El activista chino invidente Chen Guangcheng se encuentra bajo protección estadounidense en Pekín tras protagonizar una audaz fuga para terminar con 19 meses de arresto domiciliario, dijo el sábado un grupo activista con sede en Estados Unidos, en un incidente que podría crear más tensiones entre ambos países.

Washington no ha realizado ninguna confirmación pública de los reportes que señalan que Chen, que escapó de los guardias y equipos de vigilancia que controlaban su casa en la provincia de Shandong, huyó a la embajada de Estados Unidos.

China tampoco ha querido hacer comentarios públicos sobre la supuesta huída, la cual amenaza con eclipsar una reunión de dos días con altos funcionarios del Gobierno del presidente Barack Obama en Pekín desde el jueves, entre ellos la secretaria de Estado Hillary Clinton.

Sin embargo, el grupo con sede en Texas ChinaAid dijo que se había enterado por "una fuente cercana a la situación de Chen Guangcheng que Chen se encuentra bajo la protección de Estados Unidos y que actualmente hay conversaciones de alto nivel entre funcionarios estadounidenses y chinos sobre su estatus".

"Debido a la gran popularidad de Chen, el Gobierno de Obama debe permanecer firmemente a su lado o arriesgarse a perder credibilidad como defensor de la libertad y el imperio de la ley", dijo en un correo electrónico Bob Fu, presidente del grupo de defensa de derechos religiosos y políticos, que lleva tiempo haciendo campaña por la libertad de Chen.

Los reportes sobre la huída de Chen se conocieron casi tres meses después de que un funcionario chino, Wang Lijun, escapara a un consulado estadounidense el 6 de febrero, desencadenando un escándalo que sacudió al Partido Comunista meses antes de un importante traspaso de poderes.

La breve fuga de Wang al consulado estadounidense llevó a la caída del alto funcionario Bo Xilai, que había aspirado públicamente a un puesto en el círculo de poder en Pekín.

Chen, un abogado autodidacta que hizo campaña contra los abortos forzados, llevaba confinado al margen de la ley en su casa de la aldea de Linyi, en la provincia oriental de Shandong, desde septiembre de 2010, cuando salió de la cárcel.

Su confinamiento bajo una vigilancia implacable con su familia provocó protestas de simpatizantes chinos y críticas de grupos y gobiernos extranjeros.

dpa

Editor: José Ospina-Valencia