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60 años del Muro de Berlín: la clandestinidad del arte pop

Rayna Breuer
2 de agosto de 2021

En la RDA, el arte estaba al servicio del Estado. Pero, a pesar de la dictadura, los artistas buscaban caminos para eludir el control del totalitarismo.

El artista alemán Hans Ticha, antes de la caída del Muro en la RDA, hoy en Fráncfort del Meno
El artista alemán Hans Ticha, antes de la caída del Muro en la RDA, hoy en Fráncfort del MenoImagen: Jens Büttner/dpa/picture alliance

"El arte, la ciencia y su enseñanza son libres". Así estaba literalmente plasmado en el artículo 34 de la Constitución de la RDA de 1949. Una frase que a artistas como Hans Ticha les sigue causando risa: "Las obras que pintaba en mi estudio solo podía enseñárselas a mi mujer y a un amigo", recuerda.

Agentes del Estado irrumpieron varias veces en su estudio. "Era muy misterioso: yo ponía los cuadros apoyados boca abajo contra la pared con tiras de papel entre ellos para poder rastrear si alguien les daba la vuelta". En secreto, Ticha siguió pintando en su estudio del barrio berlinés de Prenzlauer Berg: invisible, silencioso, pero impertérrito y decidido a dedicarse a su arte.

El socialismo desprecia el modernismo

La cultura en la Alemania socialista no era libre,  como decía la Constitución. Todos los ámbitos estaban sometidos al control del partido estatal SED. El realismo socialista era el estilo ideológicamente prescrito en el arte: las campesinas felices y los orgullosos trabajadores de las fábricas eran algunos de los motivos. En palabras del jefe de Estado de la RDA Walter Ulbricht, un "arte realista verdaderamente popular". Todo lo demás era mal visto, despreciado, prohibido: formalismo, arte pop, vanguardia, modernismo.

El equipo (Die Mannschaft), obra de Hans TichaImagen: Hans Ticha/Galerie Läkemäker

Cualquiera que expresara críticas a la RDA era objeto de acoso. Bernhard Heisig fue destituido como rector de la Academia de Arte de Leipzig tras un discurso en 1964 en el que pedía la aceptación de los medios artísticos modernos de diseño.

La construcción del Muro y la asfixia estatal

Hans Ticha, que estudió en Leipzig hasta 1964 y luego en la Escuela de Arte de Berlín-Weißensee, recuerda los años 60: "La asfixia estatal me obligó a cambiar la pintura por el arte gráfico en la academia, donde todo era arte aplicado, comercial. Buscaba evadir tanta presión”.

Solo mostraba los cuadros que pintaba en casa a un profesor de la escuela de arte: "Llevaba mis obras bien envueltas. Era arte formalista: si alguien los hubiera visto, podría haber habido discusiones acaloradas. Mi profesor, Kurt Robbel, cerraba entonces la puerta con doble llave desde dentro antes de que pudiera enseñarle los cuadros", recuerda Hans Ticha.

Erich Honecker, secretario general del SED, introdujo a principios de los años 70 cierta apertura y diversidad que pronto fueron retiradas. El conflicto con los trabajadores de la cultura se intensificó de nuevo: muchos escritores fueron excluidos, expatriados o volvieron a la llamada "emigración interna”, o sea al ostracismo.

Atención. Aqui abandona usted Berlín occidental. Una imagen de los años 80Imagen: akg-images/picture alliance

"Agit-Pop": cómo llegó el arte pop a la RDA

Ticha vivía de las ilustraciones de libros y gráficas comerciales. El arte que le interesaba estaba mal visto en la RDA: el arte pop. Con sus colores vivos y sus formas simplificadas, siguió su propio camino y fue uno de los pocos en la RDA que utilizó el lenguaje visual del Pop Art: "Había muy poca información sobre este estilo”, cuenta.

Aunque adoptó el estilo del Pop Art, adaptó los temas a su realidad en la RDA: "Como el motivo dominante del Pop Art estadounidense era el consumo de masas, opté por la propaganda de la RDA como motivo”. El término estatal "agitprop” (agitación y propaganda) se convirtió en agit-pop, un estilo acuñado por artistas como Hans Ticha con sus obras irónicas y críticas con el poder estatal: parodia de la Dictadura del Proletariado.

Cuando se construyó el Muro de Berlín en 1961, la información y el intercambio con otros artistas de Alemania Occidental eran aún más escasos. Criticar la construcción del Muro, cuestionarlo o incluso tratarlo de forma encubierta en sus obras era peligroso. Hans Ticha recuerda la ilustración de un libro: "Me permitieron ilustrar la novela satírica de ciencia ficción 'La guerra con los tritones' de Karel Čapek. La palabra ‘muro' aparecía en el texto, por lo que dibujé un muro, pero la publicación se retrasó meses por ello”.

Tras la caída del Muro, Hans Ticha se mudó a Maguncia; hoy, el artista de 80 años vive cerca de Fráncfort del Meno.

(jov/er)

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