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Acoso callejero: ¿qué medidas toma América Latina?

12 de diciembre de 2016

Algunas medidas inmediatas de las autoridades locales resaltan la desprotección aún reinante ante las formas más cotidianas, visibles y extendidas de violencia contra la mujer en nuestras sociedades.

Protesta contra la violencia machista en Argentina.
Protesta contra la violencia machista en Argentina.Imagen: Getty Images/AFP/E. Abramovich

No importa que líderes mujeres hayan llegado a lo más alto del poder político en países latinoamericanos como Argentina, Chile y Brasil. O que más de la mitad de la región (19 países) haya aprobado legislación para garantizar la debida investigación y sanción del "feminicidio", "femicidio" u "homicidio agravado por razones de género”.

América Latina y el Caribe muestran avances legislativos en favor de los derechos de la mujer, pero no han podido acabar con la violencia machista, reconoce ONU Mujeres. La región −con 14 de los 25 países con tasas más altas de feminicidio − es responsable de más de la mitad de los feminicidios en todo el mundo: un promedio de 12 mujeres muertas cada día; casi 4.400 al año.

Sin embargo, el feminicidio suele ser apenas un eslabón de una cadena que incluye violaciones, trata, prostitución forzada, esclavitud sexual, secuestro, reclutamiento forzado por grupos armados, aborto y embarazo forzado, control afectivo y sexual, o el para algunos "inofensivo" acoso físico o verbal en espacios públicos y privados, entre otras formas de violencia.

Ante ellas, se requiere de un enfoque integral que implemente políticas activas de sanción de agresores, protección y reparación de víctimas, y −sobre todo− prevención y combate a las causas estructurales de estas violencias: "la desigualdad social, cultural y económica entre hombres y mujeres, construida sobre la base de patrones socioculturales basados en la premisa de la inferioridad de las mujeres", insiste el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile.

Por eso urge cerrar la brecha entre el planteamiento y la implementación de estas políticas, programas y leyes ya existentes en muchos países. Y por eso, mientras se acopian recursos y se apuesta al largo plazo para un "cambio cultural", algunas autoridades locales experimentan:

Argentina y Perú multan a acosadores

De acuerdo con el Primer Índice Nacional de Violencia Machista, el 97 por ciento de las argentinas admite haber sufrido acoso en espacios públicos y privados. De ahí que el Gobierno de Buenos Aires haya decidido prohibir y penar el acoso sexual verbal o físico con hasta diez días de trabajo de utilidad pública y hasta 1.000 pesos (unos 60 dólares) de multa.

La medida se aplicará a quienes incurran en "comentarios sexuales directos o indirectos al cuerpo; fotografías y grabaciones no consentidas a partes íntimas; contacto físico indebido o no consentido; persecución y arrinconamiento; y masturbación y exhibicionismo”, según se conoció este mes.

Mientras tanto, en Perú, luego de que la campaña "Sílbale a tu madre" se viralizara en todo el mundo y el Congreso aprobara una Ley para Prevenir y Sancionar el Acoso Sexual en los Espacios Públicos, localidades como San Borja, Pueblo Libre o Arequipa han aprobado multas de entre 197 y 750 soles (entre 57 y 220 dólares) contra "manifestaciones de índole inmoral, que causen agravio a cualquier persona a través de palabras soeces, alusión sexual y/o gestos."

Colombia busca educar contra los piropos

En Colombia −actualmente conmocionada por la violación y asesinato de una menor− un estudio de la ONG Profamilia señala que la violencia de género ha afectado a al menos el 74 por ciento de las mujeres.

El mes pasado, la Alcaldía de Timbío, en el departamento colombiano de Cauca, decidió prohibir los piropos en ese municipio. Mediante el decreto 120 del 2016, "se adoptan medidas para la sensibilización y prevención de formas y tipos de violencias y discriminación contra las mujeres como es el acoso callejero" y "se prohíben silbidos, frases de mal gusto, piropos en la calle, a las mujeres de este lugar caucano".

Además de prever una sanción pedagógica para quien incumpla la prohibición, la Alcaldía instaló vallas en el parque central, la plaza del mercado, el acopio de taxis, la estación de Policía y otras zonas identificadas por las mujeres como las más difíciles de transitar. "Eso que tu llamas piropo es acoso callejero y agrede e intimida a las mujeres", se lee en una. La medida se tomó luego de conocerse un sondeo en el que el 90 por ciento de las mujeres del municipio dijo haber sido víctima de este tipo de acoso.

Manifestación contra la violencia machista en México.Imagen: Getty Images/AFP/P. Pardo

México y Brasil proponen vagones exclusivos para mujeres

"Viajemos seguras” se nombra el programa lanzado hace ocho años ante una "avalancha de tocamientos” en  Ciudad de México, la capital más poblada de América Latina (y la décima del mundo). De lunes a viernes, en horarios pico, policías señalan cuáles son los vagones de mujeres e impiden el paso a los hombres. En los andenes, se transmiten anuncios que recuerdan las restricciones para abordar. Además, existen "estaciones de atención" para denunciar abusos.

Sin embargo, la medida no ha funcionado con éxito. El sistema no siempre funciona porque falla el control de los oficiales de policía en todas las estaciones. En 2015 se registraron unas 300 denuncias, pero la cifra es simbólica: la mayoría de las víctimas no formaliza su denuncia por miedo o falta de tiempo, reporta la prensa local. Un sistema similar, con similares fallas, funciona en Río de Janeiro desde 2006 y se implementó en Sao Paulo entre 1995 y 1997 (donde la iniciativa fue anulada ante reiteradas quejas de parejas y matrimonios).

A su versión colombiana, que funcionó durante dos años en el TransMilenio de Bogotá, se le puso fin en marzo último por no arrojar los resultados esperados. Las autoridades anunciaron entonces que tomarían otra medida a largo plazo: puntos de denuncia rápida para identificar las líneas con más incidentes y reforzar la presencia de autoridades. Además, la Policía colombiana ha experimentado con agentes encubiertas para capturar a los acosadores.

Según un estudio publicado en marzo pasado por la Fundación Thompson Reuters, los tres sistemas de transporte público más peligrosos para las mujeres en el mundo se hallan en América Latina: Bogotá, Ciudad de México y Lima.

¿Conoce otras medidas implementadas por autoridades locales en el país donde vive o en otros países de la región? ¡Coméntenos!

 

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