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¡Adiós, Alemania!

Astrid Prange (ER/DZ)18 de julio de 2015

Durante su visita a Cuba, el ministro alemán de Relaciones Exteriores omitió hacer un gesto revolucionario. En el proceso de apertura de la isla, Alemania cede el paso a EE. UU. Una lástima, en opinión de Astrid Prange.

Imagen: picture-alliance/dpa/T. Imo

Era el momento y el lugar equivocado. El ministro alemán de Relaciones Exteriores viajó a Cuba entre la crisis griega, el acuerdo en torno al programa atómico iraní y la reapertura de la embajada estadounidense en La Habana, prevista para el 20 de julio. Solo dos días duró la visita. Solo dos días anduvo por el laberinto del socialismo cubano. Solo dedicó dos días a conversar con empresarios y personas del ámbito cultural in situ.

Pero el corto viaje a La Habana bien habría merecido más atención política. En su calidad de primer ministro germano federal de Relaciones Exteriores en visitar Cuba, Steinmeier podría haber emitido una señal revolucionaria, con la consigna "no dejaremos el futuro político cubano únicamente en manos de Estados Unidos".

¿Cuándo acabará el embargo?

Pero esa señal se omitió. En el futuro, la política exterior con respecto a Cuba se llevará a cabo principalmente en el Congreso estadounidense. Porque sin la aprobación de los diputados y senadores de Washington, no se podrá levantar el embargo contra Cuba.

No solo empresas estadounidenses, sino también firmas europeas y alemanas, al igual que inversionistas del mundo entero, esperan ansiosos dicho paso. Al fin y al cabo, no quieren poner en juego su acceso al mercado estadounidense por planear inversiones en Cuba.

Pero, mientras más se acerca el fin del embargo, tal parece que se vuelve más complicada la situación política para el régimen castrista. A fin de cuentas, la enemistad con Estados Unidos ha servido por más de 50 años como legitimación del sistema unipartidista.

No solo en el Palacio de la Revolución, sino también en las calles de La Habana, hay un difuso temor a lo que ocurrirá tras el término del embargo. ¿Seguirá Cuba el ejemplo de China? ¿O tenderá hacia la economía social de mercado de Europa? ¿O llegará el capitalismo estadounidense?

La experiencia alemana

Desde la perspectiva alemana, esas interrogantes son conocidas y justificadas. Cuando tuvo lugar la reunificación de Alemania, en 1990, muchos habitantes de la RDA temieron también la venta de su país a precio de liquidación.

De seguro el ministro Steinmeier podría haber entregado información detallada sobre la compleja transición de una economía socialista planificada a una economía social de mercado. Habría podido hablar de las distorsiones y problemas sociales aparejados. Podría haber transmitido impresiones y lecciones de ese proceso. Podría haber hablado de la búsqueda de una tercera vía entre el capitalismo y el comunismo, que fracasó en Alemania pero con la cual todavía mucha gente sueña en Cuba.

Pero Steinmeier simplemente no tuvo tiempo para sostener conversaciones más a fondo en Cuba. Alemania queda muy lejos y probablemente está más ocupada de sus propios asuntos y de los conocidos problemas europeos. Tras la visita de Steinmeier, queda claro que en el futuro Cuba negociará más frecuentemente con Washington que con Berlín. ¡Adiós Alemania!

Astrid Prange de Oliveira.
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