Talibanes capturan primer distrito desde retirada de EE.UU.
5 de mayo de 2021
Según fuerzas de seguridad afganas, realizaron un repliegue táctico, por lo que se espera que los enfrentamientos se retomen en Burka.
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Los talibanes capturaron en las últimas horas un distrito en la provincia septentrional de Baghlan, el primero que cae bajo control insurgente desde el 1 de mayo, día en que se dio inicio oficial al retiro de tropas de Estados Unidos y de la OTAN de Afganistán.
El remoto distrito de Burka, situado en el noreste de la insegura provincia de Baghlan, fue capturado anoche tras permanecer mucho tiempo bajo continuos ataques que habrían ocasionado varias bajas entre los propios talibanes.
"Las fuerzas afganas abandonaron el distrito como parte de una retirada táctica para evitar bajas. Ahora están estacionadas en otro lugar y durante la retirada movieron todos sus vehículos e instalaciones con éxito", reveló el portavoz de la Policía provincial, Javid Basharat, ahora se encuentran a la espera de iniciar un contraataque para recuperar el distrito.
El Ministerio de Defensa afgano informó en un comunicado que murieron 80 talibanes y 59 personas resultaron heridas en contraataques de las fuerzas de seguridad afganas en las últimas 24 horas, en siete de las 34 provincias, pero no aclaró las posibles bajas en Baghlan.
Por su parte, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, anunció en un mensaje en Twitter que sus combatientes capturaron anoche el cuartel general del distrito de Burka, incluidos edificios administrativos y de la Policía, con todos sus puestos de control. "Después que el enemigo huyó del área, los combatientes se hicieron con varios vehículos y muchas armas y municiones", afirmó Mujahid.
Burka se convirtió en el primer distrito del país en caer en manos de los talibanes desde la oleada de ataques simultáneos que comenzó coincidiendo con el inicio de la retirada oficial de los militares extranjeros en territorio afgano.
Durante esta fase final, se espera que unos 2.500 militares estadounidenses y alrededor de 7.000 de la OTAN abandonen el país antes del próximo 11 de septiembre, cuando se cumplen dos décadas de los ataques terroristas en Estados Unidos que desencadenaron la invasión de Afganistán.
mn (EFE, DPA, Reuters)
La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
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Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
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La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
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Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
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Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
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El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
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Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.