Afganistán: al menos 18 muertos en un atentado con una bomba
30 de julio de 2020
Hasta ahora, el atentado no ha sido reivindicado por ningún grupo y el portavoz de los talibanes aseguró que ellos "no tienen nada que ver" con el suceso. El ataque se registró en al sur de Kabul, en la capital afgana.
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Este jueves (30.07.2020), un atentado con coche bomba causó al menos 17 muertos -18 según DPA y Reuters- y 21 heridos al sur de Kabul, según responsables afganos y una fuente médica, apenas unas horas antes del inicio de un alto el fuego.
"Diecisiete muertos y 21 heridos llegaron a nuestro hospital. Había civiles y soldados entre las víctimas", declaró a la AFP el doctor Sediqullah, jefe de urgencia del hospital de Pul-i-Alam, la capital de la provincia de Logar, donde ocurrió el ataque.
"La mayoría de víctimas eran civiles (...) en un lugar atestado, donde la gente había acudido para hacer las compras antes del Aid (fiesta religiosa musulmana)", precisó el portavoz del gobierno de Logar, Dedar Lawang.
El portavoz del ministerio de Interior, Tariq Arian, confirmó por su parte el ataque, aunque dio un balance inferior: ocho muertos y 30 heridos.
"He visto 15 cadáveres y 20 heridos que fueron conducidos al hospital por parte de la policía", declaró por su parte a la AFP Jamshed Ahmad, un estudiante de 22 años presente en el momento del ataque.
El atentado no fue reivindicado por el momento. El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, aseguró que los insurgentes "no tienen nada que ver" con el ataque.
La tregua de tres días declarada por talibanes y gobierno entra oficialmente en vigor el viernes, con motivo de la fiesta musulmana del Aid al Adha, la fiesta del Sacrificio tradicionalmente marcada por reuniones familiares.
Es el tercer alto el fuego oficial desde que estallara el conflicto en 2001, con una tregua decretada en junio de 2018 y otra en mayo de este año.
JU (afp, dpa, rtre)
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La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
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Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
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La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
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Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
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Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
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El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
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Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.