25N: enfrentamientos entre mujeres y Policías de México
26 de noviembre de 2020
El Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres terminó con momentos de tensión entre manifestantes y policías de México.
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Lo que inició este miércoles (25.11.2020) como una marcha de miles de personas sin mayores altercados por el Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres, terminó con momentos de fuerte tensión entre manifestantes y policías en Ciudad de México.
La Marcha #25N fue convocada por agrupaciones y sindicatos para reclamar igualdad y el fin de los feminicidios en México, donde más de 10 mujeres son asesinadas al día. El recorrido desde el emblemático Monumento a la Revolución de Ciudad de México y el céntrico Zócalo transcurrió sin problemas y con muy poca presencia policial.
En los momentos previos a la salida de la marcha, en la plaza donde se ubica el Monumento a la Revolución se fueron reuniendo mujeres de todas las edades, madres de víctimas de feminicidio, activistas, colectivos y sindicatos. "México misógino", "no somos histéricas, somos históricas" y "desgástense en buscar el rostro de los asesinos, no el de nosotras", eran algunas de las consignas de las manifestantes.
En la llegada a la plaza las mujeres se mantuvieron agrupadas y algunas madres de víctimas de feminicidios y activistas subieron a un pequeño escenario a reclamar al Gobierno por la precaria protección de las mujeres.
Sin embargo, un grupo que intentó entrar a la Catedral Metropolitana fue encapsulado, lo que generó tensión e hizo que otras manifestantes corrieran hacia al Palacio Nacional donde había policías y vallas bloqueando el acceso, las cuales levantaron.
Las mujeres se acercaron a los elementos de seguridad, que respondieron hasta encapsularlas, por lo que tuvieron que huir de la zona tanto manifestantes como periodistas y personal mediador. Paralelamente, en esta ocasión -a diferencia de las anteriores- se permitió que las mujeres que protestaban entraran al Zócalo, donde se encuentra actualmente un "plantón" del grupo ultraconservador que se opone al presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Aunque por un momento se calmó el ambiente, pronto se reavivó la tensión, se intensificaron los gritos de las encapuchadas y la Policía lanzó petardos contra las manifestantes provocando heridas a varias. Por su parte, las presentes arremetieron contra la Policía con las vallas que protegían el campamento del grupo opositor.
ama (efe, afp)
Dentro del búnker del feminismo mexicano
DW ingresó, en exclusiva, al edificio de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en Ciudad de México, ocupado desde hace semanas por feministas que presentaron un petitorio que está siendo estudiado por las autoridades.
Imagen: Aitor Saez
La llama
Una decena de feminicidios diarios, seis de cada diez mexicanas violentadas y más del 95 por ciento de impunidad: motivos por los que grupos de feministas ocupan desde hace un mes la sede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en Ciudad de México. La protesta detonó después de que la madre de una niña violada se encadenara a una mesa para pedir atención.
Imagen: Aitor Saez
La mamá
Érika Martínez es la madre de esa niña, que hoy tiene 10 años. Ambas abandonaron su vivienda por las represalias del agresor tras haber denunciado el hecho. Su caso nunca prosperó y el violador sigue suelto. Encontraron un hogar en la ocupación de la CNDH, donde se sienten protegidas. Érika es una de las pocas caras visibles de la ocupación y ejerce de negociadora con los entes públicos.
Imagen: Aitor Saez
Abrazo en el patio
En el patio colonial se amontonan bultos de ropa de donaciones. Las ocupantes dicen necesitar ropa negra, tásers, cascos, rodilleras y cualquier material de protección para las protestas. El movimiento feminista ha elevado su presión en las calles con múltiples destrozos que les han costado muchas críticas, pero también han servido para visibilizar sus reclamos y ganar apoyo social.
Imagen: Aitor Saez
Carpetas
Las feministas mantienen conversaciones con la Secretaría de Gobernación, que se ha comprometido a no expulsarlas del edificio. A diario acuden de 5 a 8 mujeres a la ocupación para pedirles ayuda en sus casos y éstas los remiten a las instituciones pertinentes. Consideran que las autoridades tratan de trabajar conjuntamente para darles largas sobre sus peticiones y mostrar una aparente normalidad.
Imagen: Aitor Saez
Extintores para la defensa
En el vestíbulo de la entrada se juntaron todos los extintores del edificio para actuar con rapidez en caso de algún ataque. Las feministas aseguran que la policía las amedrenta al salir a la calle. Las encapuchadas consideran el número 60 de la calle Cuba su nuevo ‘bastión’.
Imagen: Aitor Saez
El zumbido simbólico
El zumbido del táser ya se ha vuelto sonido habitual y simbólico en las marchas feministas, que han escalado en sus niveles de violencia organizada. Esto les ha obligado también a extremar sus precauciones. En algunas de las protestas han sido atacadas con ácido, según cuentan, por ello nunca permiten acercarse a hombres, ni siquiera periodistas.
Imagen: Aitor Saez
Okupa Bloque Negro
El 16 de septiembre el Frente Ni Una Menos, formado por madres de víctimas de feminicidio, abandonó el edificio y se deslindó de la ocupación por desaveniencias entre su líder, Yesenia Zamudio -madre de una joven asesinada-, con las colectivas feministas radicales. Desde entonces la protesta pasó a autodenominarse Okupa Bloque Negro.
Imagen: Aitor Saez
“No nos vamos”
Las feministas quieren volver las instalaciones de la CNDH en el centro histórico capitalino en un refugio de mujeres. Ya han recibido mujeres violentadas o en situación de vulnerabilidad, que entran y salen según su necesidad. La Okupa realiza terapias, talleres de danza y planea habilitar un área para el estudio en línea de niños y niñas.
Imagen: Aitor Saez
Juntas
La antigua sala de juntas es hoy el comedor. Entre 30 y 40 mujeres mantienen viva la ocupación. Extendieron un petitorio que va desde inmunidad hasta una regadera para los baños. La CNDH lo revisará. El pasado viernes se liberó a Tania Elis, estudiante detenida en agosto por ocupar una parte de su Facultad de Estudios Superiores. Esa era una de las principales reivindicaciones del Bloque Negro.
Imagen: Aitor Saez
“El feminismo se encapuchó”
Hartas de años de protesta pacífica, reprimidas y sin ser escuchadas, las feministas radicalizaron su lucha con protestas donde ha predominado la iconoclasia, con pintadas en monumentos históricos. A su llegada a la CNDH, grafitearon los cuadros de próceres. Uno de esos retratos era el del expresidente Francisco I. Madero, pintado por una niña abusada sexualmente a los 7 años.
Imagen: Aitor Saez
¡Prohibido hombres!
Las encapuchadas sólo han permitido el acceso a la ocupación a un fotógrafo y a este periodista. Hasta el momento han querido mantener el edificio libre de hombres por seguridad de las refugiadas o vulneradas que se pueden encontrar en su interior. Ahora han hecho algunas excepciones con ánimo de que la ocupación pueda llegar a otras partes del mundo y servir de referente al movimiento feminista.
Imagen: Aitor Saez
Bandera morada
De la fachada cuelgan centenares de fotos de mujeres asesinadas, desaparecidas, abusadas… La bandera nacional reza ‘México feminicida’ y en el mástil superior ahora ondea una bandera morada.