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Este centro pertenece a la Universidad Ben-Gurión, situada en pleno desierto del Néguev. Su ubicación en una región desértica hace que este Instituto de alta tecnología resulte especialmente atractivo para investigadores procedentes de Asia, Europa y África. Y es que de los resultados obtenidos se beneficia la población de países recientemente industrializados y en vías de desarrollo, cuyas economías dependen de la exportación de productos agrícolas. La reportera de DW Mabel Gundlach ha visitado el instituto.