Místico era el bosque en la Edad Media. Lírico y pintoresco en el romanticismo. Hoy es un sitio turístico, a veces en peligro, como lo demuestran los acontecimientos actuales en Alemania.
Publicidad
Tratar de escribir un texto sobre el bosque desde el escritorio no es una tarea gratificante. El escritor Hermann Hesse resolvió el problema de otra manera. Encontró las palabras adecuadas para rendir homenaje al bosque: "Extrañamente bellas colinas, montañas oscuras, esteras claras, rocas rojas, barrancos marrones, desbordamiento de sombras de abetos", escribió Hesse (1877-1962) inspirado por sus numerosas visitas a su hermana en Unterreichenbach, en el norte de la Selva Negra.
Extraño y temido
Los alemanes siempre han cultivado una relación muy especial con el bosque, una relación que ha sido redescubierta una y otra vez a lo largo de los siglos.
Fantasmas y brujas mandaban en el bosque en la Edad Media. La gente temía a los ladrones que esperaban escondidos detrás de los árboles. La imagen del bosque oscuro y peligroso ha permanecido durante mucho tiempo en la creencia popular. Además, el aire del bosque se consideraba dañino, insalubre y húmedo en esos tiempos. El bosque era el hogar de demonios y criaturas míticas, de las que el hombre debía mantenerse alejado.
Patrimonio cultural y parte de la identidad alemana
En los cuentos de los hermanos Grimm, el bosque era un lugar indispensable para la acción: la pequeña Caperucita Roja que se encuentra con el lobo malvado en el bosque; los asustados Hansel y Gretel que se encuentran con la bruja en el bosque. O los músicos de Bremen, que primero tienen que atravesar el bosque antes de llegar a la ciudad de Bremen. El bosque se convierte en el tema que define la poesía, la pintura y la música. En el romanticismo alemán se estilizó como símbolo de identidad y se estableció como un movimiento contrario a la cultura urbana francesa. Para el poeta Joseph von Eichendorff, el bosque se convirtió en el epítome de la unidad nacional y la libertad.
Más tarde, los nacionalsocialistas utilizaron la idea romántica del bosque para sus propios fines y la instrumentalizaron como símbolo político: la gente plantó "robles alemanes" en honor a Hitler y sus guardabosques arreglaron los árboles para que formaran una esvástica.
Alemania superó al nacionalsocialismo y la selva siguió siendo un lugar de anhelo e identificación. Hasta hoy, el bosque es el epitome de la naturaleza pura. Un lugar de paz y tranquilidad, opuesto al ajetreo y a la vida artificial, que se atribuyen, sobre todo, a las ciudades modernas.
El bosque está en peligro
Con 11.4 millones de hectáreas, casi un tercio de la superficie total de Alemania está cubierta de bosques. En los últimos diez años, la superficie forestal en Alemania aumentó en 50.000 hectáreas, es decir, un 0,4 por ciento. Pero el cambio climático y la política energética suponen una amenaza para los bosques. Un ejemplo actual es el bosque de Hambach. En los últimos meses se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la generación de electricidad a base de carbón. Desde hace seis años, partes del bosque están ocupadas por ecologistas que viven en casas en los árboles. Ahora, la empresa energética alemana RWE, propietaria del terreno, quiere deforestar las pocas hectáreas de bosque que se encuentran al borde de una gigantesca mina de carbón. Los ambientalistas tratan de impedirlo.
Para los alemanes, el bosque es y sigue siendo más que un lugar de recursos naturales: es un símbolo de su identidad y de su patria.
Autora: Rayna Breuer (GG/CP)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |
Hambach: lucha por el bosque y el clima
El bosque de Hambach, a la vera de la mayor mina de carbón mineral de Europa, es símbolo de la lucha contra la degradación de la naturaleza. Los ambientalistas luchan contra el consorcio energético RWE.
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Berg
Industria del carbón o protección del clima
La compañía de energía RWE quiere talar el último 10% del bosque que queda en Hambach. El 90% de este gran bosque ya ha sido destruido para la extracción de lignito. En dos años y medio, las excavaciones podrían haber llegado al borde del bosque. La lucha por el bosque restante es una batalla de intereses: la industria del carbón contra los protectores de la naturaleza.
Imagen: Michael Goergens
Protección policial para la tala del bosque
A pesar de todas las apelaciones y las interpelaciones jurídicas en curso, el proveedor de energía RWE se apega a su plan de deforestación. El próximo 1° de octubre, la tala de los árboles podría comenzar. Los taladores de RWE preparan el derribo de los árboles bajo una fuerte protección policial.
Imagen: DW/Sebastian Weiermann
Vida en un árbol
Desde hace seis años viven jóvenes en el bosque de Hambach. Allí han surgido pequeñas aldeas con casas en los árboles. En las copas de los árboles hay puentes de cuerdas para los vecinos. Estos defensores del medioambiente buscan evitar la tala del bosque con su protesta. Entre 100 y 200 personas viven actualmente en el bosque de Hambach.
Imagen: DW/G. Rueter
Resistencia, hasta el fin de la explotación de carbón
Clumsy vive en una casa de árbol en el bosque desde hace cinco años. Para él, el cambio climático es la mayor amenaza para la humanidad. La extracción de carbón es, según él, ilegal. Con su protesta, quiere asumir la responsabilidad por las generaciones futuras, y considera que la suya es una lucha por los derechos humanos.
Imagen: WDR
Visitas diarias
Actualmente, los habitantes del bosque reciben muchas visitas. En la actualidad son varios cientos los ciudadanos que asisten al bosque los domingos. Se quieren informar sobre la importancia del bosque y expresar su simpatía y solidaridad.
Imagen: DW/G. Rueter
Apelan a detener la tala
El habitante del bosque más joven tiene casi un año de edad. La intención de RWE de derribar el bosque ha indignado y movilizado a los oponentes del lignito. Ambientalistas, ciudadanos de pueblos vecinos, ONGs y políticos están exigiendo la moderación de RWE hasta fin de año. Hasta entonces, una comisión gubernamental presentaría un plan para abandonar la explotación de carbón.
Imagen: DW/G. Rueter
Recorrido turístico
Los domingos el pedagogo forestal Michael Zobel explica a los ciudadanos las ventajas del bosque de Hambach. En este bosque hay robles de más de 300 años. Sus habitantes, el murciélago de Bechstein, el pájaro carpintero de pico medio y el lirón están en peligro de extinción. La importancia del bosque es desconocida para muchos visitantes.
Imagen: DW/G. Rueter
Miedo al arresto y escalada de la confrontación
Durante una sesión de preguntas y respuestas, una habitante del bosque responde preguntas sobre la vida en el bosque, la protesta y las reacciones de la Policía. También le preocupa el clima, las vidas de las generaciones futuras, y confiesa que “teme ser arrestada, solo por vivir en el bosque”.
Imagen: DW/G. Rueter
¿Qué tan militante es la protesta?
La policía aseguró en las últimas semanas que ha sido atacada con piedras por militantes con pasamontañas. Sin embargo, la mayoría de los habitantes del bosque son pacíficos. Al igual que estos dos jóvenes activistas con un extintor de incendios, considerados, en algunos casos, por la Policía como “supuestas bombas” que han sido explotadas, por precaución.
Imagen: DW/G. Rueter
Situación legal no es definitiva
Aunque RWE tiene un permiso para talar, la organización medioambiental BUND ha apelado contra esa decisión. Dirk Jansen, de BUND, explica la situación a los miembros de la Comisión del Carbón. Según Jansen, el Tribunal Administrativo Superior de Münster podría fallar hasta finales de septiembre a favor de detener la tala.