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Ante la próxima cumbre

9 de enero de 2012

Mientras la canciller germana, Angela Merkel, y el presidente galo, Nicolas Sarkozy, volvían a reunirse en uno de sus ya habituales encuentros de esta crisis, Alemania colocaba bonos en el mercado de un modo inaudito.

Merkel y Sarkozy se reúnen en Berlín.
Merkel y Sarkozy se reúnen en Berlín.Imagen: Reuters

“Algo así no nos había sucedido nunca”, reconocía un portavoz de la Agencia Financiera Alemana, la empresa pública que se encarga, entre otras cosas, de la emisión de bonos estatales germanos. 3.900 millones de euros en papeles había sacado este lunes (09.01.2012) por la mañana la Agencia al mercado, y la demanda superó de tal manera la oferta -1,8 veces- que, en lugar de pagar Alemania por colocar su deuda, fueron los acreedores quienes pagaron a Alemania por prestarle dinero.

El interés de los empréstitos germanos se situó en el -0,01%. Tan poco común resulta la cifra que en el primer comunicado oficial las autoridades financieras del país olvidaron el menos. “No estamos acostumbrados a utilizar el símbolo negativo ante el rendimiento medio”, justificó la Agencia al rectificar. La primera subasta de bonos públicos del año 2012 arroja para Alemania resultados muy positivos. Para los mercados financieros, sin embargo, es un claro reflejo de malos tiempos.

Entre la incertidumbre y el miedo

“Nuestra intención es que ningún país abandone la eurozona”, declaró la canciller alemana, Angela Merkel, en una rueda de prensa celebrada tras la reunión que mantuvo este lunes con el presidente francés, Nicolas Sarkozy. La jefa de Gobierno se refería a Grecia, que lucha a contrarreloj para evitar la bancarrota y que, al contrario que Alemania, paga cara su deuda: el 20 de marzo vence un desembolso de 14.500 millones de euros en intereses al que Atenas sólo podrá hacer frente, asegura su primer ministro, Lucas Papademos, si Europa le concede más crédito.

La canciller alemana y el presidente francés camino a la rueda de prensa.Imagen: dapd

Son incertidumbres como la que se cierne sobre el futuro griego, o el húngaro –otro Estado europeo al borde de la quiebra- las que tornan más atractivos los bonos alemanes. Pero también, y en realidad sobre todo, aquellas a las que se enfrentan grandes como España, Italia e incluso Francia. A la zona euro en pleno amenazó el pasado diciembre la agencia de rating Standard & Poor’s con retirarle la máxima nota en la calificación del riesgo. Eso incluye a Alemania, pero ya entonces se dijo que entre los miembros de la moneda única serían los germanos los últimos en perder la “AAA”.

Su acción política no está motivada por el miedo, aseguró Merkel después de conversar con Sarkozy. Lo mismo no puede decirse de los mercados financieros. La desconfianza es tal que los fondos que las entidades del Viejo Continente depositan a bajo interés en el Banco Central Europeo en lugar de prestárselos a alto rendimiento a terceros alcanza constantes récords. Y se prefiere ingresar una prima en las arcas públicas alemanas –o en otros países han vivido igualmente la sorpresa de un interés negativo, como Dinamarca y Suiza- que arriesgarse a comprar papeles menos estables. Al fin y al cabo, “quien invierte en lo seguro, vive simplemente más tranquilo”, reza el eslogan de la Agencia Financiera Alemana.

Alemania y Francia afinan posiciones

Con todo y pese al buen negocio actual, tampoco a los germanos se les escapa que el mañana no pinta halagüeño si la situación económica continúa como en los últimos tres años. Europa necesita crecimiento, medidas contra el desempleo y un mejor uso de las ayudas de Bruselas -los fondos estructurales- para reducir las diferencias regionales, pidió Sarkozy en la comparecencia junto con Merkel ante la prensa.

Europa tiene que ahorrar, coinciden Merkel y Sarkozy.Imagen: picture-alliance/dpa

Ambos mandatarios rompieron de nuevo una lanza a favor de la necesidad de avanzar en la unión fiscal que los socios comunitarios aprobaron en diciembre de 2011 y de que se alcancen compromisos concretos acerca de la reducción del déficit público en los países de la Unión Europea. Sarkozy aseguró estar dispuesto a proceder con buen ejemplo y situar el déficit galo en el 3% del PIB a más tardar en 2013.

Un hueso más duro de roer para el “dúo Merkozy” será la tasa a las transacciones financieras, a la que se opone Gran Bretaña. El impuesto podría llegar a entrar en vigor sólo en 17 de los 27 Estados miembros. A finales de mes, probablemente el día 30, tendrá lugar la próxima cumbre de la UE y el encuentro entre la canciller y el presidente trataba de afinar posiciones, ya que -volvió a repetir Sarkozy una de sus frases favoritas- “no hay futuro en Europa si Alemania y Francia no se ponen de acuerdo”.

Autor: Luna Bolívar

Editor: Rosa Muñoz Lima

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