Afganistán: Al menos cuatro muertos en atentado a mezquita
12 de junio de 2020
De acuerdo a las informaciones preliminares, diferentes explosivos fueron colocados al interior de una mezquita de la capital afgana, en Kabul. Este es el segundo ataque en menos de dos semanas.
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Al menos cuatro personas, entre ellas un imán, fallecieron tras la explosión de una boma al interior de una mezquita en Kabul, mientras se realizaba el servicio religioso de este viernes (12.06.2020), según una fuente policial. Hasta ahora, se ha registrado solamente una docena de heridos a causa de la detonación, según el portavoz del ministerio del Interior afgano, Tariq Arian, aunque es probable que el número de afectados sea mayor.
"Según la información inicial, en esta explosión murieron el imán de la mezquita y otras tres personas que se encontraban rezando, mientras varias resultaron heridas", dijo Tariq Arian
Arian explicó que los explosivos fueron colocados por "los enemigos del Islam y Afganistán", un término común para referirse a grupos insurgentes, aunque no precisó quién se encontraba detrás del ataque.
Hasta ahora, ningún grupo se ha atribuido la autoría del ataque. Sin embargo, este nuevo atentado llega días después de otra explosión ocurrida el 2 de junio también en Kabul, en el que falleció un importante clérigo, Ayaz Niazi, dentro de una mezquita en la que se encontraba dirigiendo el rezo.
La crisis con los talibanes y el coronavirus
Afganistán está luchando frente a múltiples crisis, con el coronavirus extendiéndose rápidamente por todo el país y con una escalada de violencia, incluso cuando el gobierno y los talibanes dan señales de que se están acercando a sentarse a dialogar.
El país asiático se encuentra en medio de los intentos del Gobierno de Kabul y los talibanes para iniciar un proceso de diálogo que siente las bases para la paz tras dos décadas de guerra, un proceso que tuvo como paso previo la firma de un acuerdo histórico el 29 de febrero en Doha entre los insurgentes y Estados Unidos en el que se acordó la retirada total de las tropas estadounidenses en 14 meses.
El presidente Ashraf Ghani prometió el jueves completar la liberación de los prisioneros talibanes, que es una condición clave para llegar a un acuerdo de paz con los insurgentes. Una vez que el intercambio esté hecho, las dos partes se han comprometido a iniciar negociaciones que podrían poner fin a casi 19 años de guerra. El acuerdo firmado con EE. UU. también incluye un compromiso de los talibanes de luchar contra el terrorismo y una promesa de que Afganistán no será utilizado para atacar a los Estados Unidos o sus aliados.
JU (afp, dpa, efe)
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La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
Imagen: Reuters/M. Ismail
Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
Imagen: Reuters
La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
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Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
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Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
Imagen: DW/H. Hamraz
El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
Imagen: Reuters/O.Sobhani
Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.