Afganistán: más de 10.000 víctimas civiles en 2017
15 de febrero de 2018
El número total de víctimas civiles cayó un 9 por ciento en comparación con 2016, aunque los muertos y heridos en ataques suicidas aumentaron un 17 por ciento.
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El número de víctimas civiles en Afganistán en 2017 fue de 10.453 (3.438 muertos y 7.015 heridos), un 9 por ciento menos que en 2016, lo que supone el primer descenso desde 2012, aunque los muertos y heridos en ataques suicidas aumentaron un 17 por ciento, la mayor cifra desde 2009, informó hoy (15.02.2018) la ONU.
La Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) presentó en Kabul el informe 2017 sobre víctimas civiles en el conflicto afgano, en el que reveló el descenso de víctimas con relación a las 11.434 de 2016 (3.510 muertos y 7.929 heridos).
Disminución del 2 por ciento
En concreto, el número de muertos disminuyó un 2 por ciento y el de heridos un 11 por ciento comparado con 2016, un descenso que se debió a la reducción del número de campañas sobre el terreno y la disminución de los ataques con mortero en las zonas más populosas, según la ONU.
En 2017, 359 mujeres murieron en el conflicto afgano y 865 resultaron heridas, un aumento del 1 por ciento respecto al año anterior, aunque la cifra de niños afectados descendió respecto a 2016 en un 10 por ciento con 861 menores fallecidos y 2.318 heridos.
Muertes por actores del conflicto
La UNAMA relacionó el 65 por ciento de las muertes civiles con grupos contrarios al Gobierno de Kabul: 42 por ciento a los talibanes, el 10 por ciento al Estado Islámico (EI) y un 13 por ciento restante lo asoció con otros insurgentes o no pudo confirmar la agrupación implicada.
Otro 20 por ciento de las víctimas civiles fueron atribuidas a tropas afganas (16 por ciento), a las fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán (2 por ciento) y a otras agrupaciones leales al Gobierno afgano (2 por ciento), mientras que la UNAMA no pudo concretar el restante 11 por ciento .
A pesar del descenso general en el número de víctimas civiles, la ONU expresó su "profunda preocupación" por el aumento en un 17 por ciento en los afectados por ataques suicidas y similares con 2.295 víctimas (605 muertos y 1.690 heridos) frente a los 1.963 de 2016 (398 muertos y 1.565 heridos).
FEW (EFE, AP)
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Deportaciones de Alemania a Afganistán
En diciembre de 2016 tuvo lugar la primera deportación colectiva de 34 afganos a los que les había sido denegado el asilo en tierras germanas. Alemania suspendió los vuelos en mayo de 2017, pero resolvió reanudarlos.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Balk
Vuelos polémicos
El 12 de septiembre de 2017, un avión despegó del aeropuerto de Düsseldorf con rumbo a Afganistán, llevando a bordo a 15 personas cuyas solicitudes de asilo habían sido rechazadas. Fue la primera deportación colectiva a ese país desde la explosión de un coche-bomba cerca de la embajada alemana en Kabul, en mayo. Los Verdes y La Izquierda calificaron la reanudación de las deportaciones de "cínica".
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Luchando por una oportunidad
En marzo de 2017, estudiantes de secundaria de Cottbus provocaron titulares con una campaña para salvar a tres compañeros afganos de la deportación. Hicieron manifestaciones, recolectaron firmas y dinero para contratar a un abogado que apelara contra la denegación del asilo. Sabían que sus amigos, entre ellos Wali (foto), no podían ser deportados mientras hubiera un proceso en curso.
Imagen: DW/S.Petersmann
"Kabul no es seguro"
"Viaje hacia el peligro mortal", dice este cartel que levanta un manifestante en el aeropuerto de Múnich, en febrero. En los aeropuertos alemanes suele haber protestas cuando se llevan a cabo deportaciones. Los manifestantes consideran que Afganistán es demasido peligroso como para que los refugiados regresen allí.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Balk
De Wuerzburgo a Kabul
Badam Haidari pasó siete años en Alemania antes de ser deportado a Afganistán, en enero de 2017. Previamente había trabajado para USAID en Afganistán y huyó de los talibanes, a los que sigue temiendo. Todavía alberga la esperanza de poder regresar a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/C.F. Röhrs
Minorías perseguidas
En enero de este mismo año, el afgano hindú Samir Narang fue deportado desde Hamburgo, donde había vivido cuatro años con su familia. El joven señaló en una entrevista radial que Afganistán "no es seguro". Afirmó que los miembros de minorías que regresan son blanco de presecución religiosa en ese país musulmán. La deportación de Samir "pone en peligro su vida", según change.org.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Wiedl
Ayuda a los retornados
Los solicitantes de asilo rechazados en Alemania y deportados a Kabul pueden dirigirse a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en busca de asistencia. También una organización de especialistas en materia psicosocial asesora a los retornados.