El atentado racista que perpetró un hombre de mente perturbada e ideas de extrema derecha en Hanau ha tenido impacto en toda Alemania y, por cierto, también en los desfiles de este lunes de carnaval. "Nuestro corazón late por Hanau", dice la leyenda que sostiene esta figura que representa a la catedral de Colonia, cabizbaja, con las torres inclinadas y lágrimas en los ojos.

"Las palabras se convierten en actos", se lee en la cara del muñeco, enrojecida por el odio. De su boca asoma el cañón de una pistola, con la palabra racismo. La imagen habla por sí misma.

Estos amantes del carnaval de Colonia quieren hacer su aporte personal, instando a poner fin al racismo. Y aseguran que lo de "Haunau no fue el comienzo". Dicho de otra forma, quieren asegurarse de que algo como lo ocurrido en Hanau no vuelva a repetirse.

En la región de Turingia hubo un terremoto político. Un liberal (FDP) fue elegido primer ministro con votos de los cristianodemócratas (CDU) y la Alternativa para Alemania (AFD), de derecha populista. Se rompió así un tabú, ya que los partidos democráticos prometían no cooperar con la extrema derecha alemana. Aunque el primer ministro renunció al día siguiente, la ganadora del episodio fue la AFD.

El virus del carnaval ha infectado a la región alemana que bordea el Rin. Y ni siquiera el coronavirus puede amedrentarlo. Es lo que sugiere esta colorida imagen captada en el desfile del "Lunes de las Rosas" en Düsseldorf. A diferencia de lo ocurrido en Venecia, en Alemania el carnaval callejero no se suspendió.

La figura de Greta Thunberg no podía estar ausente este año en el carnaval alemán. Pero ella no ha sido objeto de burlas, aunque la figura que desfiló en el carnaval de Düsseldorf caricaturiza su gesto severo. "¡Hagan algo de una vez por todas!" y "¡Catástrofe climática!" se lee en sus brazos.

En Düsseldorf, la crítica apunta directamente contra el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Aparece en esta carroza con los brazos en cruz; solo que no se trata de brazos, sino de sierras eléctricas, ensangrentadas tras una "masacre" de árboles. Desde la llegada de Bolsonaro a la presidencia, la tala del bosque amazónico se ha acelerado.

Un canguro en llamas recorre desde esta carroza las calles del centro de Düsseldorf, recordando los fatídicos incendios que azotaron Australia, devastando no solo bosques sino también una parte importante de la fauna nativa.

El "brexit", que por tanto tiempo mantuvo ocupada a Europa, se consumó a fines de enero y casi ha dejado de ser tema. Pero los constructores de carrozas no se olvidaron del asunto y pusieron a esta figura de Boris Johnson a contemplar cómo Escocia se le escapa. ¿Un vaticinio carnavalero?

Un viejo lema de la época de los hippies fue desempolvado en esta carroza. Manifiesta la esperanza, por ingenua que parezca, de un entendimiento entre Washington y Teherán. Algo difícil de imaginar tras los sucesos de los últimos tiempos.

La figura de Donald Trump tampoco podía estar ausente en el "Lunes de las Rosas" del carnaval colonés. Después de las premiaciones del Oscar, resulta difícil no recordar al Jocker al ver este atuendo, aunque en realidad no se parezca al personaje que tantos premios le ha deparado a Joaquín Phoenix. De cualquier manera, no parece un payaso amistoso.