Acusan a rebeldes de atacar corredor para civiles en Alepo
4 de noviembre de 2016
El Gobierno de Siria y sus aliados de Rusia aseguran que los insurgentes lanzaron granadas, hiriendo a tres personas, entre ellas dos soldados rusos. Otro ataque dejó dos muertos.
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Siete granadas explotaron este viernes (04.11.2016) en la ruta Castello, en el norte de Alepo, uno de los corredores habilitados por el Gobierno de Siria y sus aliados de Rusia para permitir la evacuación de civiles desde la urbe, asediadas por las tropas del régimen y bombardeada sistemáticamente por la aviación de Moscú. Según Damasco, el ataque fue obra de tropas rebeldes, que no respetaron el alto el fuego.
Tres personas resultaron lesionadas levemente en el ataque, entre ellas dos soldados rusos, informaron fuentes militares rusas. La agencia de noticias estatal siria Sana aseguró que el tercer lesionado es un reportero local de televisión. Añadió que con el ataque las "organizaciones terroristas” buscaron evitar que personas pudieran abandonar el este de Alepo, controlado por los rebeldes.
Otro "ataque terrorista”, esta vez con cohetes, se registró en el distrito de Al Ramusa, en el suroeste de la urbe, causando la muerte de dos personas y dejando siete lesionados. La nueva tregua decretada para Alepo comenzó la mañana de este viernes y tuvo apenas 10 horas de duración, terminando a las 19 horas (hora local, 17 GMT). La medida había sido anunciada unilateralmente por Rusia, sin contar con el respaldo de los rebeldes.
¿Salió alguien?
El objetivo declarado de la tregua era que los combatientes rebeldes y los civiles la aprovecharan para abandonar a través de ocho corredores la parte este de la ciudad, que se encuentra sitiada. Sin embargo, los insurgentes aseguraron que "la tregua es una gran mentira”, como dijo a dpa Yasser al Yussif, portavoz del grupo rebelde Nur al Din al Senki, quien aseguró que nadie ha podido salir de los territorios rebeldes.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos tampoco pudo confirmar que alguien utilizara realmente los corredores y la prensa estatal no hizo mención sobre el tema. "Nadie confía en los regímenes ruso y sirio”, explicó Al Yuissif. Se calcula que en la parte este de la ciudad viven hasta 300.000 personas, que sufren una aguda escasez de agua, alimentos y medicinas.
DZC (dpa, EFE)
La cruenta batalla de Alepo
La ciudad, antaño eje comercial sirio, se ha convertido en un descampado donde aún habitan miles de personas sometidas a los avatares de una guerra sanguinaria.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Ourfalian
Al comienzo fueron protestas pacíficas
Como en muchas otras ciudades de Siria, en Alepo el malestar ciudadano por la conducción del país estalló a comienzos de 2011. Numerosas protestas contra el régimen de Bashar al Assad y las violaciones a los derechos humanos, además del desgaste de un liderazgo cuestionado, propiciaron el escenario perfecto para un alzamiento popular.
Imagen: dapd
Primeros ataques armados
Esta imagen de la localidad de Homs muestra los efectos de los primeros ataques contra las fuerzas del Gobierno en el país. En Alepo, a comienzos de febrero de 2012, 28 personas perdieron la vida en escaramuzas con artillería entre fuerzas rebeldes, aún mal organizadas, y las tropas del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
La metamorfosis
En esta imagen, civiles y uniformados protestan contra Al Assad. Los uniformados son miembros del Ejército Libre de Siria, agrupación rebelde conformada por soldados desertores del Ejército sirio. Las banderas que flamean no son las del país, sino las de la oposición. Lentamente se monta el escenario para la dura guerra civil que marcará al país por los próximos años.
Imagen: Reuters
Surgen las armas
Soldados del Ejército Libre de Siria patrullan en el barrio de Salahadin, uno de los primeros de Alepo en caer en manos de las fuerzas rebeldes. La imagen es de agosto de 2012. Lentamente el Gobierno de Al Assad comenzaba a perder el control sobre el territorio de la mayor ciudad de Siria. Al mismo tiempo, los insurgentes lanzaban ofensivas contra Damasco.
Imagen: Reuters
Ayuda internacional
Apremiado por la situación interna, el presidente Bashar al Assad comenzó a buscar ayuda en el exterior. Los primeros en acudir a su lado fueron los iraníes. En la imagen, el entonces ministro de Exteriores persa, Ali Akbar Salehi, saluda al mandatario sirio en Damasco. Irán ha aportado tropas y asesores militares, vitales para la recuperación del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
Momento de tranquilidad
Desde el comienzo oficial de la llamada "Batalla de Alepo", el 19 de julio de 2012 tras una ofensiva rebelde, ha habido sucesivos remansos de paz. Como éste, declarado por un día de celebración musulmán a fines de octubre de 2012, aprovechado por la gente para comprar comida en el norte de la ciudad.
Imagen: AFP/Getty Images
Cascos blancos recuerdan a sus colegas
Ante la falta de organizaciones "oficiales", Alepo ha debido reconstruir sus instituciones. Una de las más conocidas es la de los "cascos blancos", voluntarios que rescatan a las víctimas de los bombardeos y cuyo nombre llegó a sonar como candidato al Premio Nobel de la Paz. En la imagen, recuerdan a sus miembros caídos en cumplimiento del deber.
Imagen: Reuters
Caos, terreno fértil
El caos en el que se ha visto sumido el país, especialmente Alepo, ha sido caldo de cultivo para que tomen fuerza distintos grupos armados. El más conocido es Estado Islámico, que lucha contra el Ejército de Siria y contra los rebeldes. Otros grupos son el Ejército Libre de Siria, el Frente al Nusra y las fuerzas kurdas.
Imagen: picture alliance/ZUMA Press/M. Dairieh
Víctimas inocentes
Como siempre en la guerra, los niños son los más afectados. Los bombardeos incesantes, primero de la aviación siria y luego de la rusa, han reducido la ciudad a escombros, muchas veces con sus habitantes dentro. Esta imagen, icónica por lo cruda, es la del niño Omran Daqneesh, de cinco años, herido tras un ataque ruso.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Rslan
Con una ayuda de mis amigos
Rusia apoya desde septiembre de 2015 a las tropas de Al Assad, marcando un giro en la guerra. Desde entonces, el Ejército avanza sobre las zonas rebeldes. Esos triunfos han sido a costa de la ciudad y sus vecinos, que ahora viven en un cementerio de edificios. Pero, pese a la adversidad, siempre habrá un minuto de inocencia, para tomarse un respiro y jugar. Aunque sea en medio de la destrucción.