En los últimos 20 años, se logró desarrollar una importante red de medios en Afganistán. Ahora, bajo los talibanes, profesionales de prensa se enfrentan al peligro y a la muerte.
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Casi en secreto, la organización Reporteros sin Fronteras celebró este miércoles (15.09.2021) una conferencia de prensa en su sede de Berlín, donde solo se admitieron 20 periodistas. Y, a diferencia de lo que es habitual desde el comienzo de la pandemia del coronavirus, no está prevista una transmisión virtual. La razón: también hay periodistas de Afganistán en la sala, que temen por sus vidas o las de sus familiares y amigos si se conoce su identidad.
Para Ahmad Wahid Payman es diferente. Da su nombre y se deja fotografiar voluntariamente. El periodista, que trabajaba para un importante periódico en Kabul, lleva diez días en Alemania. Y relata que sus colegas en Afganistán han sido amenazados o se les ha impedido trabajar desde que los talibanes llegaron al poder. Muchos permanecen escondidos en sus casas o ya huyeron a alguno de los países vecinos, cuenta Payman. "Los talibanes fingen ser tolerantes para ser reconocidos internacionalmente, pero hay innumerables ejemplos de ataques masivos", dice el periodista afgano.
Menos medios de comunicación
De los 55 periódicos, emisoras de radio, televisoras y medios digitales que estaban activos hace solo unas semanas en Herat, la segunda ciudad más grande de Afganistán, ahora apenas estarían funcionando seis. Tampoco se estaría permitiendo que las mujeres trabajen en ellos y se han suprimido los programas de música y entretenimiento.
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Payman señala un hecho que apenas se ha escuchado hasta ahora: "Los talibanes han liberado a unos 1.000 criminales de la cárcel." Delincuentes de alta peligrosidad cuyos crímenes, especialmente contra las mujeres, habían sido ampliamente denunciados anteriormente. Ahora, los periodistas que habían informado al respecto están siendo amenazados por los criminales liberados.
Ante este reporte, el director de Reporteros sin Fronteras, Christian Mihr, se mostró profundamente conmocionado. Pero, al menos, una pequeña noticia positiva llegó esta mañana: el ministerio del Interior alemán concedió un permiso de residencia a unos 2.600 afganos, que estarían potencialmente en peligro. Estos no tendrán que pasar por el procedimiento de asilo usual tras llegar a Alemania. Entre ellos, según Christian Mihr, hay activistas de derechos humanos y periodistas.
Foco de atención debe seguir sobre Afganistán
En entrevista con DW, Mihr celebró expresamente los permisos de residencia. Sin embargo, el activista criticó la falta de transparencia de las autoridades alemanas. En las últimas semanas, Reporteros sin Fronteras había enviado al ministerio de Asuntos Exteriores alemán una lista de nombres, que fue actualizada varias veces, incluyendo recientemente a más de 152 trabajadores de medios de comunicación en situación de alto riesgo. La organización no sabe cuántos o quiénes de estos fueron incluidos en la lista del ministerio del Interior.
"Las personas a las que Reporteros sin Fronteras apoya, son personas amenazadas de muerte que tienen que salir del país", subraya Mihr. La lista también incluía a decenas de reporteras con un doble riesgo: ser mujeres y periodistas.
Según indicó la víspera una portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, el centro de respuesta a la crisis está trabajando para ayudar a los alemanes, a los colaboradores locales y a otras personas que necesiten protección a salir de Afganistán y seguir su viaje hacia Alemania.
Para el futuro, el director de Reporteros sin Fronteras pidió que se siguiera prestando atención a los numerosos periodistas que quieren permanecer en el país, a pesar de la llegada al poder de los talibanes.
Afganistán, según Mihr, no debe desaparecer del foco de atención solo porque el Ejército alemán y las tropas de otros países se hayan retirado del lugar. Para ello, sería importante, en primer lugar, advertir las amenazas que sufren los periodistas en Afganistán.
Pero Christian Mihr tiene motivos para preocuparse, también, en este sentido: "En las últimas semanas, he mantenido conversaciones con los ministerios alemanes y ya se está comenzando a pasar por alto esta situación. Los días de pasar por alto la situación en Afganistán ya deberían haber terminado". (ct/rml)
Kabul tras la retirada de las tropas estadounidenses
El 31 de agosto, Estados Unidos abandonó Afganistán tras su misión militar de casi 20 años. Es incierto lo que sucederá en el país bajo el régimen de los talibanes islamistas.
Imagen: US ARMY/via REUTERS
¿Apaga el último la luz?
Se encontraban entre las últimas tropas extranjeras que seguían en el aeropuerto de Kabul. Soldados de la 82ª División Aerotransportada suben a un avión de transporte militar estadounidense que les esperaba la noche del 31 de agosto, al final de una misión de casi 20 años: el despliegue militar en el extranjero más largo de la historia de Estados Unidos.
Imagen: US ARMY/via REUTERS
Talibanes en la terminal
Al día siguiente, periodistas filman a un grupo de combatientes talibanes en la terminal de salidas del aeropuerto, o lo que queda de ella. Al final, el aeropuerto de Kabul era la única puerta de salida de Afganistán al mundo. Decenas de miles de refugiados pudieron salir. Pero muchos más afganos quedaron atrapados en su propio país, y ahora se enfrentan a un futuro incierto.
Imagen: REUTERS
No apto para el combate
En un hangar del aeropuerto de Kabul se encuentran los restos de un avión de combate A-29 inutilizado, de la Fuerza Aérea Afgana. Alrededor de 180.000 hombres pertenecían al Ejército Nacional Afgano (ANA), que había sido configurado y entrenado con miles de millones de dinero e innumerables asesores militares. Pero con la retirada de las fuerzas internacionales, el ANA ha dejado de existir.
Imagen: WAKIL KOHSAR/AFP/Getty Images
Talibanes en la cabina de pilotos
Talibanes sentados en la cabina de un avión de combate afgano. Varios aviones y helicópteros quedaron abandonados tras la retirada de las tropas estadounidenses. No operativos, como se supone. Lo que queda no es solo devastación y chatarra, sino también el miedo de la población al futuro bajo el nuevo régimen de los talibanes.
Imagen: WAKIL KOHSAR/AFP/Getty Images
Misión en ruinas
No solo es difícil ver la parte delantera del helicóptero de la Fuerza Aérea Afgana abandonado, sino que el futuro del país es hasta ahora completamente incierto. Los talibanes militantes-islamistas aún se hacen esperar para constituir un gobierno. El grado de fundamentalismo de su gobierno seár uno de los interrogantes más acuciantes de las próximas semanas y meses.
Imagen: WAKIL KOHSAR/Getty Images
¡Atención, patrulla!
Estas imágenes son ahora omnipresentes en Kabul. En un “Humvee”, un vehículo todoterreno, abandonado por las fuerzas estadounidenses tras la retirada de sus tropas, combatientes talibanes armados recorren las calles y controlan los distritos. A pesar de la enfática moderación de los talibanes desde que tomaron el poder a mediados de agosto, muchos afganos temen el futuro y actos de venganza.
Imagen: HOSHANG HASHIMI/AFP via Getty Images
El futuro de los niños
Un comerciante pasea por las calles de Kabul con globos y figuras inflables de colores. El futuro de los niños bajo el régimen talibán es más que incierto. Según la ONG humanitaria World Vision, más de ocho millones de niños en Afganistán necesitan urgentemente ayuda humanitaria y protección. Son "muy vulnerables", reitera la organización.
Imagen: HOSHANG HASHIMI/AFP/Getty Images
El papel de las mujeres
Después de que las fuerzas occidentales aliadas consiguieran reforzar los derechos y libertades de las mujeres entre la población afgana, ahora se las ve más a menudo por las calles envueltas en burkas. No está claro qué logros sobrevivirán a la nueva edición del régimen talibán, especialmente en cuanto a los derechos de las mujeres.
Imagen: HOSHANG HASHIMI/ Getty Images
El trabajo cotidiano
Al menos en algunas zonas, todo parece seguir como siempre. Como aquí, en el Hospital Wazir Akbar Khan, muchas mujeres profesionales se ocupan de los pacientes que necesitan cuidados. Mucha gente no se fía de los tonos moderados de los talibanes islamistas radicales, que ya habían hablado con bastante vaguedad de los derechos de las mujeres en una rueda de prensa.
Imagen: AFP via Getty Images
Preocupación por la inflación y la pobreza
Se forman largas colas delante de los bancos. La gente ahora también teme una devaluación de su moneda. Afganistán es ya uno de los países más pobres del mundo. El Secretario General de la ONU, Guterres, advierte sobre una catástrofe humanitaria en el país. Casi la mitad de la población depende de la ayuda. Uno de cada tres afganos no sabe cómo conseguir su próxima comida.