Absuelven a bomberos españoles que rescataban migrantes
7 de mayo de 2018
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Este lunes (07.05.2018) una corte de la isla griega de Lesbos absolvió a tres bomberos españoles que en 2016 fueron detenidos por las autoridades griegas cuando eran voluntarios de una ONG que se dedicaba a rescatar refugiados sirios del mar. Manuel Blanco, José Enrique Rodríguez y Julio Latorre eran acusados de un delito de tráfico de personas en grado de tentativa, penado con hasta diez años de prisión, informaron medios españoles.
"¡Se ha hecho JUSTICIA! Manuel Blanco, Julio Latorre y Quique Rodríguez han sido absueltos de todos los cargos. Sin duda, esta representa una gran victoria de la ayuda humanitaria. ¡Volveremos para salvar vidas!", escribió en la red social Twitter Proem-AID, la ONG con la que trabajaron de voluntarios en Grecia.
Los tres bomberos estuvieron acompañados en el tribunal griego por el cónsul español en Atenas y representantes políticos españoles. Junto a ellos fueron absueltos también dos cooperantes daneses que fueron detenidos por los mismos hechos, en enero de 2016.
"Los focos están puestos hoy sobre nosotros, pero el verdadero problema es que sigue ahogándose gente en el mar", destacó uno de los bomberos españoles, Manuel Blanco, a su llegada a la sede judicial en Mitilene, capital de Lesbos.
Su caso suscitó reacciones en España y en el resto de Europa, desde donde llegaron numerosas muestras de apoyo. El presidente del Parlamento europeo, Antonio Tajani, consideró "un error" el juicio. "Es importante que los bomberos ayuden", dijo en una entrevista en la emisora española Cadena Ser. Desde Madrid, el ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, expresó su apoyo a los tres bomberos a través de Twitter.
Los hechos se remontan a enero de 2016, cuando los tres voluntarios españoles recibieron la llamada de una ONG danesa que les pidió su colaboración para un rescatar una embarcación a la deriva en el mar. Como el barco de Proem-AID estaba siendo reparado, salieron con el de sus compañeros daneses.
A su regreso a puerto, tras no encontrar a los inmigrantes que supuestamente estaban en apuros, fueron detenidos. Tres días después quedaron en libertad tras pagar una fianza. (dpa, El País)
Atrapados en la "jungla" de los Balcanes
Cientos de refugiados acampan a cielo abierto entre Serbia y Croacia. Mantienen la esperanza de llegar a Europa occidental y escapar de la vida en la "jungla". Dimitris Tosidis informa desde Sid.
Imagen: Dimitris Tosidis
La vida en la "jungla"
Más de 150 personas se esconden en la "jungla", una frondosa zona junto a una vía ferroviaria que une a la fronteriza ciudad serbia de Sid con Croacia. La mayoría de sus habitantes llevan en la mochila varios intentos de llegar a Europa central: con ayuda de traficantes, solos o en grupo, como polizones en camiones o trenes de carga.
Imagen: Dimitris Tosidis
El rastro de las lágrimas
A primera vista parece fácil seguir los raíles del tren. Pero el camino les ha costado la vida a muchos, cuentan los habitantes del campamento. Dos personas se quedaron dormidas en las vías y fueron arrolladas por el tren.
Imagen: Dimitris Tosidis
Las penurias del día a día
El afgano Ibrahim aprovecha el frío riachuelo que discurre bajo un puente para su higiene personal. Como él, todos los refugiados de la "jungla" viven en condiciones insostenibles: no hay servicios ni instalaciones para lavarse. En realidad, en Sid no hay nada para los migrantes.
Imagen: Dimitris Tosidis
Desayuno sobre ruedas
No todos los habitantes de la ciudad tratan igual a los refugiados. "No Name Kitchen" (cocina sin nombre), así se llama la iniciativa llevada a cabo por voluntarios que reparten el desayuno en el campamento. De parte de las autoridades serbias, en cambio, no llega ayuda de ningún tipo para la "jungla".
Imagen: Dimitris Tosidis
Un bocado caliente, por fin
Una comida caliente como la que cocinan estos dos refugiados en una fábrica abandonada es una rareza en la "jungla". El hambre, la escasez y la violencia diaria caracterizan la vida de los habitantes de este campamento en un remoto rincón de Serbia.
Imagen: Dimitris Tosidis
Una excepción entre muchos
También Dragan (en el centro de la imagen), que viene de Macedonia, se esconde en los bosques cercanos a Sid. Como el resto de los refugiados de aquí, también intenta abrirse camino hacia Europa central. Entre los cientos de Siria y Afganistán, Dragan es una especie de curiosidad, junto con otro refugiado chino.
Imagen: Dimitris Tosidis
La larga espera
Algunos solicitantes de asilo afganos matan el tiempo en el tejado de una fábrica abandonada. La espera al siguiente intento de llegar a alguna parte de Europa central es a menudo tormentosa.
Imagen: Dimitris Tosidis
Polizón
Un refugiado, un tren de carga, una posibilidad. En apenas un instante este hombre se esconderá en un vagón con la esperanza de alcanzar Croacia y desde allí poder seguir su camino hacia otro país europeo.
Imagen: Dimitris Tosidis
Siguiente parada: ¿Europa occidental?
Aquellos que pueden permitirse pagarle a un traficante intentan atravesar Croacia en taxi rumbo al oeste de Europa. El precio ronda los 1.200 euros.
Imagen: Dimitris Tosidis
La esperanza es lo único que muere
Jadali tiene 22 años y es afgano. Acaba de volver a Sid. Durante su último "intento de fuga" del campamento fue capturado en Croacia y pasó dos días en prisión. Las autoridades croatas, según cuenta, lo trataron muy mal. Autor: Dimitris Tosidis (EAL/VT)