Decenas de personas gritaron "bufones, vergüenza" y alzaron fotos de inmigrantes ilegales cuando el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, visitaron el hangar del aeropuerto donde se encuentran los cadáveres de las víctimas del accidente del 3 de octubre. Según la cifra aún provisional, el hundimiento del barco cargado de inmigrantes causó la muerte de 289 personas. Hubo además 155 supervivientes, pero los buzos siguen rescatando cadáveres del casco del buque, hundido a unos 50 metros de profundidad.

Los comisarios europeos fueron acompañados por el primer ministro italiano, Enrico Letta, y el ministro del Interior, Angelino Alfano, quien acaba de regresar de una reunión el martes con sus homólogos europeos. Allí pidió más ayuda al bloque para enfrentar el drama de la llegada de miles de inmigrantes. Sus palabras fueron escuchadas pero no se tomó ninguna medida y no se prevé a corto plazo un cambio en la política de asilo de la UE. Por ahora, sólo se formará un grupo de trabajo encargado de analizar los problemas en la materia.

Funeral de Estado y ayuda

Letta señaló que las víctimas del naufragio merecen un funeral de Estado, mientras Durao Barroso anunció ayuda para los campamentos de refugiados por un monto de 30 millones de euros.

Los habitantes de Lampedusa querían que la delegación de la UE visitara el centro de acogida de inmigrantes de la isla, que se encuentra totalmente desbordado. El martes, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) calificó de "inaceptables" las condiciones allí imperantes.

La alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, había declarado que los residentes quieren más que una visita simbólica. "Si vienen a Lampedusa solamente para expresar sus condolencias, mejor que manden un e-mail. Nosotros necesitamos aquí medidas concretas", se quejó.

er (dpa, ap, afp)