La cifra de víctimas por el ataque yihadista a una base militar en la localidad de Diffa, en el extremo sur de Níger, se ha elevado a 7 muertos y decenas de heridos.
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En las últimas horas de este viernes (19.01.2018) varios soldados sucumbieron a las heridas sufridas durante el ataque, que fue perpetrado en la noche del pasado miércoles, indicaron.
Los asaltantes, que según las fuentes pertenecen al grupo yihadista Boko Haram, destrozaron también cinco vehículos del Ejército nigerino y se llevaron munición y víveres.
"El ataque se produjo la noche del miércoles en la base militar de Toumour (a 15 kilómetros de Diffa), cuando los asaltantes llegaron a bordo de vehículos con luces apagadas procedentes de la frontera con Nigeria y comenzaron a disparar con armas pesadas", señalaron las fuentes, que pidieron el anonimato.
Los atacantes consiguieron aprovechar "el efecto sorpresa", pero, tras unas dos horas de enfrentamientos, los soldados lograron obligarlos a replegarse.
El destino de las niñas de Chibok liberadas
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Hasta ahora se desconoce la cifra de muertos o heridos entre los yihadistas de Boko Haram.
El ataque, tras un breve período de tregua de la secta extremista nigeriana en la región, se registra cuando las autoridades de Diffa extendieron el "período de arrepentimiento" ofrecido a los combatientes del grupo yihadistas para dejar de forma voluntaria sus armas y entregarse a las autoridades.
Ante el escaso número de los combatientes (unos 177) que se entregaron hasta la fecha inicial, el pasado 31 de diciembre, el gobernador de Diffa, Mahamadu Laualy Dan Dano, decidió prorrogarlo de forma ilimitada para "animar a los combatientes a tomar la mano tendida del Gobierno".
CP (efe, rtr)
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Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.