Afganistán: Estados Unidos retira sus primeras tropas
10 de marzo de 2020
Según el acuerdo con los talibanes, las fuerzas militares estadounidenses deberán abandonar Afganistán en un periodo de 14 meses.
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Este martes (10.03.2020), día en el que deben empezar las negociaciones de paz entre el gobierno afgano y lo talibanes, Washington anunció que empezó a evacuar dos bases militares en Afganistán.
Actualmente, unos 13.000 soldados estadounidenses están estacionados en Afganistán. Unos 8.000 participan en el entrenamiento y asesoramiento de las fuerzas de seguridad locales, mientras que unos 5.000 apoyan operaciones antiterroristas del Ejército afgano.
18 años de guerra
En febrero de este año, el gobierno de Estados Unidos firmó un acuerdo con los talibanes para poner fin al conflicto más largo de su historia. Según el documento, las fuerzas extranjeras deberán abandonar el país dentro de los próximos 14 meses.
Los talibanes, por su parte, se mostraron dispuestos a cumplir determinados compromisos en materia de seguridad y a apoyar la lucha antiterrorista en el país. Ahora, en un primer paso, hasta mediados de julio, Washington tendrá que reducir sus tropas de 13.000 a 8.600 y cerrar cinco de sus 20 bases militares.
Las tropas empezaron a abandonar una base en Lashkar Gah, la capital de la provincia de Helmand, en el sur, y otra en Herat, en el este. Helmand y la provincia vecina de Kandahar fueron escenarios de los enfrentamientos más duros de la guerra que empezó hace 18 años.
Un gobierno débil
Pese a la firma del acuerdo, el pasado 29 de febrero, los talibanes, siguen llevando a cabo ataques de baja intensidad contra las fuerzas afganas.
Las negociaciones de paz entre los insurgentes y el gobierno afgano para decidir el futuro del país son el próximo paso crucial. Sin embargo, ayer lunes el presidente Ashraf Ghani y el opositor Abdullah Abdullah celebraron en Kabul tomas de posesión paralelas y sincronizadas al minuto, dejando al descubierto la debilidad inicial a la que se enfrenta el Gobierno afgano.
Los rivales de Ghani denunciaron un fraude masivo en las elecciones de septiembre pasado, por lo que Abdullah se considera presidente electo.
VT (afp, ap, efe)
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La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
Imagen: Reuters/M. Ismail
Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
Imagen: Reuters
La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Smialowski
Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
Imagen: Getty Images/AFP/N. Shirzad
Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
Imagen: DW/H. Hamraz
El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
Imagen: Reuters/O.Sobhani
Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.