A un año de la guerra, se mantiene la tensión entre Georgia y Rusia
8 de agosto de 2009Hace un año, en la noche del 7 al 8 de agosto de 2008, tropas de Georgia atacaban la ciudad de Zchinvali, la capital de la región independentista de Osetia del sur. Maria Kotajeva, una joven maestra, se encontraba en su casa junto con su madre, de 86 años de edad. “Poco antes de la medianoche escuchamos las primeras explosiones. Corrimos hacia el sótano de nuestros vecinos. Sobre nosotros ardía el tejado, así como las casas a nuestro alrededor.” En dichos ataques murieron 133 civiles, de acuerdo con un balance del Gobierno de Rusia.
El ejército ruso acudió a auxiliar a Osetia del sur e ingresó en la capital georgiana, Tibilisi. La fuerza aérea rusa bombardeó la zona central de Georgia, incluyendo a la ciudad Gori, que colinda con la región independentista. La ciudadana georgiana Tsitso Kuschaschwili charlaba con sus vecinos frente a su casa en el momento en que comenzó el ataque ruso. “La primera bomba alcanzó de lleno a un hombre y a una mujer. Ambos murieron de inmediato”, recuerda. “Mi hija corrió y yo busqué refugio. A mí no me pasó nada. Pero mi hija perdió la vida.”
Según informes del Gobierno de Georgia, en los ataques rusos murieron 69 civiles georgianos. Cerca de 25.000 georgianos fueron deportados definitivamente de Osetia del sur. Tsitso Kuschaschwilli dice lo que muchos de sus compatriotas piensan: “Aquí solíamos vivir todos juntos: georgianos, rusos y ciudadanos de Osetia del sur. ¿Cómo fue que pudo suceder todo aquello?”
Falta de visión
Rusos y georgianos se adjudican mutuamente la responsabilidad por aquella guerra. Rusia afirma que se vio en la obligación de intervenir para salvar vidas. El diplomático ruso Konstantin Kosatschow lo expresó así ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa: “Cuando Georgia ingresó en el Consejo de Europa, en enero de 1999, se comprometió a solucionar de manera pacífica todo conflicto en Osetia del sur y Abjazia.” Georgia rompió tal acuerdo la noche del 7 al 8 de agosto y, según Móscú, miles de civiles hubieran muerto en Osetia del sur de no haber intervenido Rusia.
La versión de Georgia es totalmente distinta. Los georgianos afirman que simplemente se defendieron ante una agresión rusa. El bombardeo a Zschinvali se produjo luego de que tanques rusos ingresaran a Osetia del sur, dice el Gobierno de Tibilisi. Éste opina además que Rusia pretendía derrocar al Gobierno georgiano prooccidental. Con ello, Moscú trataría de impedir que que Georgia se convirtiera en miembro de la OTAN.
Todo estaba planeado con mucha anticipación, señala Temur Jakobaschwili, ministro georgiano encargado de la reincorporación de las regiones independentistas. “La guerra de agosto no fue más que la prolongación de una política rusa que data de principios de los noventa, y que persigue socavar nuestra soberanía”, dice el funcionario.
Mediación europea
Es verdad que Rusia advirtió en repetidas ocasiones que no toleraría el ingreso de Georgia a la OTAN. Esto, se dijo, contravendría los intereses rusos en materia de seguridad nacional. La Alianza Atlántica ignoró las advertencias rusas. El ex presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llevó al máximo los niveles de confrontación con el Kremlin. La administración Bush apoyó casi incondicionalmente al presidente georgiano Saakaschwili.
A fin de aclarar definitivamente quién comenzó aquella guerra, la Unión Europea formó una comisión especial. El organismo presentará sus conclusiones a finales de septiembre, dos meses más tarde de lo originalmente contemplado. Según el semanario alemán Der Spiegel, la comisión dirá que Georgia inició las hostilidades.
Sin embargo, una gran mayoría de países, entre ellos la Unión Europea, apoyan a Georgia tras el fin de la guerra. Sobre todo, critican que Rusia reconozca a Abjazia y Osetia del sur como repúblicas independientes. Polonia es de los países que más apoyan a Georgia. Przemyslaw Grudzinski, del ministerio polaco de Asuntos Exteriores, asegura: “Jamás reconoceremos a Abjazia y Osetia del sur como Estados soberanos.”
Retirada parcial de Rusia
Tras el fin de la guerra, Rusia ha roto en varias ocasiones los acuerdos logrados. Los presidentes de Rusia y Georgia acordaron en agosto que las tropas de ambos países se colocarían en las mismas posiciones que ocupaban antes de que comenzara la guerra. Rusia replegó a su ejército fuera de Osetia de sur y Abjazia, pero dentro aún de territorio georgiano. Moscú aceptó además la presencia de observadores europeos en la región; no obstante lo anterior, les sigue negando el acceso a las regiones independentistas.
Como antes de la guerra, Georgia sigue frme en sus planes de ingresar a la OTAN. Por su parte, los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Atlántica mantienen el ofrecimiento de aceptar a Georgia. Así, la causa que originó las hostilidades de hace un año se mantiene. Poco antes del aniversario de la guerra, tanto Georgia como Rusia intercambiaron provocaciones. La tensión entre ambos países no parece llegar a su fin.
Autora: Gesine Dornblüth
Editor: Enrique López Magallón