Acuerdo de CE con Pfizer para comprar 1.800 millones dosis
20 de mayo de 2021
El acuerdo de la Comisión Europea con Pfizer/BioNTech se realizó para la compra de 900 millones de vacunas contra el COVID-19.
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La Comisión Europea (CE) firmó este jueves el acuerdo -ya anunciado en abril- con Pfizer-BioNTech, para la compra de 900 millones de vacunas contra el COVID-19 entre finales de 2021 y 2023, con la opción de otras 900 millones adicionales, según comunicó el Ejecutivo comunitario.
Según Bruselas, el acuerdo estipula que desde 2022 se garantice la entrega de las vacunas, obliga a que su producción se haga en la UE y que los componentes esenciales para fabricarla se obtengan también en territorio comunitario.
También refuerza la posibilidad que tienen actualmente los países de la UE para revender o donar las dosis sobrantes a terceros países o a través de la iniciativa COVAX.
"La producción y la entrega a la UE de hasta 1.800 millones de dosis están garantizadas. Contratos potenciales con otros productores seguirán el mismo modelo de beneficio para todos", escribió la presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, en su cuenta oficial en Twitter.
La comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides añadió que " necesitamos ir un paso por delante del virus. Esto implica tener acceso a vacunas adaptadas para protegernos contra la amenaza de las variantes".
Cuando anunció el acuerdo, Von der Leyen, dijo que Bruselas ha apostado por renovar el acuerdo con Pfizer-BioNTech por las garantías que ofrece en el cumplimiento del contrato actual y porque su vacuna se basa en la nueva tecnología del ARN mensajero.
El objetivo es tener vacunas suficientes para poder combatir las variantes y poder afrontar la vacunación de los menores, así como disponer para una posible tercera dosis en los próximos años. (EFE).
Coronavirus: vacunación en lugares remotos e insólitos
Los equipos sanitarios realizan viajes largos, a veces duros, para vacunar a personas en todo el mundo contra el coronavirus, escalando montañas, cruzando ríos, y también caminando muchas horas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Escalando hacia los pueblos montañosos
Quien quiera vacunar a la gente en las regiones montañosas del sureste de Turquía debe estar en forma. La vacunación en los pueblos de montaña es particularmente importante, dijo el doctor Zeynep Eralp en una entrevista con DW: "La gente suele convivir muy cerca" y el virus se puede propagar rápidamente. Además, a la gente no le gusta ir a los hospitales, "así que tenemos que acudir a ella".
Imagen: Bulent Kilic/AFP
Vacunación con nieve y frío
La gente muy mayor no van sola al centro de vacunación. En el Valle Maira, en el oeste de los Alpes italianos, muy cerca de la frontera con Francia, los médicos van de casa en casa para vacunar a personas mayores de 80 años contra el coronavirus. Por el camino cuentan con apoyo religioso.
Imagen: Marco Bertorello/AFP
En avioneta al río Yukon
Con su cargamento de vacunas contra el coronavirus, esta enfermera viaja a Eagle en avión. Menos de 100 personas viven en ese lugar al pie del río Yukon, en Alaska, EE. UU. La población indígena tiene preferencia en muchos programas de vacunación, porque vive muy lejos y el próximo centro de salud le queda lejos.
Imagen: Nathan Howard/REUTERS
No solo vacunar sino también convencer
Anselmo Tunubala se lava las manos antes de vacunar a una anciana. Todos los días, este hombre de 49 años anda por las montañas en el suroeste de Colombia para explicarle a la gente en el idioma local lo importante que es la vacunación. Es miembro de los misak, quienes viven allí. Son muy escépticos ante la vacunación, porque confían mucho en la medicina tradicional y sus líderes religiosos.
Imagen: Luis Robayo/AFP
Caminando durante horas para vacunarse
Estos hombres y mujeres caminaron hasta cuatro horas para vacunarse en la remota ciudad de Nueva Colonia, en el centro de México. Pertenecen al pueblo indígena de los wixárika. Internacionalmente son más conocidos con el nombre de huicholes.
Imagen: Ulises Ruiz/AFP/Getty Images
Vacunación en una barca
Olga Pimentel arrimó su bote junto al del equipo de vacunación. Solo se puede llegar a la comunidad de Nossa Senhora Livramento en Río Negro, en Brasil, a través del río. "¡Bien! Apenas dolió", dijo la mujer de 72 años entre risas y gritó: "¡Viva SUS!", el sistema de salud pública de Brasil.
Imagen: Michael Dantas/AFP
Vacunando sin electricidad
Durante mucho tiempo, el presidente populista de derecha Jair Bolsonaro no estuvo a favor de la vacunación contra el coronavirus en Brasil. Los pueblos indígenas y los quilombolas, descendientes de esclavos africanos, fueron de los primeros en ser vacunados. Incluida Raimunda Nonata, de 70 años. Como su comunidad no tiene acceso a la red eléctrica, la vacuna se administró a la luz de las velas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Médico en casa en Japón
También en Japón, el médico va a casa a vacunar. Aunque las metrópolis japonesas se encuentran entre las ciudades más grandes del mundo, el país del este asiático también tiene pueblos pequeños y aislados con solo unos pocos cientos de habitantes, como Kitaaiki. Cualquiera que no pueda llegar a la siguiente ciudad más grande, está feliz con la visita de un médico a su hogar.
Imagen: Kazuhiro Nogi/AFP
Vacunas muy valiosas en Indonesia
A principios de enero, en Indonesia también comenzaron a vacunar. En barco, el personal sanitario viajó a islas remotas. Las vacunas en la nevera son tan valiosas que hubo personal de seguridad cuidando las dosis.
Imagen: Chaideer Mahyuddin/AFP
Vacunación como evento de supercotagio
La India es actualmente el país más afectado por la pandemia. A mediados de marzo, trabajadores médicos llegaron a la aldea de Bahakajari, en el río Brahmaputra. Estas mujeres querían registrarse para ser vacunadas. Sin mascarilla, sin distancia de seguridad. Ojalá esta situación no haya provocado más contagios.