Ataque contra base de los talibanes deja decenas de muertos
19 de septiembre de 2020
Las fuerzas afganas bombardearon posiciones insurgentes en Kunduz. Aunque el Ministerio de Defensa no reconoce bajas civiles, testigos aseguran que entre las víctimas hay también niños.
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Al menos 11 civiles murieron y 18 resultaron heridos este sábado (19.09.2020) en dos ataques aéreos lanzados por las fuerzas afganas contra posiciones de los talibanes en la provincia de Kunduz. Las bajas fueron confirmadas por la parlamentaria Fatima Aziz. El Ministerio de Defensa se había limitado, previamente, solo a detallar las bajas causadas en las filas insurgentes.
"El primer ataque golpeó la base de los talibanes, pero el segundo causó víctimas entre los civiles que se habían acercado al sitio del primer bombardeo”, explicó Aziz. La legisladora detalló que hubo 11 civiles muertos y cinco desaparecidos, mientras que otros testigos del ataque lanzado en el distrito de Khanabad aseguraron que los fallecidos eran 12, incluidos niños, y que había 18 heridos.
Fuentes del Ministerio de Defensa reportaron el bombardeo, en el que habrían perecido más de 30 talibanes. "Los informes preliminares indican que no se infligieron daños a civiles”, afirma el comunicado del ministerio, publicado en Twitter. Estos ataques se producen en un momento en el tienen lugar negociaciones de paz inéditas entre ambos bandos en Doha.
Presidente pide alto el fuego
Las fuerzas de seguridad, en posición de "defensa activa", interceptaron un ataque talibán contra sus posiciones en el distrito de Khan Abad de la provincia de Kunduz. Luego, lanzaron el bombardeo. Los incidentes se producen después de que el presidente afgano, Ashraf Ghani, instara de nuevo a un alto el fuego humanitario para "proteger al pueblo, evitar la violencia y los incidentes terroristas, y lograr una paz digna y duradera".
Los talibanes emitieron un comunicado denunciando que las tropas afganas habían causado la muerte de al menos 40 civiles con los ataques aéreos. En ese documento no comentan bajas en sus filas, aunque testigos dijeron haber visto a "varios” combatientes muertos tras el bombardeo. Los rebeldes declararon unilateralmente este año dos breves treguas antes de que se iniciaran las negociaciones de paz.
DZC (AFP, Reuters)
La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
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Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
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Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
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La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
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Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
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Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
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El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
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Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.