Al menos 13 muertos por coche bomba en el norte de Siria
2 de noviembre de 2019
Turquía culpa del atentado en un mercado de la ciudad fronteriza de Tal Abiad, controlada por milicias aliadas de Ankara, a las milicias kurdas, que rechazan las acusaciones.
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"13 civiles han muerto y otros 20 resultaron heridos, según las primeras informaciones", dijo el Ministerio de Defensa en un comunicado, culpando del ataque a las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG).
Turquía considera a las YPG terroristas por sus vínculos con la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), activa en territorio turco y clasificado como terrorista también por EE. UU. y la Unión Europea (UE).
"Condenamos con la mayor dureza este inhumano ataque de los sangrientos terroristas del PKK/YPG (...) contra los civiles inocentes de Tel Abiad", agrega el comunicado de Defensa. De momento ninguna organización se ha responsabilizado del ataque.
Kurdos niegan autoría del ataque
Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), la principal alianza armada liderada por kurdos, han negado estar detrás del ataque con coche bomba en la localidad de Tal Abiad, del cual el Ministerio de Defensa turco responsabilizó a esas milicias.
"Es normal que nos acusen de esta explosión, pero nuestras fuerzas no han perpetrado este ataque", dijo a la agencia Efe Mervan Qamishli, un portavoz militar de las FSD.
"Creemos que este atentado y otros fueron llevados a cabo por los servicios de inteligencia turcos para manchar la reputación de las fuerzas kurdas", agregó en una conversación telefónica.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevó la cifra de víctimas mortales a 14, entre civiles y combatientes de las facciones sirias pro-turcas, además de 21 heridos.
Los heridos por la explosión han sido trasladados al hospital de la cercana ciudad turca de Sanliurfa y se teme que el numero de fallecidos aumente, según indicó la agencia de noticias oficialista Anadolu.
Turquía lanzó una ofensiva el pasado 9 de octubre, tres días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenase la salida de las tropas estadounidenses de la zona fronteriza del noreste de Siria y abandonase así a sus aliados de las YPG.
Tras la retirada de EE. UU., Turquía pactó con Rusia la retirada de las YPG de una "zona de seguridad" de 32 kilómetros de anchura a lo largo de toda la frontera turcosiria al este del río Éufrates.
Las tropas turcas, junto a milicias árabes aliadas de Ankara, controlan un centenar de kilómetros de esta franja, entre las ciudades sirias de Tal Abiad y Ras al Ain.
Desde ayer, viernes, unidades militares turcas y rusas comenzaron a patrullas de forma conjunta parte de ese territorio.
CP (efe, afp)
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Kurdo-sirios: entre la esperanza y el temor
El fotoperiodista Karlos Zurutuza recorrió el norte de Siria después de la llegada de las tropas turcas. Allí se encontró con familias que huían y con hombres que se quedaron cuidando sus hogares.
Imagen: Karlos Zurutuza
Huyendo de la guerra
Según información de Naciones Unidas, desde el comienzo de la ofensiva turca casi 200.000 personas han huido de sus hogares, convirtiéndose en desplazados internos. Según estos reportes, muchos kurdos buscan refugio en las zonas del Kurdistán iraquí. El problema es que solo quienes tienen un permiso de residencia kurdo-iraquí pueden cruzar la frontera.
Imagen: Karlos Zurutuza
Solo quedan hombres
Muchos pueblos del noreste de Siria están casi abandonados. Mujeres y niños huyeron de la zona fronteriza hacia el interior del país, como la capital provincial, Al-Hasaka. "Pero las condiciones son cada vez peores en Al-Hasaka, porque han venido demasiados refugiados, así que nosotros decidimos quedarnos acá", dice Suna, madre de tres niños, a DW.
Imagen: Karlos Zurutuza
Vida sombría
El alguna vez abarrotado bazar de la ciudad siria de Amude se ha convertido en un lugar sombrío, donde ahora solo algunos hombres se reúnen. Desde el comienzo de la ofensiva turca, muchos comerciantes decidieron cerrar sus negocios. Los disparos de granadas desde el otro lado de la frontera comienzan al atardecer. Quienes se quedaron en la ciudad, raramente salen de noche.
Imagen: Karlos Zurutuza
Está de vuelta
La estatua del exgobernante Hafiz al Assad vuelve a dar la bienvenida a quienes llegan a Kamischli, la ciudad más importante del noreste de Siria. La relación entre el autogobierno kurdo y el régimen del presidente Bashar al Assad, hijo de Hafiz al Assad, ha sido tensa desde el comienzo de la guerra civil, en 2011.
Imagen: Karlos Zurutuza
Sigue la incertidumbre
Los kurdo-sirios se sienten traicionados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ordenó el retiro de las tropas de su país presentes en la región. "Sabemos lo que nos hizo Trump, pero aún no sabemos qué hará Putin", dice Massud, un cliente en una peluquería. Por ahora, Estados Unidos convenció a Turquía de la conveniencia de aplicar un alto el fuego.
Imagen: Karlos Zurutuza
"Prefiero no decir nada"
Después de años de opresión bajo el régimen de los Al Assad, muchas personas de la ciudad siria de Derik prefieren evitar decir lo que piensan, menos ahora que el gobierno ha revitalizado su presencia en la zona. "Todo el país estaba bajo el control de los servicios secretos y eso puede volver a ser así pronto, por eso nadie dirá nada", dice un transeúnte.
Imagen: Karlos Zurutuza
Cinco ataúdes, cinco destinos
En todas las ciudades del noreste de Siria, la gente debe hacerse cargo de los cadáveres que a diario llegan desde el frente de combate. Los ataques aéreos lanzados por la aviación turca han alcanzado a objetivos civiles y militares. Los hospitales, como el de Derik, donde los combatientes heridos son atendidos, fueron evacuados para evitar nuevas víctimas.
Imagen: Karlos Zurutuza
Miles de víctimas
Los kurdos en Siria sufrieron la muerte de alrededor de 11.000 personas durante los enfrentamientos contra el Estado Islámico. Si bien el EI ya no domina territorios, la matanza no se ha detenido. Docenas de civiles y cientos de militares han fallecido, según los últimos informes, desde que Turquía lanzó su ofensiva en el noreste sirio.
Imagen: Karlos Zurutuza
Solos
Tras el estallido de la guerra civil en Siria, en marzo de 2011, los kurdos no tomaron partido por ninguna de las dos partes, ni por el régimen ni por la oposición. Con la retirada de las tropas estadounidenses vuelven a quedar solos, sin ningún tipo de respaldo.