Desde hace 18 años se espera este momento: cerrar entre la UE y el Mercosur un acuerdo comercial. Desde hace un año parece estar muy cerca. Pero vuelve a haber dudas. Un recuento de la historia y la situación.
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Hasta que está listo, el texto de las negociaciones de los acuerdos comerciales de la UE es básicamente secreto. También el que se negocia con Mercosur. Sin embargo, los lineamientos generales se conocen. También los problemas. Según informa la Comisión Europea –que negocia en nombre de sus 28 miembros-, los europeos están "plenamente comprometidos” con finalizar el acuerdo.
Para los cuatro países del Mercosur, la UE es su primer socio comercial. La UE es el mayor inversionista en la región.
Las exportaciones de la UE a la región crecieron de 21 mil millones (2005) a 46 mil millones (2015).
Las mayores exportaciones de Mercosur a la UE han sido productos agrícolas y ganaderos, productos minerales y productos de la industria maderera.
Historia
1995 Cuatro años después de que naciera el Mercosur, la UE comenzó a negociar con el bloque sudamericano un acuerdo de libre comercio. La meta era concluir en 1999
2000. Comenzaron negociaciones de un Acuerdo Birregional. Se suspendieron en 2004.
2010. Se relanzaron las negociaciones para un acuerdo de libre comercio, en realidad sin mucha perspectiva debido, mayormente, al proteccionismo tanto de Argentina como de Brasil.
2012. Se vuelven a suspender las negociaciones.
2016. Los cambios políticos en Argentina y Brasil abren la puerta a unas negociaciones ágiles, a partir de octubre. La meta : concluir en diciembre de 2017 para la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, en Argentina.
2017. La prisa por concluir por lo menos un acuerdo de mínimos se debe a que los europeos ven la oportunidad para cerrar un trabajo de 18 años. Las elecciones en Brasil en 2018 podrían cambiar el mapa político favorable a una negociación. De no lograrse en 2017, así la Comisión Europea, se corre el riesgo de que quede aparcado algunos años.
Estado de las negociaciones
En la quinta ronda de negociaciones, celebrada a principios de octubre en Brasilia, quedó claro que buena parte de las dificultades para alcanzar un acuerdo decisivo son las diferencias en relación al sector ganadero.
Este sector, altamente competitivo en los países del Mercosur, está protegido en la UE por subvenciones.
Los bloques no producen bajo las mismas condiciones y con los mismos estándares. Los ganaderos de la UE tienen reglas medioambientales más estrictas. Va en detrimento de su competitividad en comparación a la producción del Mercosur, pero gozan de subsidios comunitarios.
Asociaciones de consumidores europeas temen por la calidad de la carne importada del Mercosur. Preocupa especialmente el uso de antibióticos en la cría del ganado.
La oferta europea de importar sin aranceles 70.000 toneladas de ganado vacuno no complace a Mercosur. Sobre todo Francia e Irlanda ven en una mayor cuota un peligro para sus productores. La cuota de etanol ofrecida por la UE tampoco es suficiente para los socios latinoamericanos.
El sector de la ganadería y la agricultura involucra solo a 10 millones de europeos, dicen los que favorecen el acuerdo y se sienten "rehenes del sector ganadero y el de la agricultura”. La reforma de la PAC ofrecería una gran oportunidad para negociar compensaciones para quienes el acuerdo con el bloque sudamericano representase desventajas.
Alemania, España e Italia querrían ver rubricado lo antes posible un acuerdo que eliminaría barreras al comercio de servicios, permitiría acceso a las compras públicas y protegería la propiedad intelectual.
Las economías de ambos bloques son, mayormente, complementarias pues la UE provee bienes industriales y Mercosur materias primas y derivados.
Diez problemas urbanos de Buenos Aires
La falta de drenaje en algunas zonas, el uso del vehículo en lugar del sistema de transporte público y el desaprovechamiento del potencial que ofrece el Río de la Plata son algunos de los contratiempos de Buenos Aires.
Inundaciones en plena ciudad
La falta de un drenaje equilibrado en ciertas zonas de la ciudad de Buenos Aires genera inundaciones, especialmente en la época de lluvias intensas en los meses de febrero y marzo. Desde 2007 se ha buscado solucionar este problema con obras de un coste de 440 millones de dólares pero que no han sido suficientes para terminar terminado con este contratiempo.
Imagen: DW/M. Bláuab
Metrobús sin usuarios
Inaugurado en 2013 sobre la Avenida 9 de Julio, el Metrobús en Buenos Aires ha cumplido con sus objetivos acelerando el tiempo de viaje de cada línea y aliviando parte del tránsito. Sin embargo, esta mejora no ha atraído a un mayor número de usuarios que siguen utilizando el automóvil privado como medio de transporte
Imagen: DW/E. Zeballos
Paisaje urbano poco cohesionado
La ciudad de Buenos Aires aún tiene una deuda pendiente con el paisaje urbano y los ciudadanos: una ley que homologue puntos claves de los estilos arquitectónicos y edilicios de las construcciones estableciendo límites para la altura de los edificios.
Imagen: DW/M. Bláuab
Desaparición del pasado urbano
El Barrio de Palermo ha sufrido la mayor cuota de renovación en toda la ciudad de Buenos Aires. Distintas áreas han sido modificadas por completo a lo largo de las últimas décadas con una superposición de edificios modernos y elevados. A pesar de ello, aún sobreviven algunos pocos testimonios urbanos de comienzos del siglo XX.
Imagen: DW/M. Bláuab
Deuda con el arte
Según consigna el arquitecto y urbanista argentino, Javier Fernández Castro, una de las deudas de la ciudad es de una política de embellecimiento profunda. Floralis Genérica es uno de los pocos ejemplos de las últimas décadas. Con una estructura de acero inoxidable y armazón de aluminio y hormigón armado, el regalo del arquitecto argentino Eduardo Catalano, fue inaugurado el 13 de abril de 2002.
Imagen: DW/L. Scarponi
Falta de defensa de espacios históricos
A medida que la tendencia modernista avanza en la ciudad de Buenos Aires, todavía sobreviven pequeños espacios que remiten a épocas más remotas, como el Pasaje San Carlos, en el barrio de Almagro. Según los defensores del patrimonio porteño, la gran amenaza de esta tendencia es que no exista una política firme de defensa de espacios históricos e hitos urbanos.
Imagen: DW/P. Olivera da Silva
Menos espacios de encuentro
Las plazas de Buenos Aires van perdiendo, paulatinamente, su valor como ágora pública y espacios de encuentro para la ciudadanía. Desde comienzos del siglo XXI, los parques y plazas han sido enrejados restringiendo su uso a los habitantes en horarios determinados durante el día. Plaza Francia, es uno de los pocos casos en donde todavía se conserva el espacio abierto y de encuentro irrestricto.
Imagen: DW/L. Scarponi
Barrios marginales desintegrados
La Villa 31, ahora llamado Barrio 31, es una zona de contrastes con sectores populares trabajadores y delicuentes que se esconden y operan gracias a la ausencia prolongada del Estado durante varios años. La urbanización es la apuesta firme de la ciudad para integrar el barrio que ha permanecido marginado durante varios años.
Imagen: Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Sin articulación en el Retiro
La terminal de Retiro alberga al menos dos líneas ferroviarias, la estación de subterráneo C y la densamente poblada terminal de ómnibús. A pesar de que las estaciones se encuentran acotadas en una misma área común no existe todavía una articulación acorde entre ellas.
Desaprovechamiento del Río de la Plata
A pesar de que la ciudad de Buenos Aires fue fundada a la vera del río más ancho del mundo, el Río de la Plata, le da la espalda mirada puesta hacia adentro. La ciudad de Buenos Aires se caracteriza por no estar conectada con el río por falta de accesos con los edificios en general funcionando como una barrera artificial.