el apoyo del rey Alfonso XIII, el Ejército, de la burguesía, los terratenientes y la Iglesia. No obstante, Cataluña se convirtió en uno de los focos más activos de oposición a la dictadura con el crecimiento del catalanismo republicano cuyo líder, Francesc Macià, (foto), fue el luchador más comprometido.
Guerra Civil, consecuencia de poner fin a la Segunda República
En la Segunda República, diputados catalanes elaboraron el Estatuto de Núria que fue aprobado en las Cortes Españolas en 1932. Ese año, Macià fue ratificado como presidente en las elecciones al Parlamento de Cataluña. Luego fue sucedido por Lluís Companys en el cargo hasta el final de la Guerra Civil (1936-1939) que se produjo tras el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno de la II República.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Pérdida de libertades
El franquismo (1939-1975) supuso en Cataluña la anulación de las libertades democráticas, la prohibición y persecución de los partidos políticos no afines al régimen, la supresión del Estatuto de Autonomía (que ya había sido suspendido por el Gobierno de España entre octubre de 1934 y febrero de 1936) y sus instituciones derivadas y la persecución de la lengua y la cultura catalanas.
Imagen: picture alliance/AP Photo
Recuperando autonomía con un nuevo estatuto
Después de las primeras elecciones generales tras el término de la dictadura, en 1977, se restauró provisionalmente la Generalitat con José Tarradellas al frente. Este formó un gobierno de concentración (1977-1980) con doce consejeros para redactar el estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 y convocó elecciones al Parlamento de Cataluña (foto) donde fueron elegidos los primeros 135 diputados.
El nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, que define a Cataluña como nacionalidad y reconoce el catalán como lengua propia, era superior al de 1932 en aspectos como enseñanza y cultura, pero inferior en otros, como justicia, finanzas y orden público. Tras su promulgación, se celebraron las primeras elecciones catalanas en 1980. Jordi Pujol estuvo al frente de la Generalitat hasta el 2003.
Imagen: Jose Gayarre
El auge de una reivindicación
El independentismo creció en los últimos años debido a los recortes del Tribunal Constitucional al nuevo Estatuto aprobado en 2006 y que establece una nueva
relación prácticamente federal con España, y al rechazo del gobierno de Mariano Rajoy al pacto fiscal, la promesa electoral de Artur Mas, que pretendía acabar con el déficit fiscal que sufre Cataluña con un sistema similar al concierto vasco.
Imagen: Reuters/A.Gea
Primer intento: 9N
Las manifestaciones multitudinarias a favor de la independencia siguieron creciendo en 2013 y 2014 y forzaron a Artur Mas, que firmó un acuerdo de gobernabilidad con ERC, formación política que quedó segunda en escaños por primera vez en la historia posfranquista, a convocar una consulta sobre la independencia en el 2014. La votación se llevó a cabo finalmente el 9 de noviembre de 2014.
Imagen: Reuters/G. Nacarino
Duelo de titanes
En enero de 2016, a raíz del acuerdo entre Juntos por el Sí (formado por Convergencia Democratica de Cataluña y Esquerra Republicana de Cataluña, entre otros) y la CUP, Mas fue sustituido por Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat. Puigdemont ha continuado el proceso independentista convocando un nuevo referéndum para el domingo 1 de octubre, rechazado por el gobierno de Rajoy.