Acuerdo de Paz en 2021:¿Logrará o malogrará Colombia la paz?
José Ospina-Valencia
6 de enero de 2021
Cada cinco días se ha asesinado a un firmante del Acuerdo de Paz en Colombia desde su firma en 2016. La estigmatización contra quienes han dejado las armas se traduce en órdenes de muerte. La paz corre grandes riesgos.
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Solo habían pasado cuatro horas y media del nuevo año cuando la joven Yolanda Zabala se convirtió en la primera víctima mortal en 2021. Yolanda, de 22 años, había dejado las armas gracias al Acuerdo de Paz de 2016 y adelantaba su proceso de reintegración en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) en Anorí, departamento de Antioquia. Además de Yolanda y su hermana, se reportan los asesinatos de Rosa Amalia Mendoza Trujillo en Montecristo, Bolívar, y de Manuel Alonso en Miranda, Cauca. Estos últimos también en proceso de reintegración a la vida sin armas.
La ONG Indepaz cifraba hasta diciembre en 250 el número de excombatientes asesinados después de la firma del Acuerdo de Paz el 24 de noviembre de 2016, ahora la cuenta no oficial va en 253. "Colombia ha sido uno de los países más peligrosos del mundo para quienes defienden los derechos humanos, los territorios ancestrales y los recursos naturales. Pero desde la firma del Acuerdo de Paz la situación ha empeorado”, dice Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Asesinatos no son "casos aislados”
"No se trata de casos aislados. Los asesinatos, tanto de excombatientes como de líderes defensores de Derechos Humanos, son un fenómeno que vivimos desde el inicio de la implementación del Acuerdo de Paz y que está relacionado con el deterioro de las condiciones de seguridad. Los asesinatos se han concentrado en 6 de los 21 departamentos del país en los que se han presentado estos hechos", dice a DW Diana Esther Guzmán, subdirectora de Dejusticia, un centro de estudios dedicado al "fortalecimiento del Estado de derecho y a la promoción de los derechos humanos”, con sede en Bogotá.
"Las disidencias de las FARC y los neoparamilitares o grupos armados residuales, producto de la desmovilización de paramilitares en el proceso de Justicia y Paz (bajo Álvaro Uribe, 2005), son considerados los principales victimarios de los excombatientes y líderes sociales”, explica a DW el jurista Sergio Ruano, magister en Derechos Humanos y derecho internacional humanitario de la Universidad Nacional de Colombia.
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"Causas erradas” del Gobierno de Iván Duque
Para Ruano, "la postura limitada del Gobierno nacional” frente a las causas de los asesinatos dificulta su investigación, toda vez que "está probado que el narcotráfico no es el principal motivo de los homicidios porque en el 63% de los territorios con cultivos de coca no se presenta este tipo de homicidios”. A esta conclusión llega la UIA, la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, el órgano que en materia de policía judicial aporta la documentación al Tribunal para la Paz. Por ello el jurista habla de "causas erradas” en las que incluye la leyenda de que los excombatientes caen víctimas de "rencillas personales”.
"Los asesinatos de excombatientes, ya sean por intereses económicos o políticos, dentro o fuera de las zonas de reincorporación, nos habla de los riesgos que enfrenta la implementación del Acuerdo y la paz como un todo”, advierte Diana Guzmán, especialista en investigación socio-jurídica de la Stanford University.
Si bien las causas de los asesinatos son múltiples y hacen parte de la larga historia de violencia socio-política en Colombia, la subdirectora de Dejusticia destaca como factor decisivo "la persistente estigmatización de los excombatientes, llamándolos ‘terroristas'”, lo que dificulta el mantenimiento de garantías de seguridad y la implementación misma del Acuerdo de Paz. La analista resalta, además, que "los ataques de fuerzas políticas del Centro Democrático (partido de Gobierno), que aún rechazan vehementemente el Acuerdo, complican la construcción de paz en la que se encuentra Colombia”. En este contexto, la jurista recuerda que "la implementación del Acuerdo de Paz no ha recibido la financiación requerida por parte del Gobierno nacional”. "El apoyo y la voluntad política juegan un papel importante en la garantía de seguridad de los excombatientes y todos los que se la están jugando por la paz”, concluye la jurista.
Ambos juristas coinciden: "La solución a la violencia que viven las y los excombatientes se encuentra en la implementación de los instrumentos previstos por el Acuerdo Final de Paz, medidas que el gobierno no aplica vigorosamente”, es igualmente la convicción del investigador Sergio Ruano.
El Acuerdo de Paz (aún) no ha fracasado
Diana Esther Guzmán no cree que el Acuerdo de Paz haya fracasado, aunque "sí enfrenta retos y riesgos significativos como la seguridad de excombatientes y defensores de derechos humanos”, reconoce, y urge "fortalecer la institucionalidad encargada de los derechos de las víctimas”.
Si bien políticos y violentos siguen atacando el Acuerdo de Paz, a pesar de las muy lamentables muertes, hay éxitos de mostrar plasmados en sendos informes a concluirse en los próximos meses: "Los avances de la Comisión de la Verdad demuestran el importante trabajo de dignificación, reconocimiento y empoderamiento de las víctimas y sus comunidades; la JEP ha avanzado con la apertura de casos, así como la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, además de las múltiples iniciativas de paz en las regiones”. Tanto para Diana Esther Guzmán como para Sergio Ruano, el seguimiento y participación de la comunidad internacional, en este caso de la Unión Europea, es ahora más importante que nunca.
Por último, la subdirectora de Dejusticia insta a que "Colombia, como sociedad y como Estado, debe jugársela este 2021, un año que será decisivo para fortalecer la implementación de la paz”. Así, 2021 será clave para ver si Colombia logra afianzar la paz, a pesar de los que insisten en sembrar la guerra.
(few)
Parques colombianos: el otro legado de los Acuerdos de Paz
El descubrimiento de nuevas especies en zonas de los Andes, la Amazonía y regiones costeras del Pacífico y el Caribe de Colombia, que estuvieron aisladas durante casi medio siglo, abre el país al ecoturismo.
Imagen: Parques Nacionales
Colombia, campeona en biodiversidad
Colombia cuenta con 59 áreas naturales que pertenencen al Sistema de Parques Nacionales Naturales. Representan 142.682 kilómetros cuadrados de la superficie del país, de los cuales un 11,27% constituye el área continental y el 1,5% el área marina. Allí hay 311 tipos de ecosistemas continentales y costeros, entre los que están la Serranía de la Macarena (foto) y la Sierra Nevada de Santa Marta.
Imagen: PNN/C. Byfield
Concentración de riqueza
Solo en un 10 por ciento del territorio se concentra el 70 por ciento de la biodiversidad, debido a que cuenta con dos océanos y grandes áreas geográficas naturales, como la Amazonía, la Orinoquía, los Andes y los valles de los ríos Cauca y Magdalena. Así, se sitúa como el primer país en diversidad de aves (foto) y orquídeas y el segundo en variedad de plantas, anfibios, peces de río y mariposas.
Imagen: Parques Nacionales
Aumentando la biodiversidad, descubriendo nuevas especies
A la biodiversidad existente hay que agregarle la descubierta en territorios inaccesibles durante casi medio siglo debido al conflicto armado. En junio de 2016, el gobierno colombiano lanzó una iniciativa compuesta por una veintena de expediciones científicas que han permitido el hallazgo de nuevas especies. Los territorios explorados han sido zonas de los Andes y la Amazonía, entre otras.
Imagen: Felipe Villegas, Instituto Humboldt/Colombia Bio
Parques abiertos al ecoturismo
La Serranía del Parque del Chiribiquete (foto) formó parte de estas expediciones científicas, pero permanece cerrado al público al encontrarse habitado por pueblos indígenas incomunicados. De las 59 áreas protegidas 29 tienen vocación ecoturística y 23 están abiertas al ecoturismo. Se trata de una estrategia de conservación y gestión que también busca mejorar la vida de las comunidades locales.
Imagen: S. Winter
Observación de flora y fauna, una de las actividades principales del ecoturismo
Las comunidades ofrecen actividades como observación de fauna y flora silvestre, en el marco del Programa de Ecoturismo Comunitario. Esta iniciativa se lleva a cabo en 8 áreas protegidas: Corales del Rosario y San Bernardo, Iguaque, Utría, Otún Quimbaya, Cocuy, Chingaza (foto), Nevados y Cueva de los Guácharos, y en dos áreas protegidas de concesión de servicios ecoturísticos: Tayrona y Gorgona.
Imagen: Parques Nacionales
De la coca al ecoturismo
Colonizada a mitades del siglo XX por millares de campesinos expulsados de las zonas andinas, la Serranía de la Macarena ha convivido con la guerrilla, las Fuerzas Militares y los cultivos de coca, reúne formas de vida de cuatro regiones naturales: Orinoquía, Amazonía, los Andes y la Guyana. Asimismo, dentro del parque fluye el río Caño Cristales (foto), conocido como el río de los siete colores.
Imagen: PNN/C. Byfield
El atractivo de los corales colombianos
No obstante, el parque de los Corales del Rosario y San Bernardo atrajo a 939.081 visitantes en el segundo trimestre de este año. Ubicado en la costa Caribe de Colombia, comprende una amplia zona marina frente a las costas de los departamentos de Bolívar y Sucre, la formación de arrecife de coral (foto) más extensa y con mayor diversidad y desarrollo de la costa continental del Caribe colombiano.
Imagen: Parques Nacionales
Playas de arena blanca y vestigios arqueológicos
En segundo lugar se encuentra el Parque Nacional Natural Tayrona, con un total de 244.365 visitantes en el segundo semestre de 2018. Las playas de arena blanca (foto) de Chengue, Gayraca, Cinto, Neguanje, Concha y Guachaquita delimitadas por manglares forman parte de los atractivos que ofrece el parque, que también cuenta con vestigios arqueológicos de una antigua ciudad del pueblo Tayrona.
Compuesta por dos islas, Gorgona y Gorgonilla, en esta reserva natural el gobierno colombiano construyó una prisión de máxima seguridad en 1959. En 1984 un colectivo de científicos, ambientalistas y llevó a cabo una campaña para el cierre de la misma y así surgió el parque. El paso de las ballenas jorobadas cerca de sus playas en los meses de junio a octubre, atrae a numerosos turistas.
Imagen: PNN
La 'sala de partos' de las ballenas jorobadas
El avistamiento de ballenas jorobadas, de junio a noviembre, también es uno de los atractivos del Parque Nacional Natural de Utria. Aquí se aparean y pasan un tiempo antes de continuar su viaje hacia el sur. A pesar de la presencia esporádica del ELN, el parque, junto con las comunidades locales indígenas, ofrece actividades como el senderismo y la observación de fauna (foto) y flora silvestre.
Imagen: Parques Nacionales
La nueva vida de los indígenas tras el conflicto
Declarado el primer Parque Nacional Natural de Colombia, la Cueva de los Guácharos pertenece a la Reserva de la Biosfera Cinturón Andino de la UNESCO. Ubicado en el sur-occidente del Caquetá, conserva el patrimonio cultural de los indígenas que llegaron a la zona suroriental del Huila. Una vez finalizado el conflicto con las FARC, se empezó a trabajar con la comunidad local sobre ecoturismo.
Imagen: PNN/T. Marent
Territorio indígena no apto para turistas
El Parque Nacional Natural de Güicán, El Cocuy y Chita (foto) es territorio sagrado para los indígenas U‘wa y está cerrado al turismo. No obstante, es un refugio para escaladores de montaña, ya que se trata de la mayor masa glaciar de Colombia, conformada por más de 25 picos cubiertos de hielo y nieve. Las actividades de ecoturismo del parque han ayudado al desarrollo de comunidades locales.
Imagen: PNN/A. Hurtado
La amenaza del cambio climático
Estas áreas naturales no se libran del cambio climático. El Parque Nacional Natural Los Nevados, en el corazón de la región cafetera colombiana, concentra tres de los glaciares del país: Nevados del Ruiz, Nevado del Santa Isabel y Nevado del Tolima. No obstante, la amenaza del deshielo a causa del aumento de temperatura prevé que los dos últimos pueden desaparecer por completo entre 2020 y 2030.
Imagen: Parques Nacionales/Christian García
Destino ecoturístico del Eje Cafetero
Otro destino que está despertando interés en esta zona es el Santuario de Flora y Fauna Otún Quimbaya. Cerca del 90% del área protegida corresponde a bosques naturales y bosques maduros y concentra a más de 300 especies de aves, entre otras especies de fauna (foto) salvaje. Este destino se fue reconocido por tercera vez en el 2017 como entre los 100 destinos de turismo sostenible del mundo.
Imagen: Parques Nacionales
La octava maravilla
La Reserva de la Biosfera El Tuparro se caracteriza por una extensa sabana verde surcada por ríos y playas doradas, y fue definida por el explorador Alexander von Humboldt como la "octava maravilla del mundo". Tuparro es parte de la región del Orinoco, y aunque en el pasado las FARC a veces la usaban como un camino hacia Venezuela, hoy allí se puede practicar senderismo y observación de aves.