Además de aclarar que Washington no tiene intención, ni capacidad de imponer cambios en Cuba, el presidente Obama asegura a Raúl Castro y al pueblo cubano que el país no debe temer ninguna amenaza de Estados Unidos.
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La invasión anunciada por Fidel Castro durante 47 años y por su hermano Raúl desde el 2006 hasta el presente arribó a La Habana. Llegaron los yanquis, dicen muchos cubanos, pero llegaron sin armas, con muchos dólares, con deseos de invertir en la isla y, en vez de un ogro con dientes ensangrentados y garras afiladas, el eterno enemigo llegó con la sonrisa mediática del presidente Obama.
En su primer discurso, ante los funcionarios diplomáticos americanos acreditados en la isla, Obama repitió que se trata de una visita histórica, simbólica. Pero su histrionismo característico, esa amabilidad con la que ha saludado a los cubanos que encontró en su breve gira por La Habana Vieja y por Centro Habana, y la seguridad con la que expuso sus ideas en su discurso a los cubanos, demuestran su convencimiento de que su estrategia ha triunfado, aunque el gobierno cubano a su vez se proclame triunfador: "Washington ha hecho todo lo que exigimos", dice la prensa oficialista, que insisten en que vivimos la victoria de David (el castrismo) contra Goliath (las administraciones norteamericanas durante 57 años).
No parecen entender que la conjunción de la estrategia de política blanda de la Unión Europea, Estados Unidos y otras naciones hacia el régimen cubano ha configurado un reto en terreno desconocido para el castrismo: como lo pidió el papa Juan Pablo II en 1998, es indiscutible que el mundo entero se ha abierto a Cuba, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza. Y hasta el momento el gobierno de Raúl Castro, como él mismo anunció en su discurso de este 21, no se ha abierto ni un milímetro al mundo y mucho menos al pueblo cubano.
La estructura de poder en Cuba sigue intacta; ante el nuevo escenario financiero y económico, la nomenclatura neocastrista ha ocupado los más importantes puestos de poder preparándose para el futuro; ha aumentado la represión contra los opositores, como demuestran las detenciones y golpizas recibidas por cientos de cubanos en La Habana y otras provincias el mismo día de la llegada de Obama; y ni siquiera existen perspectivas reales de que las aperturas económicas norteamericana y europea alcancen la profundidad requerida para promover un verdadero desarrollo económico que vaya más allá de los negocios ya monopolizados por la élite que gobierna, pues las libertades económicas en Cuba siguen tan bloqueadas por el gobierno que la isla ocupa el lugar 177, según Heritage Foundation, sólo superada por Corea del Norte.
Pero, además de lo simbólico, esta visita da el tiro de gracia a fenómenos de la conciencia social cubana, produciendo cambios apenas visibles pero que no pueden perderse de vista. Primero, Obama llevó a Cuba el ataúd con el cadáver de Estados Unidos en su carácter de "Enemigo Eterno" y ahora corresponde al pueblo cubano enterrar ese cadáver y no permitir que la dictadura lo vuelva a resucitar. Segundo, su reunión con "emprendedores" cubanos y norteamericanos, en aras de impulsar el naciente sector económico no estatal, podría profundizar otro cambio: durante cinco décadas los cubanos fingieron trabajar y el Estado fingió pagarles, pues los salarios estatales apenas alcanzan para sobrevivir, pero hoy cada vez más cubanos descubren que es posible vivir sin la tutela económica e ideológica del gobierno. Y, tercero, con este viaje, Obama da el pistoletazo de salida para el forcejeo futuro entre los políticos y el empresariado norteamericano interesado en que Europa, China y Rusia no les arrebaten el pastel cubano y, aún menos, las posibilidades de expansión e influencia en el resto del continente a partir de esa perfecta plataforma de lanzamiento geopolítico y geoeconómico que es Cuba. Así, si la nueva administración quiere modificar o cambiar el rumbo de la política de Washington hacia Cuba, estaría entrando en el terreno de los disparates estratégicos.
Es curioso también que estudiosos del tema racial en Estados Unidos y Cuba, y las encuestas periodísticas durante esta visita, señalen la importancia del impacto social que en la población negra cubana tiene el hecho de que el presidente del país enemigo sea un negro como ellos, tenga más carisma que cualquiera de los actuales líderes cubanos y que, además, en menos de un año haya logrado promover más cambios, beneficios y esperanza para el pueblo que lo logrado por Fidel y Raúl desde que llegaron al poder en 1959.
La oposición cubana, aunque dividida en torno a la estrategia de Obama, espera que el encuentro de éste con miembros de la sociedad civil opositora legitime sus luchas pro-democracia y estimule a otros interlocutores internacionales al diálogo y reconocimiento de la pluralidad de actores políticos y cívicos en el interior de Cuba. Pero de sobra es conocido que todos los actores mundiales con poder de decisión han acordado que en el escenario cubano de los próximos años se represente una obra en la que sociedad civil, oposición y derechos humanos aparecerán en segundo plano y como figurantes sin mucha importancia.
Como ha dicho Obama en su discurso, la construcción de un estado social y democrático de derecho; el disfrute de las libertades económicas, civiles y políticas por todos los cubanos y cubanas, incluidos los que residen permanentemente en el exterior; las elecciones libres y plurales; el cese de la represión; el acceso libre a internet y el intercambio de ideas, y la reforma de las libertades económicas a favor del empresariado no estatal cubano seguirán siendo lecciones pendientes del castrismo y retos para el pueblo cubano.
Barack Obama en Cuba
El presidente de EE. UU. describió su visita a Cuba como una oportunidad histórica para conocer al pueblo cubano. La visita, que se extiende hasta el 22 de marzo, constituye un hito en la relación entre ambos estados.
Imagen: Reuters
Hasta luego, Cuba
Obama cerró su histórica visita a Cuba, en el marco del acercamiento diplomático y comercial entre ambos países. El presidente estadounidense y su familia salieron de la capital cubana poco antes de las 16:30 hora local rumbo a Argentina. Obama fue despedido en el aeropuerto por su homólogo cubano, Raúl Castro.
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Barria
Pelota o béisbol
El presidente cubano, Raúl Castro, acompañó a su homólogo estadounidense a un simbólico partido de béisbol entre equipos de ambos países en el cierre de la visita de Obama a la isla. Ambos mandatarios entraron juntos al Estadio Latinoamericano de La Habana, remozado especialmente para el encuentro entre el equipo de Grandes Ligas Tampa Bay Rays, de Florida, y la selección nacional cubana.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Reynolds
"Va a haber cambios"
Obama se reunió con trece disidentes cubanos "algunos que apoyaban nuestra política y otros que creían que recompensa o valida al Gobierno actual". Les prometió que seguirá denunciando "decididamente" las violaciones de derechos en Cuba, pero insistió en que la vieja política de aislamiento dificultaría cualquier cambio en la isla. "No tengo dudas de que eventualmente va a haber cambios", aseguró.
En su discurso al pueblo de Cuba, desde el Gran Teatro de La Habana, el presidente estadounidense aseguró que conozce la conflictiva historia de las relaciones Cuba-EE.UU., pero se niega a quedarse atrapado en ella: "Vine a dejar atrás los últimos vestigios de la Guerra Fría(...). Podemos recorrer este camino juntos, como amigos, vecinos, familia. Sí se puede."
Imagen: Reuters/C.Barria
Llamada a Bruselas
Desde La Habana, Obama, habló por teléfono con el primer ministro belga, Charles Michel, para ofrecer sus condolencias y apoyo después de los ataques en Bruselas, que provocaron la muerte de al menos 34 personas, dijo el martes la Casa Blanca.
Imagen: Reuters/White House/P.Souza
Castro sobre presos políticos: "Deme la lista y en la noche están liberados.”
Ante pregunta de periodista estadounidense al presidente cubano Raúl Castro sobre si Cuba tiene presos políticos. Castro: “¿Tiene los nombres? Déme la lista y en la noche están liberados.” (21.03.2016)
Imagen: dapd
Obama en conferencia de prensa: "No vemos a Cuba como una amenaza para EE. UU."
Barack Obama, optimista pero cauto: "Las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana. Mantenemos profundas diferencias. Afortunadamente no tenemos que nadar entre tiburones para alcanzar los objetivos comunes. No vemos a Cuba como una amenaza para EE. UU.". (21.03.2016)
Imagen: Getty Images/AFP/M. Ngan
Castro recibe al presidente de EE. UU. en el Palacio de la Revolución
El presidente de Cuba, Raúl Castro, recibió a su homólogo estadounidense, Barack Obama, en el Palacio de la Revolución de La Habana. Allí mantienen un encuentro bilateral, el tercero desde que se anunció el deshielo a Cuba y el primero que se celebra en la isla. En la sede del Gobierno cubano, Castro saludó a Obama con un apretón de manos y posaron sonrientes ante las cámaras. (21.03.2016)
Imagen: Getty Images/C. Somodevilla
Homenaje a José Martí
Como es habitual en estas visitas de alto nivel, antes de las conversaciones oficiales, el presidente Obama rindió homenaje con una ofrenda floral a la estatua del prócer independentista y héroe nacional José Martí, en la emblemática Plaza de la Revolución, donde hay también una efigie del Che Guevara. (21.03.2016)
Imagen: Reuters/I. Alvarado
Cena familiar
Para cerrar su primera jornada, la familia presidencial cenó en privado en el "paladar" (como se llama en Cuba a los restaurantes privados) "San Cristóbal", ubicado en Centro Habana. La familia pasó la noche en la residencia del embajador estadounidense en Cuba. Para el lunes, la agenda de Obama incluye un encuentro con el presidente cubano Raúl Castro. (20.03.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa
Reunión con Jaime Ortega
Antes, Obama se reunió en la catedral con el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, quien fue un personaje clave en el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba. El cubano entregó a Obama una carta enviada por el papa Francisco. (20.03.2016)
Imagen: Reuters/C. Barria
Un cálido recibimiento
Durante el recorrido, decenas de cubanos se animaron a salir a la calle para saludar y vitorear cálidamente al presidente estadounidense. También sacaron fotografías del momento. El presidente utilizó su cuenta de Twitter para expresar lo emocionado que estaba por encontrarse con el pueblo cubano. Para llo usó la expresión cubana "¿Qué bolá Cuba?" (¿Cómo estás, Cuba?). (20.03.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa/EPA/O. Barria
Paseo por La Habana
La familia presidencial inició su visita con un paseo por las calles coloniales del centro histórico de la capital, La Habana, bajo una intensa lluvia. La primera actividad fue la visita de la recientemente reabierta embajada estadounidense y una reunión con el personal diplomático. (20.03.2016)
Imagen: Reuters/C. Barria
Un presidente de EE.UU vuelve a tocar tierra cubana
Con una gran sonrisa, Obama descendió del avión junto a su esposa, Michelle, sus dos hijas, Malia y Sasha, y su suegra, Marian Robinson, quienes le acompañan en este viaje. Es el primer contacto de un presidente estadounidense con suelo cubano en 88 años. A su arribo, Obama fue recibido por el canciller cubano Bruno Rodríguez. (20.03.2016)
Imagen: Y. Cortez/AFP/Getty Images
Una foto para la historia
El avión presidencial estadounidense, el Air Force One, sobrevuela La Habana ante la atenta mirada de los cubanos. "Esta es una visita histórica y una oportunidad histórica" fueron las primeras palabras de Barack Obama tras aterrizar en el aeropuerto José Martí de La Habana, el pasado domingo 20 de marzo a las 16:18 horas (hora local). (20.03.2016)