Dibujar en 3D
19 de noviembre de 2013Todos nos hemos maravillado ya con las cosas que las impresoras 3D pueden hacer. Incluso han saltado las alarmas, con restricciones en lo que se puede hacer y lo que no, después de que un hombre de Texas imprimiera una pistola en 3D. Es como si no pudiéramos escapar ya de un futuro que está a nuestras puertas.
Pero un área de la revolución 3D todavía está en sus primeras fases: los lápices 3D. Se trata de lápices que pueden “escribir” en una superficie o incluso en el aire, utilizado plástico fundido en lugar de tinta.
Uno de estos prototipos fue desarrollado en República Checa, de la mano del estudiante de electrónica David Paskevic: el 3Dsimo. Con él, “el único límite es la imaginación”, dice Paskevic. Eso, junto con el talento artístico, claro.
Con un tamaño y peso similares al de un mini ventilador, el 3Dsimo dibuja lo que parecen finos espaguetis de colores. Se trata de una “tinta” líquida que se solidifica al entrar en contacto con el aire. De este modo, se pueden dibujar modelos de plástico.
Solo tres... De momento
Según David Paskevic, actualmente existen tres modelos de lápiz 3D. El primero del mundo, el 3Doodler, fue creado por desarrolladores estadounidenses en Boston. El segundo fue un prototipo chino, y el 3Dsimo es el tercer modelo, y hasta ahora el más versátil, según su creador: “La gran ventaja de nuestro lápiz es que escribe en el aire con bioplásticos, como poliácido láctico (PLA), y termoplásticos como el acrilonitrilo butadieno estireno (ABS), y cualquier otro material plástico”.
“Los otros lápices 3D en desarrollo solo admiten plásticos ABS porque funcionan a una temperatura y velocidad fijadas”, continúa Paskevic. “Con nuestro lápiz se puede configurar la temperatura entre 0 y 260 grados centígrados, y eso es importante porque cada plástico tiene un punto de fusión diferente”.
Esta tecnología es tan nueva que, de momento, apenas se puede encontrar en el mercado. El 3Doodler estadounidense se vende a través de la página web de financiación colectiva “Kickstarter”, mientras que el 3Dsimo se puede adquirir a través del sitio web más pequeño “Indiegogo”. En cada caso, hay que esperar cuatro meses para que lleguen los aparatos a casa, de modo que no es la opción ideal para un regalo de Navidad… Por ahora.
El tiempo es oro
Quizás uno de los aspectos más interesantes de este asunto es que el 3Dsimo no está protegido por una patente, puesto que patentar un diseño industrial implica detener todo el proceso de desarrollo y promoción durante siete meses, mientras se registra la patente. En el vertiginoso mundo de la impresión 3D, dice Paskevic, una espera tan larga podría ser fatal.
“La impresión 3D se está desarrollando a una velocidad increíblemente rápida. Cada mes de espera nos puede costar nuestra idea”, explica el estudiante. “Si tuviéramos que esperar otros siete meses, podría ser que apareciera otro producto en el mercado que se pareciera al nuestro. Y entonces, sería imposible poner nuestro lápiz en las tiendas.”
En el futuro, cuando la tecnología mejore, no es difícil imaginarse a diseñadores “dibujando” un nuevo modelo de coche delante de los jefes de la compañía, o un arquitecto “dibujando” la estructura de una nueva casa en el aire.
Autor: Rob Cameron / lab
Editor: Pablo Kummetz