Abren las urnas en Macedonia para decisivo referéndum
30 de septiembre de 2018
Apenas dos millones de electores están llamados a decidir un cambio en el nombre del país a "Macedonia del Norte", gracias al que Grecia retiraría su veto a la entrada en la Unión Europea y en la OTAN.
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Los colegios electorales abrieron hoy a las 7.00 hora local (5.00 GMT) en la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) y permanecerán abiertas doce horas, hasta las 19.00 hora local, para el referéndum sobre el cambio del nombre de este país balcánico, cuyo resultado podría abrir su camino hacia la Unión Europea y la OTAN.
Alrededor de 1,8 millones de electores podrán expresar su opinión sobre si se debe cambiar el nombre del país a "República de Macedonia del Norte" al contestar a la pregunta "¿Apoya la integración en la Unión Europea y la OTAN al aceptar el acuerdo entre la República de Macedonia y la República de Grecia?". El referéndum ha despertado un gran interés en todo Occidente, con un verdadero desfile de gobernantes extranjeros, incluida la canciller Angela Merkel o el secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, que han visitado el país para mostrar su apoyo.
Los ministros de Exteriores macedonio y griego, Nikola Dimitrov y Nikos Kotzias, firmaron en junio el acuerdo para que se utilice el nombre "Macedonia del Norte" tanto a nivel nacional como internacional, y cerrar así una disputa abierta desde que el pequeño país balcánico se independizó de Yugoslavia en 1991. Aunque el acuerdo no imponía la celebración de ningún referéndum, este se ha organizado con carácter no vinculante.
El riesgo de una baja participación en el referéndum es muy alto, pues las últimas encuestas mostraron que tan solo el 46% de los votantes potenciales piensan acudir a las urnas. Para ser válido, se requiere una participación de un mínimo del 50% de los electores. La expectativa general es que la participación esté por debajo del quórum pero que aquellos que voten a favor de la pregunta superen a los que voten en contra.
La Comisión Electoral Estatal ha informado de que no interpretará el referéndum consultivo como "exitoso" o "fallido", sino que tan sólo publicará el porcentaje oficial de participación y los resultados de la votación.
LGC (EFE/AP)
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Atrapados en la "jungla" de los Balcanes
Cientos de refugiados acampan a cielo abierto entre Serbia y Croacia. Mantienen la esperanza de llegar a Europa occidental y escapar de la vida en la "jungla". Dimitris Tosidis informa desde Sid.
Imagen: Dimitris Tosidis
La vida en la "jungla"
Más de 150 personas se esconden en la "jungla", una frondosa zona junto a una vía ferroviaria que une a la fronteriza ciudad serbia de Sid con Croacia. La mayoría de sus habitantes llevan en la mochila varios intentos de llegar a Europa central: con ayuda de traficantes, solos o en grupo, como polizones en camiones o trenes de carga.
Imagen: Dimitris Tosidis
El rastro de las lágrimas
A primera vista parece fácil seguir los raíles del tren. Pero el camino les ha costado la vida a muchos, cuentan los habitantes del campamento. Dos personas se quedaron dormidas en las vías y fueron arrolladas por el tren.
Imagen: Dimitris Tosidis
Las penurias del día a día
El afgano Ibrahim aprovecha el frío riachuelo que discurre bajo un puente para su higiene personal. Como él, todos los refugiados de la "jungla" viven en condiciones insostenibles: no hay servicios ni instalaciones para lavarse. En realidad, en Sid no hay nada para los migrantes.
Imagen: Dimitris Tosidis
Desayuno sobre ruedas
No todos los habitantes de la ciudad tratan igual a los refugiados. "No Name Kitchen" (cocina sin nombre), así se llama la iniciativa llevada a cabo por voluntarios que reparten el desayuno en el campamento. De parte de las autoridades serbias, en cambio, no llega ayuda de ningún tipo para la "jungla".
Imagen: Dimitris Tosidis
Un bocado caliente, por fin
Una comida caliente como la que cocinan estos dos refugiados en una fábrica abandonada es una rareza en la "jungla". El hambre, la escasez y la violencia diaria caracterizan la vida de los habitantes de este campamento en un remoto rincón de Serbia.
Imagen: Dimitris Tosidis
Una excepción entre muchos
También Dragan (en el centro de la imagen), que viene de Macedonia, se esconde en los bosques cercanos a Sid. Como el resto de los refugiados de aquí, también intenta abrirse camino hacia Europa central. Entre los cientos de Siria y Afganistán, Dragan es una especie de curiosidad, junto con otro refugiado chino.
Imagen: Dimitris Tosidis
La larga espera
Algunos solicitantes de asilo afganos matan el tiempo en el tejado de una fábrica abandonada. La espera al siguiente intento de llegar a alguna parte de Europa central es a menudo tormentosa.
Imagen: Dimitris Tosidis
Polizón
Un refugiado, un tren de carga, una posibilidad. En apenas un instante este hombre se esconderá en un vagón con la esperanza de alcanzar Croacia y desde allí poder seguir su camino hacia otro país europeo.
Imagen: Dimitris Tosidis
Siguiente parada: ¿Europa occidental?
Aquellos que pueden permitirse pagarle a un traficante intentan atravesar Croacia en taxi rumbo al oeste de Europa. El precio ronda los 1.200 euros.
Imagen: Dimitris Tosidis
La esperanza es lo único que muere
Jadali tiene 22 años y es afgano. Acaba de volver a Sid. Durante su último "intento de fuga" del campamento fue capturado en Croacia y pasó dos días en prisión. Las autoridades croatas, según cuenta, lo trataron muy mal. Autor: Dimitris Tosidis (EAL/VT)