"El golpe contra Hitler tuvo posibilidades de éxito"
Felix Schlagwein
4 de julio de 2019
El fallido atentado y posterior golpe contra Hitler el 20 de julio de 1944 es objeto de una exposición en Dresde. DW habló con su curador, Magnus Pahl, de los recientes hallazgos sobre la Operación Valkiria.
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DW: ¿Por qué una exposición en 2019 sobre el atentado de Claus von Stauffenberg contra Hitler y el intento de golpe de Estado del 20 de julio de 1944?
Magnus Pahl: Para el Ejército alemán, la Bundeswehr, el 20 de julio y el intento de derrocar a Hitler es un tema de relevancia atemporal y tiene un significado central para su tradición y sus valores. El 75 aniversario de aquel suceso es la excusa para dedicarle una exposición extraordinaria a este tema, con el fin de recordar la resistencia civil y militar contra el poder criminal e inhumano del régimen nazi. La exposición ha sido concebida sobre la base de los más recientes descubrimientos académicos. El catálogo contiene artículos que presentan nuevos hallazgos sobre el tema.
Al igual que el propio Stauffenberg, muchos de los rebeldes fueron durante años ardientes defensores del régimen nazi. ¿Qué razón los llevó a querer asesinar de repente a Hitler?
Quienes participaron en aquella conspiración contra Hitler se dejaron guiar por diferentes motivos personales, políticos y religiosos, pero tenían algo en común: querían derribar un régimen criminal. En el caso de Stauffenberg, como jefe del Estado mayor, y en el de otros oficiales, también entraban en juego razones militares. Tras la demoledora derrota en Stalingrado y el norte de África, estos oficiales pensaban que la estrategia bélica de Hitler conduciría a Alemania al abismo.
Hitler sobrevivió al atentado con bomba del 20 de julio y resultó solo levemente herido. A partir de ese momento ¿tuvo la llamada Operación Valkiria alguna posibilidad de éxito?
Era muy importante que Hitler resultara muerto, esa era la condición para que triunfara el golpe de Estado. Los soldados de la Wehrmacht, el entonces Ejército alemán, habían jurado lealtad a Hitler. Si Hitler hubiera muerto, se hubieran sentido libres de su juramento y se hubiera allanado el camino para derrocar al Gobierno. Los rebeldes, por su parte, carecían de suficientes oficiales de confianza para el golpe. Las investigaciones más recientes consideran, sin embargo, que la conspiración tuvo ciertas posibilidades de éxito. Naturalmente eso es algo que no se puede juzgar de forma exacta a posteriori, pero hay varios indicadores que sugieren que pudo haber triunfado.
Tras la guerra, se acusó a los conspiradores de haber actuado por puro oportunismo, es decir, que el complot fue obra de algunos militares que quisieron salvar su honor –y su cabeza-, cuando estaba claro que perderían la guerra.
Por supuesto, la propaganda nazi trató de restar valor a la conspiración. El propio Hitler fijó la línea a seguir: los conspiradores fueron solo una pequeña pandilla de "oficiales tontos, ambiciosos, despiadados y criminales”. Hoy sabemos que en la preparación y ejecución del 20 de julio hubo más de 200 civiles y militares involucrados. Sin embargo, la imagen de la "pequeña pandilla de criminales” pervivió. A pesar de la derrota total, muchos alemanes todavía abducidos por el Tercer Reich siguieron considerando como "traidores” a los conspiradores del 20 de julio. Aquí se aprecia cómo la intensa propaganda durante los meses anteriores al final de la guerra siguió funcionando en la memoria colectiva de los alemanes.
Hoy día se celebra como héroes a Stauffenberg y el resto de conspiradores. ¿Cuándo tuvo lugar ese cambio de percepción entre los alemanes?
Eso no puede precisarse con exactitud. Lo que sí es seguro es que la imagen de traidores de Stauffenberg y los demás rebeldes se ha mantenido largo tiempo en gran parte de la población. En los círculos de extrema derecha, en parte sigue presente. Desde el principio hubo una fijación contra Stauffenberg, sobre todo porque él mismo fue quien llevó a cabo el atentado. La opinión pública es menos consciente de que, además, fue él quien planeó el intento de golpe de Estado y participó en la ejecución de la Operación Valkiria en Berlín. 75 añosdespués, el 20 de julio supone un recordatorio de la importancia de luchar por el derecho y la libertad. Naturalmente, en la mente de los conspiradores no estaba lograr una sociedad plural según los cánones de hoy. Pero su proceder puede entenderse dentro de los actuales modelos de pensamiento como una lucha por el derecho y la libertad, dos elementos nucleares de una cultura democrática.
Magnus Pahl es historiador y oficial en reserva de la Bundeswehr. Es además el curador de la exposición "'Adolf Hitler está muerto'. El atentado y el intento de golpe de Estado del 20 de julio de 1944”, que se exhibe en el Museo de Historia Militar de Dresde. Puede visitarse entre el 5 de julio y el 3 de diciembre de 2019.
(ms/ers)
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La II Guerra Mundial en Europa
El 1º de septiembre de 1939, las fuerzas de la Wehrmacht de Hitler invadieron Polonia. Los pueblos europeos lucharon unos contra otros hasta el 8 de mayo de 1945, día de la liberación de Europa del régimen nazi.
Imagen: AP
Invasión de Polonia
El 1º de septiembre de 1939, las fuerzas de la Wehrmacht de la Alemania nazi atacaron Polonia, según Hitler, para responder a los ataques de ese país, lo cual fue una mentira para justificar la invasión. Francia y Gran Bretaña, aliados de Polonia, también le declararon la guerra a Alemania, pero no se inmiscuyeron en los combates. También Italia, aliado de Alemania, se mantuvo en espera.
Ejército soviético ocupa Polonia
Polonia apenas contaba con medios militares para contraatacar a la Alemania nazi, que venció a las tropas polacas en cinco semanas. El 17/9/1939, el Ejército soviético ocupó el este de Polonia como resultado de un acuerdo secreto al que el Imperio Alemán y la URSS llegaron una semana antes del ataque alemán a Polonia.
Imagen: AP
Ocupación de Dinamarca
La Wehrmacht invadió Dinamarca en abril de 1940, usando ese país como trampolín hacia Noruega. Desde allí llegaban materias primas necesarias para la Alemania nazi en guerra. Gran Bretaña intentó interrumpir el abastecimiento enviando soldados a Noruega, pero allí los aliados también capitularon en junio. La campaña nazi hacia Occidente ya había comenzado.
Ocupación nazi de Holanda, Bélgica y Luxemburgo
El 10 de mayo de 1940, la Wehrmacht atacó a Holanda, Luxemburgo y Bélgica, países neutrales. Los ocupó en un lapso de pocos días sorteando la fortificación militar francesa.
Imagen: picture alliance/akg-images
Los nazis ocupan París
Los alemanes atacaron por la espalda a las tropas francesas y se dirigieron a París, que fue ocupada a mitades de junio. El 22 de junio de 1940, Francia capituló y fue divida en un territorio ocupado por la Alemania nazi y en la Francia de Vichy, gobernada por un gobierno títere del régimen bajo el mando del general Pétain.
Imagen: ullstein bild/SZ Photo
Ataque nazi a Gran Bretaña
Hitler bombardeó Gran Bretaña en el verano de 1940, dejando a ciudades como Coventry convertidas en cenizas y escombros. Al mismo tiempo, aviones nazis y británicos luchaban en el espacio aéreo del Canal de La Mancha, entre el norte de Francia y el sur de Inglaterra. La Royal Air Force venció a la Fuerza Aérea Alemana, y en 1941, los ataques nazis cesaron considerablemente.
Imagen: Getty Images
Invasión del sur y este de Europa
Luego de las derrotas contra Gran Bretaña, Hitler se dirigió hacia el sur, y luego hacia el este de Europa, llegando incluso hasta el norte de África, los Balcanes y la Unión Soviética.
Invasión de Yugoslavia
El 6 de abril de 1941, fuerzas alemanas, italianas, húngaras y búlgaras invadieron Yugoslavia, acabando con la rendición del ejército yugoslavo el 17 de abril y con la creación de un estado títere en Croacia y Serbia. También el 6 de abril, Alemania invadió Grecia desde Bulgaria.
Imagen: picture-alliance/akg-images
"Operación Barbarroja"
La "Operación Barbarroja", emprendida el 22 de junio de 1941, fue el nombre en clave dado por Adolf Hitler al plan de invasión de la Unión Soviética por parte de las Fuerzas del Eje durante la Segunda Guerra Mundial. Esta operación abrió el Frente Oriental, que se convirtió en el teatro de operaciones más grande de la guerra.
Imagen: Getty Images
1942, punto de inflexión
Al principio, el Ejército Rojo de la URSS opuso apenas resistencia al ataque nazi, pero luego la Wehrmacht sufrió graves pérdidas, y se vio debilitada. Hitler dominaba casi toda Europa, parte de África del Norte y de la Unión Soviética, pero en 1942, el desarrollo de la guerra dio un giro decisivo.
Retirada de África
Italia, aliado de Alemania, entró en guerra en junio de 1940, y atacó a las tropas británicas en el norte de África. Hitler envió refuerzos en 1941. Luego de la batalla de El Alamain, en otoño de 1942, los alemanes emprendieron la retirada de África y capitularon el 13 de mayo de 1943.
Imagen: Getty Images
Campos de exterminio nazis
En el este de Europa, el régimen de Adolf Hitler erigió campos de exterminio como los de Auschwitz-Birkenau. Más de seis millones de personas fueron asesinadas por los nazis en estos campos de la manera más inhumana. En esos crímenes también participaron miles de soldados alemanes y oficiales de las SS.
Imagen: Yad Vashem Photo Archives
Los Aliados llegan a Italia
En el cuarto año de la guerra, la guerra cambió su derrotero: en el este, el Ejército Rojo se dispuso a contraatacar a los nazis, y las fuerzas occidentales aliadas llegaban a Italia, con lo cual los nazis se dieron a la retirada.
Batalla de Stalingrado
El 6 de enero de 1942, Stalin, confiado después de su victoria en Moscú, ordenó una contraofensiva general. El símbolo del giro que dio la guerra fue la capitulación de Stalingrado. Los alemanes vieron que la lucha no tenía sentido.
Imagen: picture-alliance/dpa
Invasión de Italia
Los aliados desembarcaron en Italia en septiembre de 1943, a lo que Hitler respondió invadiendo ese país.
En el este de Europa, el Ejército Rojo hacía retirarse a los nazis cada vez más. Asimismo, los aliados occidentales reforzaron su ofensiva y desembarcaron en Normandía, Francia, en la primavera de 1944.
Entrada de los Aliados
En el invierno boreal de 1944/1945 los Aliados logran romper la resistencia nazi en el oeste de Europa y se movilizan para atacar al régimen nazi.
Imagen: imago/United Archives
Capitulación del régimen nazi
El 8 de mayo de 1945, la Alemania nazi capituló sin condiciones. Hitler se había suicidado el 30 de abril de 1945. Europa se enfrentaba a los despojos y al horror que dejó la II Guerra Mundial, en la que murieron casi 50 millones de personas en Europa.