El sector cultural vive bajo presión en Turquía tras el intento de golpe de Estado de 2016. Para rematar la situación, la pandemia ha llevado a muchos artistas definitivamente a la ruina.
Levent Üzümcü es uno los actores más conocidos de Turquía y, desde hace tiempo, acérrimo crítico del Gobierno de aquel país. Ya en 2013 fue uno de los primeros en dar la cara cuando las manifestaciones debidas a un proyecto de contrucción en el parque Gezi de Estambul se convirtieron en una ola de protestas por todo el país pidiendo más libertad y más democracia. A consecuencia de ello, Levent Üzümcü perdió su empleo tras casi 10 años en el teatro estatal de Estambul.
Una sociedad dividida
Pero no calló. Y tampoco lo hizo tras el intento de golpe de Estado, cuando cualquiera que planteara la más mínima cuestión crítica era declarado traidor a la patria. El actor relata la caza de brujas que tuvo lugar: "Se dejaba de contratar o se entorpecía el trabajo de algunos actores. La censura fue especialmente dura en Anatolia, feudo de votantes del partido de Erdogan, el AKP".
La polarización de la sociedad y del mundillo artístico ya se perfiló durante la misma noche del golpe de Estado: Erdogan llamó a la población civil a posicionarse contra los militares armados que querían derrocar al Gobierno. Inmediatamente, varios cantantes y actores conocidos escribieron en Twitter que seguirían el llamado de Erdogan y saldrían a las calles a proteger la democracia. Pocos se atrevieron a expresar críticas. El veterano actor Genko Erkal fue uno de ellos: "Pensaba que la plaza Taksim no era lugar para concentraciones. ¿Dónde están sus cañones de agua, sus bombas lacrimógenas, campeones de la democracia?" Con esta declaración pública, Erkal resaltó el hecho de que los críticos de Erdogan fueron desalojados durante las protestas, pero sus seguidores, no.
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#NosLoTomamosMal
La pandemia ha facilitado el trabajo de represión del Gobierno en medio de la atmósfera de tensión de los últimos años: "Con la excusa de la pandemia, se cerraron teatros, cines, exposiciones y rodajes de películas", dice Levent Üzümcü. A finales de junio, Erdogan anunció querer volver a la normalidad, así como el fin de las restricciones de salida a partir del primero de julio. Pero, "que nadie me lo tome a mal", dijo Erdogan, la música a partir de las 24 horas seguiría estando prohibida. Las reacciones en los medios sociales no se hicieron esperar. Miles de personas, entre ellos muchos políticos y artistas, expresaron su enfado con el hashtag #KusuraBakıyoruz, (#NosLoTomamosMal).
La curadora independiente Eda Yiğit valoró la situación para DW: "Para la escena cultural, la pandemia implica una enorme fractura y muchas pérdidas. Numerosos artistas han caído en la pobeza, han tenido que endeudarse y echar mano de la ayuda financiera de sus parejas y familiares. Algunos, incluso se han quitado la vida por desesperación", relata.
(ms/ers)
Turquía: los orígenes de Erdogan en Estambul
En junio de 2019, un opositor socialdemócrata turco volvió a imponerse en las repetidas elecciones a alcalde de Estambul, pese al arraigo del presidente Erdogan en barrios como Kasimpasa, retratado en esta galería.
Barrio natal
A pocos pasos de la Torre Galata y de la central Avenida de Istiklal (o de la Independencia) de Estambul, en el lado europeo de la ciudad, se encuentra Kasimpasa. Es el barrio donde el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, nació y se crió hace 66 años. También es el lugar donde viven sus más leales seguidores.
Imagen: Demetrios Ioannou
Nueva era
En 2018, Turquía celebró una de las elecciones más importantes de la historia moderna del país. El 24 de junio, Erdogan comenzó un nuevo mandato de cinco años. "Turquía está entrando en una nueva era", dijo a los miembros de su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) el día en que volvió a prestar juramento como presidente.
Imagen: Demetrios Ioannou
Máximo poder
Tras un referéndum celebrado el mismo año, Erdogan logró cambiar la constitución y Turquía pasó de ser una democracia parlamentaria a ser una república presidencial. Fue el mayor cambio en el sistema político del país desde que la República Turca fue establecida por Mustafa Kemal Ataturk en 1923. Permitió que Erdogan sea hoy jefe de Estado y de Gobierno.
Imagen: Demetrios Ioannou
Uno más, como de la familia
Los carteles con la cara de Erdogan y las banderas del AKP adornaron Kasimpasa durante los días previos a las elecciones. Los carteles de los candidatos de la oposición solían ser encontrados desgarrados o destrozados. Para la gente de Kasimpasa, Erdogan es parte de la familia.
Imagen: Demetrios Ioannou
Un entorno simple
Erdogan proviene de una familia conservadora de clase obrera, una situación con la que muchos de pueden identificarse. Comenzó su carrera política en Kasimpasa, donde vivió la mayor parte de su vida. Fue alcalde de Estambul en 1994, primer ministro en 2003 y presidente de Turquía a partir de 2014.
Imagen: Demetrios Ioannou
Gran expectativa
Los vecinos de Kasimpasa vieron las noticias con impaciencia el día de las elecciones de 2018. La mayoría de los cafés del barrio estaban llenos de hombres que se habían reunido horas antes, esperando los resultados oficiales. Estaban envueltos en apasionadas discusiones políticas mientras bebían café turco o té caliente en ese cálido día de verano.
Imagen: Demetrios Ioannou
Héroe local
Erdogan es un héroe local en Kasimpasa, alguien como ellos que llegó a la cima. Aunque ya no es exactamente uno de ellos, como dicen algunos de sus oponentes. Pero para los locales nada ha cambiado. ¿Por qué votan por él? "Porque lo amamos", aseguró un vecino que le dio su apoyo.
Imagen: Demetrios Ioannou
Hombre de Kasimpasa
Erdogan es conocido en la zona como "Kasimpasali", u "hombre de Kasimpasa". Cuando los resultados iniciales fueron anunciados en la televisión, personas de todas las edades salieron a las calles de Kasimpasa para celebrar su victoria, a pesar de que aún no se habían contado todas las boletas. "Son traidores", sentenció un grupo de mujeres sobre los que votaron por la oposición.
Celebración
El desfile de la victoria recorrió las calles de Kasimpasa antes de terminar en la plaza central junto al puerto. Allí la gente cantó, bailó, lanzó fuegos artificiales y disparó rifles al aire. Una pantalla gigante mostró los resultados mientras que la gente se abrazaba y agitaba banderas del AKP. Fue la mayor victoria de Erdogan hasta la fecha, y sus antiguos vecinos celebraron por él.
Volver a las urnas
Un año después, Kasimpasa y el resto de Estambul fueron llamados a las urnas otra vez. En las elecciones para alcalde del 31 de marzo, venció el candidato opositor Ekrem Imamoglu. Pero el AKP denunció "irregularidades", el organismo electoral anuló los resultados y programó una repetición de las elecciones para el 23 de junio, pese a Erdogan y a Kasimpasa, Imamoglu se impuso de nuevo.