El acuerdo sobre migración acordado entre la UE y Turquía entró en vigor. Ahora el bloque comunitario se enfrenta a la hercúlea tarea de organizar el traslado de los refugiados de Grecia a Turquía.
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Mientras los refugiados y migrantes siguen arribando a las islas griegas en botes procedentes de Turquía, en Bruselas la Comisión Europea se esfuerza por llevar a la práctica las decisiones pactadas en la cumbre sobre migración entre la UE y Turquía. “Trabajamos las 24 horas del día”, asegura el portavoz del ente europeo, Margaritis Schinas.
El domingo pasado (20.03.2016) entró en vigor un acuerdo que estipula que todos los refugiados y migrantes que, a partir de esa fecha, lleguen a Grecia procedentes de Turquía sean devueltos a este último país. No obstante, desde hace años Grecia no puede garantizar procesos de asilo individuales y regulados.
Por ello, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, nombró encargado especial al alto funcionario europeo Maarten Verwey, quien hasta ahora había estado a cargo de la construcción de los centros de registro de refugiados en Grecia, los llamados hotspots.
De ahora en adelante contará con el apoyo de 4.000 nuevos empleados, que deberán introducir procesos de asilo exprés. En opinión de Juncker, se trata de la mayor operación logística que la UE ha tenido que enfrentar por cuenta propia.
El tiempo apremia
Veinte países miembro del bloque comunitario se comprometieron a aportar personal y ayuda material para apoyar los esfuerzos griegos. No obstante, hasta ahora solo hay anuncios concretos por parte de Alemania y Francia, que enviarán a 100 administradores y 200 policías al país mediterráneo. Como mínimo se necesitan 2.500 funcionarios de los países de la UE.
Natascha Bertaud, portavoz de la Comisión Europea, dijo que la idea es llevar a estas personas lo más rápido posible a las islas griegas. Según el plan acordado, los primeros ayudantes deberían llegar el 28 de marzo. Una semana más tarde, a partir del 4 de abril, deberán haber concluido los primeros procesos de asilo y comenzar las expulsiones.
Turquía, ¿un país seguro?
No obstante, para que los refugiados puedan ser devueltos a Turquía, el Parlamento griego debe declarar “seguro” a ese país receptor, de acuerdo al derecho de asilo europeo. Por su parte, Turquía debe garantizar la protección de las personas devueltas, respetando las respectivas convenciones de las Naciones Unidas.
En cuanto los primeros refugiados sirios sean expulsados de Grecia con destino a Turquía, se pretende comenzar con la reubicación de otros sirios que se encuentran en ese país y que serían distribuidos en la UE. Actualmente se cuenta con la capacidad para acoger a 18.000 refugiados. Sin embargo, será necesario crear 54.000 cupos adicionales.
Aún no está claro qué pasará con los cerca de 50.000 refugiados y migrantes que ya se encuentran en Grecia, como los varados en el campamento de Idomeni, puesto que no forman parte del nuevo acuerdo UE-Turquía. La Comisión Europea calcula que la mitad será reubicada poco a poco conforme a un sistema de repartición vinculante para los países miembro del bloque. El comisario europeo de Migración, Asuntos Internos y Ciudadanía, Dimitris Avramopoulos, aspira a reubicar a unas 6.000 personas por mes.
Francia: la miseria de los refugiados kurdos
En la localidad de Grande-Synthe, cerca de Dunkerque, 2.000 refugiados kurdos aguardan una posibilidad para continuar su viaje a Gran Bretaña. El lodo y el frío agudizan su miseria. El Estado francés no interviene.
Imagen: DW/B. Riegert
Refugiados varados en Francia
Unos 2.000 hombres, mujeres y niños viven en el campamento improvisado en la localidad francesa de Grande-Synthe, cerca de Dunkerque. Allí los refugiados kurdos han construido pequeñas tiendas de campaña. Aquí documentamos sus extremas condiciones de vida.
Imagen: DW/B. Riegert
Esperando
Lizman es originario de la región del Kurdistán iraquí. “En casa hay guerra”, dice. Su meta es llegar a Inglaterra. En el campamento ha instalado un pequeño café en una barraca de madera. Este es el punto de encuentro de los jóvenes.
Imagen: DW/B. Riegert
Meta: Gran Bretaña
El iraquí Asis ha pedido prestado un martillo para repara su tienda de campaña y evitar que entren el lodo y el frío. El joven kurdo quiere atravesar el Canal de la Mancha. Para ello, tendría que pagar a un “coyote” hasta 5.000 euros. “Del otro lado todo tiene que ser mejor”, espera Asis.
Imagen: DW/B. Riegert
Una chispa de esperanza
No se sabe cuántos niños viven en el campamento en medio de la basura y el lodo. Voluntarios han recolectado peluches, y de vez en cuando los reparten en la “tienda de campaña de los niños”.
Imagen: DW/B. Riegert
Hundimiento
Esta muñeca se le cayó a un niño en el lodo. Muchas esperanzas se hunden en el campamento. En las noches el frío es inclemente y no hay luz eléctrica. Solo hay unos cuantos inodoros químicos portátiles y un par de duchas.
Imagen: DW/B. Riegert
Voluntarios de Inglaterra
Chris Bailey fue soldado en Irak. Ahora ayuda a los migrantes que quieren llegar a Inglaterra. “Las condiciones aquí son peores que algunas cosas que vi en la guerra”, dice el veterano. En el campamento, reparte cobijas y botas de hule.
Imagen: DW/B. Riegert
Bienvenidos a Francia
Denise (izq.) y Maryse ofrecen té a los migrantes y platican con ellos. Las señoras viven en una bonita casa particular enfrente del campamento: dos mundos separados por una calle. “Las autoridades no se ocupan” de los refugiados, dice Denise. Muchos de sus vecinos quieren que los migrantes desaparezcan.
Imagen: DW/B. Riegert
¿Dónde están los políticos?
Los voluntarios han bautizado los caminos lodosos con nombres de políticos europeos. La avenida “François Hollande” se llama así porque el Gobierno francés no ha mostrado ningún interés por el campamento improvisado. La Policía tampoco interviene, pese a que algunos habitantes del campamento informan de enfrentamientos violentos entre grupos de migrantes, sobre todo en las noches.
Imagen: DW/B. Riegert
Ayuda alemana
A la ciudad alemana de Múnich ya no arriban tantos refugiados. “Aquí nos necestian”, dice Sinan von Stietencorn, de la cocina popular “Volxküche München”. Junto con amigos ha viajado de Baviera al Canal de la Mancha para repartir comida a los migrantes.
Imagen: DW/B. Riegert
Auxilio
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) vacuna a los refugiados contra sarampión y gripe. La humedad, el frío y la falta de higiene afectan sobre todo a los niños. MSF construye un nuevo campamento en Grande-Synthe, puesto que el Estado pareciera no sentirse responsable. Se trata del primer campamento de la organización humanitaria en ese país de la UE.
Imagen: DW/B. Riegert
Una cueva en el infierno
Asim cuenta que huyó del Estado Islámico en Irak. En el campamento ha luchado por un lugar limpio. En su pequeña cueva incluso ofreció un té a nuestra reportera de Deutsche Welle Catherine Martens. “Todos quieren continuar su viaje”, dice Asim.
Imagen: DW/B. Riegert
Tan lejos del sueño
El puerto de Dunkerque se encuentra a diez kilómetros del campamento improvisado. No obstante, las posibilidades de los migrantes kurdos de llegar a Inglaterra son mínimas. Casi ninguno quiere solicitar asilo en Francia. ¿Pagarán a algún “coyote”? ¿Regresarán a Bélgica o Alemania? ¿O simplemente seguirán aguardando?