A juicio periodistas birmanos por investigar sobre rohinyás
9 de julio de 2018
Un tribunal birmano decidió procesar a dos periodistas de Reuters por, supuestamente, obtener de manera ilegal secretos de Estado en una investigación sobre la persecución de la minoría rohinyá.
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Así lo informó Reuters este lunes (9.07.2018). El tribunal ha atendido la petición de la fiscalía, que había pedido acusar de ese cargo a los reporteros birmanos Wa Lone, de 32 años, y Kyaw Soe Oo, de 28, que defienden su inocencia.
La corte puso fin así a la esperanza de los informadores de recobrar la libertad si desestimaba la petición de la fiscalía y les enfrenta a la posibilidad de ser condenados a 14 años de cárcel.
La decisión se produce después de que un testigo declarara en las vistas preliminares que los dos periodistas habían caído en una celada de las fuerzas de seguridad para incriminarles judicialmente.
Según la Policía, fue un "plan"
Según el capitán de la Policía Moe Yan Naing, el plan fue diseñado por un general de ese cuerpo, Tin Ko Ko, quien ordenó a agentes de la institución que prometieran a los informadores facilitarles el pasado diciembre documentos confidenciales.
El testigo detalló que el general instruyó a los agentes para que entregasen después a los informadores documentos secretos de las operaciones del Batallón 8 del Ejército en el estado de Rakáin, en el oeste birmano y hogar tradicional de los rohinyás.
Los dos reporteros fueron a continuación detenidos y acusados por la Policía de desvelar secretos de Estado.
MSF: Al menos 6.700 rohinyás asesinados
De credo musulmán y etnia bengalí, más de 700.000 rohinyás han buscado refugio en Bangladesh desde finales de agosto por las operaciones militares de castigo contra el grupo insurgente Ejército Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) tras la treintena de ataques que perpetró el 25 de agosto de 2017 en Rakáin.
Según los datos recabados por Médicos sin Fronteras, y que no reconocen las autoridades birmanas, al menos 6.700 rohinyás fueron asesinados durante la campaña de represalia militar.
Birmania -que niega a los rohinyás la ciudadanía, los trata como inmigrantes extranjeros y los somete a numerosas discriminaciones, como restricciones a la libertad de movimientos-, justificó el operativo militar como una respuesta a un "ataque terrorista".
La persecución de los rohinyás ha costado agrias críticas internacionales a la líder birmana y premio nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, por consentir lo que altos representantes de Naciones Unidas calificaron de "limpieza étnica de manual" con "indicios de genocidio".
La UE pide liberarlos y retirar cargos
La Unión Europea instó hoy a Birmania a dejar en libertad y retirar los cargos contra los dos periodistas del país asiático que trabajan para la agencia Reuters.
"La Unión Europea espera que se retiren los cargos contra los dos periodistas procesados por solo ejercer su profesión y sus derechos a la libertad de expresión", señala un comunicado de la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini.
La nota pide que los reporteros birmanos Wa Lone, de 32 años, y Kyaw Soe Oo, de 28, sean liberados "de forma inmediata" para que "se puedan reunir con sus familias y reanudar su vital trabajo".
Además dice que la decisión de presentar cargos contra los profesionales de la información "amenaza libertades fundamentales, unos medios de comunicación libres y el derecho del público a la información" en Birmania.
CP (efe, dpa)
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No hay niñez para los rohinyás en Cox's Bazar
Tiene 12 años. Aun así, el rohinyá refugiado Nur Hafes cuida a su familia. Durante la huida desde Myanmar hacia Bangladesh su papá se fue. Ahora su mamá está sola con él y sus hermanos.
Imagen: Reuters/A. Abidi
El sostén de la familia
Nur Hafes, de 12 años, busca personas en el campo de refugiados de Palong Khali que quieran darle un poco de dinero si los protege con su paraguas del penetrante sol. Da una mirada hacia los sacerdotes musulmanes, quienes a veces distribuyen las donaciones que han recolectado en sus comunidades. Él todavía no es un adulto y, sin embargo, debe cuidar a una familia de nueve.
Imagen: Reuters/A. Abidi
Un euro al día es un buen día
“A veces hago 50 o 100 takas, a veces llego a casa con las manos vacías”, dice Nur. Un taka es equivalente a un centavo de euro. Por 50 takas se compran alrededor de 250 gramos de chiles verdes en los mercados de los campos . Un pollo cuesta alrededor de 150 takas.
Imagen: Reuters/A. Abidi
Sola con ocho hijos
Nur es el mayor de ocho hermanos. Cuando el ejército llegó a la aldea de los abuelos, el padre de Nur huyó sin la familia. No lo han visto desde entonces. La huida a Bangladesh cerca de la ciudad de Cox's Bazar ha dejado a la madre Rabia sola con los niños. Los ancianos hacen todo lo posible para ayudar a Rabia a mantener a flote a la familia en el campo de refugiados.
Imagen: Reuters/A. Abidi
"El ejército incendió casas"
Hace dos meses, Rabia y los niños fueron expulsados de su pueblo natal en la provincia de Rakáin, Myanmar. "El ejército incendió casas donde todavía había gente", recuerda la madre de 33 años. "He visto tanta gente con heridas de bala". La familia huyó a casa de sus abuelos, pero solo un día después llegaron los soldados.
Imagen: Reuters/A. Abidi
Dependientes de la ayuda humanitaria
Como la mayoría en el campo de refugiados cerca de Cox's Bazar, Nur y su familia dependen de la ayuda humanitaria. Desde su casa solo pudieron llevar la ropa que tenían puesta, documentos de identidad, un par de fotos y una manta para protegerse de la lluvia. Como cabeza masculina de la familia, Nur acostumbra estar al frente ante las organizaciones de ayuda.
Imagen: Reuters/A. Abidi
Sobreprecio en los campos de refugiados
Por lo general, solo se distribuyen alimentos básicos a los refugiados (aceite, lentejas, cebollas) y a menudo no lo suficiente. Es por eso que los campos de Cox's Bazar tienen una gran cantidad de comerciantes que, por ejemplo, venden chiles verdes o nueces, como también anticonceptivos y cigarrillos. La mayoría de los productos cuestan más que en los mercados de las ciudades vecinas.
Imagen: Reuters/H. McKay
Nur ya trabajaba en Myanmar
Antes de huir de Myanmar, Nur vendía productos que su padre compraba al por mayor. Como apátridas, los rohinyás tenían poco acceso al sistema educativo antes de que el conflicto estallara y eran discriminados en el mercado laboral.
Imagen: Reuters/A. Abidi
Los más jóvenes están desnutridos
A pesar de sus esfuerzos y la ayuda humanitaria, a la familia de Nur a menudo le falta lo más esencial. Los dos hijos más pequeños de Rabia, Fátima, de un año y medio (en la foto) y Mohammed, de ocho meses, sufren de desnutrición, al igual que muchos de los niños en los campos. Se estima que el 60 % de los refugiados rohinyá son menores de edad. Muchos sufren de enfermedades como diarrea.
Imagen: Reuters/A. Abidi
"Ya no se comporta como un niño"
"Es joven, pero entiende que tiene una responsabilidad. Ya no se comporta como un niño", dice Rabia sobre Nur. Sus deseos para su futuro son sencillos: espera que pueda montar un negocio como comerciante en Bangladesh. Pero a veces él sueña con otra vida, una educación adecuada, tiempo para jugar fútbol con amigos, y así poder ser un niño.