Adiós a una de las grandes mezzosopranos: Teresa Berganza
13 de mayo de 2022
La mezzosoprano española Teresa Berganza, que actuó en los principales teatros del mundo desde su debut en los años 1950, falleció el viernes (13.5.2022) a los 89 años. "Lamentamos el fallecimiento de Teresa Berganza", escribió el ministerio de Cultura en su cuenta de Twitter, mientras que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, destacó que Berganza fue "una de las grandes voces femeninas en escenarios de todo el mundo".
La cantante madrileña, especializada en los repertorios de los compositores Gioachino Rossini y Wolfgang Amadeus Mozart, encarnó como nadie el personaje de Carmen, de la ópera homónima de Georges Bizet. Un comunicado de la familia transmitido a medios nacionales incluye un mensaje póstumo de la cantante: "No quiero anuncios públicos, ni velatorios, ni nada. Vine al mundo y no se enteró nadie, así que deseo lo mismo cuando me vaya".
"Trabajar, trabajar y trabajar"
Su gran debut escénico se produjo en 1957 en el Festival de Aix en Provence, en Francia, en el papel de Dorabella de Così fan tutte, de Mozart. Al año siguiente debutaría en Estados Unidos, en Dallas, junto a Maria Callas, en la ópera Medea , de Cherubini, y, desde entonces, se sucedieron los principales teatros de ópera del mundo: Viena, Milán, París, Londres, Nueva York, Chicago...
Genio y figura, a los 80 años presumía de ser tan apasionada como de joven, y de llamar a las cosas por su nombre. "Soy -sentenciaba- la mala, la oveja negra de la lírica", por "decir lo que siento". Y eso que había temas de los que nunca quiso opinar, como las acusaciones por acoso sexual a Plácido Domingo. "Me da mucha pena porque lo quiero y es mi amigo", afirmaba.
Junto a él y a otros gigantes de la ópera, como Montserrat Caballé, Victoria de los Ángeles, José Carreras, Pilar Lorengar y Alfredo Kraus, fue galardonada en 1991 con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Dedicada a la docencia musical, sobre todo desde finales de los 90, su consejo siempre era el mismo: "Hay una palabra que se llama trabajo y no hay más que trabajar, trabajar y trabajar". Se retiró de las tablas tras 58 años en 2008, luego de quedarse sin voz durante un espectáculo en España por la preocupación por la operación de una de sus nietas.
Personalidad propia
Berganza, que confesaba que le hubiera gustado ser "la amante de Mozart para que me hubiera escrito una canción", se divorció dos veces -"lo que tendría que haber hecho es no casarme", decía- y tuvo tres hijos, una de ellas la soprano Cecilia Lavilla. No era amiga de fiestas ni de beber, y apenas de la comida, pero cultivó su vida privada. "Los aplausos se acaban, las reverencias se acaban, los premios se acaban, y hay que tener una vida propia. Yo he querido tenerla y la he tenido", recalcaba. "Soy una mujer que vive muy interiormente, muy para los míos, para mi familia y mis hijos".
"Arrepentimiento no, pena por no haber podido vivir algunas cosas quizás sí", comentaba sobre su "no" a María Callas cuando la invitó a cantar con ella "Norma". "Fue muy difícil tener que decírselo, pero mi voz entonces no estaba preparada. Cuando ya lo estaba -continúa- se lo dije a María, pero entonces ella ya no podía, era tarde". La mezzo madrileña presumía de no haber forzado nunca su voz, algo que intentaba inculcar a sus alumnos, y de ser una artista con personalidad propia. En definitiva, de haber sido dueña al cien por cien de su carrera.(efe/afp)