La disputa, de singulares dimensiones, entre Airbus y Boeing amenaza con indisponer por años a la UE y los EEUU, los mayores bloques comerciales del mundo. Las consecuencias del pleito para las negociaciones comerciales mundiales destinadas a lograr una mayor apertura de los mercados son imprevisibles.

Washington presentó este martes demanda en Ginebra ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), estigmatizando los planes de la UE de conceder a Airbus una financiación inicial para el desarrollo de un tipo de avión por un monto de 1.360 millones de euros.

La UE reaccionó de inmediato con una contrademanda, afirmando que el gobierno de EEUU ha subvencionado a Boeing con miles de millones de dólares. En su documentación, Airbus habla de 29.000 millones de dólares de subvenciones directas e indirectas desde 1992.

Una posibilidad disipada

La posibilidad de un compromiso se ha disipado, por lo menos por ahora. El Comisario de Comercio de la UE, Peter Mandelson, criticó duramente a EEUU. La OMC se halla así ante el mayor, más difícil y quizás más caro pleito de su historia.

"Me decepciona que EEUU se haya decidido por el enfrentamiento con Europa", dijo Mandelson. Y agregó: "los intereses de Europa serán defendidos a capa y espada". Por si fuera poco, remató diciendo que los EEUU se habían negado a negociar de igual a igual.

En enero, ambas partes habían acordado aún no permitir que la sangre llegara al río y juraron querer llegar a un acuerdo. Pero el juramento duró poco. Al contrario, la disputa cobró nuevos ribetes cuando Airbus solicitó hace poco en Gran Bretaña créditos estatales para el desarrollo del nuevo modelo A350, competidor directo del Boeing 7E7 Dreamliner, en el que Boeing deposita grandes esperanzas.

¿En qué quedamos?

El Gobierno estadounidense declaró que el recurso a la OMC le parecía inevitable, para lograr el fin de las subvenciones. La reciente oferta de la UE, de reducir las ayudas paulatinamente, no le fue suficiente.

No obstante, Portman dejó una posibilidad abierta para lograr, no obstante, un acuerdo amistoso: "seguimos prefiriendo una solución negociada". Pero, acotó de inmediato, "ello sólo es posible si la UE está dispuesta a acabar con las negociaciones". El observador poco avisado se pregunta naturalmente. ¿En qué quedamos?

Mandelson acusó consecuentemente a EEUU de haberse negado a arribar a una solución negociada, ya que para seguir negociando puso como condición sine qua non la renuncia de Airbus a créditos de arranque para la producción.

"Boeing es la que debe temer"

El ministro alemán de Economía, Wolfgang Clement, dijo por su parte que el pleito iniciado por EEUU ante la OMC es absurdo. "Sobre todo Boeing debe temer por las subvenciones y no Airbus por los créditos estatales", comentó en Berlín.

La dureza de la toma de posición de Mandelson es un adelanto de la próxima polémica en Ginebra. El comisario británico en la UE acusó a Boeing de querer usar al Gobierno de EEUU para hacer daño al A380. "Airbus es un éxito rotundo. Por ello Boeing hizo todo lo posible para llevar el caso ante la OMC: no porque tema las subvenciones, sino porque teme la competencia", concluyó lapidariamente.

Créditos reembolsables

Mandelson por su parte subrayó que los créditos estatales para Airbus no son subvenciones, ya que se devolverán al Estado con intereses. "Es un buen negocio", agregó. "Boeing, por el contrario, recibe subvenciones por miles de millones a través de encargos militares inflados", remató, "y de esas subvenciones no devuelve ni un sólo céntimo".

Según cálculos de Mandelson, el desarrollo de Boeing 787 es costeado en un 70% por el contribuyente norteamericano. EEUU ha rechazado siempre que subvencione a Boeing.

La UE había ofrecido también reducir las ayudas para el A350 en un 30% si EEUU también disminuye las suyas para Boeing en un porcentaje similar.

Airbus calcula que el desarrollo de ese nuevo modelo mediano costará unos 3.000 millones de euros. La empresa planea financiar un tercio de es suma con los créditos estatales.