Agua de central nuclear Fukushima será vertida por un túnel
25 de agosto de 2021
La construcción de este corredor comenzará en siete meses más. Con este mecanismo se evitará que el agua regrese a la costa, aseguró Tepco, empresa operadora de la planta.
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El operador de la central nuclear accidentada de Fukushima Daiichi (noreste de Japón) anunció que el vertido del agua almacenada en dicha planta será vertida al océano mediante un túnel submarino.
De esta manera se aclara la forma en que Japón planea depositar más de un millón de toneladas de agua contaminada con residuos radiactivos, acumula desde que ocurrió el terremoto y posterior tsunami de 2011.
El agua será bombeada a través de una tubería submarina de 2,5 m de diámetro, que penetrará casi un km en el océano, según detalló Tepco, empresa operadora de la planta, añadiendo que la construcción de este "túnel" comenzará en marzo próximo. Al utilizar este mecanismo, se evitará que el agua vertida regrese hacia la costa, afirmó Akira Ono, director de la filial de Tepco encargada del desmantelamiento de la planta.
El gobierno nipón decidió en abril pasado verter al mar a partir de 2023 estas aguas resultantes de lluvias, origen subterráneo o la inyectada para enfriar los núcleos de los reactores nucleares que se fusionaron tras el gigantesco tsunami registrado el 11 de marzo de 2011. Con esta determinación, Japón puso punto final a siete años de debates sobre cómo deshacerse de estas 1,27 millones de toneladas de agua contaminada, almacenada en más de un millar de cisternas en la planta siniestrada, prometiendo que previamente será reciclada, y que se tomarán las medidas adecuadas para evitar que esto afecte al prestigio de la región.
El agua que se prevé verter en esta operación ya ha sido filtrada varias veces para que quede libre de la mayor parte de sustancias radioactivas (radionucleidos), pero no así del tritio (isótopo del hidrógeno que es radiactivo), que no es posible eliminar con las técnicas disponibles actualmente. Esta solución ha sido muy cuestionada tanto por los pescadores como agricultores de Fukushima, quienes temen que esto afecte aún más la imagen de sus productos entre los consumidores.
En un comunicado de prensa, Tepco aseguró que está dispuesta a pagar indemnizaciones por eventuales efectos provocados por el bombeo del agua hacia el océano. El operador también destacó que está abierto a que haya inspecciones por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que en abril se mostró satisfecho ante la decisión del gobierno japonés de verter el agua al mar. A comienzos de 2020, expertos consultados por el gobierno también recomendaron esta solución, una práctica que ya existe en Japón y en el extranjero para instalaciones nucleares en actividad.
mn (efe, ap)
Tras Fukushima, ¿adiós a la energía nuclear?
La catástrofe nuclear de Fukushima ocurrida hace seis años tuvo consecuencias desastrosas para muchas personas, para Japón y para la industria atómica. ¿Sigue teniendo futuro esta tecnología de riesgo o está superada?
Imagen: UN Photo/IAEA/Greg Webb
Más radiactividad que una bomba atómica
En marzo de 2011, tras varios terremotos y un tsunami, se produce fusión del núcleo en tres centrales atómicas y explosiones de hidrógeno en cuatro de ellas. Para muchas personas, esa posibilidad era inimaginable. Tras el accidente, fue liberado Cesio 137 en cantidad 500 veces superior al de la bomba de Hiroshima.
Imagen: picture alliance/dpa/Abc Tv
Enormes costos y daños
Las consecuencias de la catástrofe son inmensas. Según cifras del Gobierno japonés, los costos ascienden a unos 21.5 billones de yenes, es decir, unos 177 mil millones de euros. A ello hay que añadir el sufrimiento humano y los daños que la radiactividad ha causado a otros países.
Imagen: picture-alliance/dpa
El Pacífico seguirá contaminado
Sobre todo están contaminadas las aguas del subsuelo. Una parte se bombea hacia afuera y la otra acaba desembocando en el Pacífico.
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Cáncer de tiroides 20 veces más frecuente
Dentro de la tragedia, Japón tuvo suerte. El viento arrastró la radiactividad en dirección al mar, por lo que, de esta manera, los 50 millones de personas que viven en Tokio quedaron a resguardo. Pero la región de Fukushima quedó muy contaminada. 200.000 personas perdieron su hogar y se diagnostica cáncer de tiroides en niños con una frecuencia veinte veces mayor que la habitual.
Imagen: Reuters
La mayoría contra la energía atómica
De los antiguos 54 reactores, funcionan ahora solamente dos. El Gobierno se sigue aferrando a la energía atómica y trata de reactivar algunos reactores, pero las regiones afectadas se oponen a ello. Hasta ahora, con éxito.
Imagen: REUTERS
Profunda crisis en la industria atómica
Seis años después de la catástrofe, los consorcios de energía atómica atraviesan una profunda crisis. Tanto en Japón, como en Estados Unidos o Francia sólo obtienen pérdidas, no se venden más centrales nucleares y los planes para construirlas sufren retrasos.
Imagen: Reuters
Un desastre no exportable
Francia depositó grandes esperanzas en una central de nueva generación, el reactor de agua a presión europeo (EPR por sus siglas en inglés). Al parecer, es más seguro, exportable y tendría que haber inicado su funcionamiento en 2012 en Flamanville. Pero no se inaugurará hasta 2018 y costará más de 10 mil millones de euros, tres veces más de lo previsto.
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¿Construye Reino Unido una central atómica?
Reino Unido lleva años planeando la construcción de dos reactores EPR en Hinkley Point. Se estima que los costos rondarán los 33 mil millones de euros y que estará lista en 2019. El proyecto suscita muchas dudas, pues esta energía será mucho más cara que la solar y la eólica y, sin masivas subvenciones, no sería competitiva.
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Centrales, ni regaladas
Hubo un día que las centrales atómicas eran algo lucrativo. Pero muchas instalaciones se han quedado anticuadas, hay que repararlas y únicamente producen pérdidas. Por ese motivo, el consorcio suizo Alpig quería regalar sus dos centrales atómicas, que superan las tres décadas de vida, a la energética francesa Edf. El obsequio fue rechazado.
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El apagado nuclear en Alemania sigue adelante
Alemania decidió acabar con la energía nuclear tras la catástrofe de Fukushima. Hasta el momento, se han apagado nueve reactores. Los ocho restantes lo harán de aquí a 2022. Los consorcios pagan 23.000 millones de euros a un fondo estatal para financiar los costos de la basura nuclear. Pero el Estado no contribuirá a financiar el caro desmantelamiento de las centrales nucleares.
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Aumenta el miedo a un accidente nuclear
En la Unión Europea y Suiza siguen funcionando 132 reactores. Estaban pensados para tener una vida de entre 30 y 35 años. De media, tienen 32 años. Se producen cada vez más averías en sus instalaciones y se conocen deficiencias en su seguridad. Todo ello indica que es hora de que se produzca su apagado, porque la actual situación es como una ruleta rusa.