Este sábado (13.2.2016) se conmemora en Alemania el 71º aniversario del bombardeo de Dresde. En varios actos descentralizados se recordó a las víctimas de ese suceso y a las de las atrocidades cometidas por los nazis.
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En Alemania se conmemora este sábado (13.2.2016) el 71º aniversario del bombardeo de Dresde, uno de los más duros de la Segunda Guerra Mundial. Efectuado el 13 y el 14 de febrero de 1945 por la aviación anglo-estadounidense, ese ataque dejó 25.000 muertos, según una comisión oficial de investigadores formada en la década pasada. En el cementerio Heidefriedhof y en otras zonas de la capital de Sajonia, muchas personas asistieron a actos descentralizados para recordar a las víctimas de ese suceso y a las del nacionalsocialismo; desde los judíos de Dresde que fueron deportados hacia los campos de concentración hasta los hijos de los trabajadores forzados, pasando por otros grupos denostados por el nazismo.
En la noche del viernes (12.2.2016), unos 550 neonazis marcharon con antorchas encendidas por el sureste de la ciudad. Desde hace años, los extremistas de derecha intentan instrumentalizar la conmemoración del bombardeo de Dresde con fines de proselitismo político, presentándose como víctimas del status quo. No obstante, la resistencia que se les ofrece sigue siendo intensa. Este mismo sábado (13.2.2016), unas mil personas se unieron a la vigilia coordinada por la organización izquierdista “Dresde libre de nazis”, que marchó por los lugares históricos que traen a la memoria las atrocidades cometidas por los nacionalsocialistas alemanes.
Además, está pautada la formación de una cadena humana en el casco histórico de Dresde para protestar contra las manifestaciones del grupo Europeos Patrióticos contra la Islamización de Occidente (PEGIDA, sus siglas en alemán), descrito por sociólogos y otros expertos en la materia como un movimiento xenófobo y racista. El objetivo de la cadena humana es emitir una señal de tolerancia y apertura desde una ciudad cuya imagen suele estar más bien asociada al radicalismo de derecha.
ERC ( EFE / dpa / Deutschlandfunk )
El infierno de Dresde
Hace 72 años, la ciudad sajona de Dresde fue prácticamente reducida a cenizas. 25.000 personas murieron en aquel auténtico infierno. Luego de los bombardeos, poco quedó de una de las más bellas ciudades alemanas.
Imagen: Getty Images/Matthias Rietschel
Bombardeo, destrucción y saqueo
El 13 de febrero de 1945, 245 aviones Lancaster de la Fuerza Aérea británica enfilaron rumbo a Dresde. A las 21:39 sonaron las primeras sirenas de alarma, y comenzó el horror. En 23 minutos, numerosas bombas cubrieron a Dresde, cuyo centro fue consumido por las llamas. Dos ataques ingleses y uno estadounidense acabaron con 15 kilómetros cuadrados de la ciudad.
Imagen: picture-alliance/dpa
Templos en ruinas
En el bombardeo, el templo católico Hofkirche sufrió grandes daños. El techo y la bóveda interior se derrumbaron. Era una de las mayores iglesias de Sajonia. Fue erigida casi al mismo tiempo que la Frauenkirche, la iglesia protestante de Nuestra Señora, a solo 300 metros de distancia. En su mayor parte, la remoción de los escombros quedó a cargo de las mujeres.
Imagen: picture-alliance/dpa
Monumentos destruidos
La estatua del reformador Martín Lutero, ubicada justo frente a la Frauenkirche, también fue dañada por los bombardeos. La obra de Adolf von Donndorf databa de 1861, pero fue colocada en ese sitio en 1885. Se conmemoraba con ella las visitas de Lutero a Dresde, en los años 1516 y 1517.
Imagen: picture-alliance/akg-images
Destrucción sin sentido
La Frauenkirche, de estilo barroco, también sucumbió a los bombardeos. Hasta 1993 permaneció inalterada, como monumento a una destrucción sin sentido. En años posteriores, la iglesia levantada entre 1726 y 1743 fue reconstruida. Un artesano británico, cuyo padre fue piloto de uno de los aviones que bombardearon Dresde en 1945, fue el encargado de hacer la reconstrucción exacta.
Imagen: picture alliance/dpa
Símbolo con nuevo brillo
Entre 1994 y 2005, la Frauenkirche fue reconstruida gracias a donaciones de todo el mundo. Los costos ascendieron a unos 130 millones de euros. El barrio barroco alrededor de la iglesia de 91 metros de altura se convirtió desde entonces en el mayor atractivo turístico de la capital del estado de Sajonia.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Hiekel
Borrando la destrucción
Muchos turistas pasean hoy por los alrededores de Schlossplatz y de la Hofkirche, en el centro de Dresde. La católica Hofkirche se hizo necesaria aunque en Sajonia predominaba el protestantismo, pues Augusto El Grande había cambiado de confesión hacia el catolicismo, a fin de poder ponerse la corona real de Polonia. La iglesia fue construida originalmente ente 1739 y 1754.
Imagen: picture alliance/Johanna Hoelzl
Punto de reunión
El monumento a Lutero, dañado en 1945, pudo ser exhibido de nuevo apenas en1955. Hasta su restauración, entre 2003 y 2004, la estatua frente a las ruinas de la Frauenkirche sirvió como monumento contra la guerra y la destrucción. Hoy pertenece al conjunto urbano del renovado Neumarkt. En verano, los escalones del zócalo sirven como punto de reunión para jóvenes y turistas.
Imagen: imago/Chromorange
La Florencia del Elba
Hoy, la ciudad sajona de nuevo es considerada una de las más bellas de Alemania. Debido a su arquitectura barroca, Dresde es conocida también como la “Florencia del Elba”. La capital sajona, en la que habitan unas 550.000 personas es una de las doce ciudades más grandes de Alemania, y tiene numerosos atractivos turísticos y culturales.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Lander
Reviviendo el horror
El artista Yadegar Asisi reprodujo en un muro monumental el panorama de Dresde tras la Segunda Guerra Mundial. Muestra el centro de la ciudad derruido, como quedó inmediatamente después de los bombardeos, así como la humareda y los incendios en la parte nueva y el sur de la ciudad.