Al Qaeda reivindica ataque que dejó seis muertos en Mali
30 de junio de 2018
Una filial de la red terrorista atacó con un coche bomba un cuartel de la fuerza militar conjunta G5 Sahel, que busca combatir el yihadismo en la región.
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El ataque contra un cuartel de la fuerza conjunta G5 Sahel en Mali que dejó al menos seis muertos fue reivindicado este viernes (29.06.2018) por el grupo yihadista Nusrat al islam ual muslimin (Consejo de Defensa del Islam y los Musulmanes), una entidad afiliada a Al Qaeda. Así se conoció luego de que un miembro de ese grupo radical confirmara a la agencia mauritana de noticias Al Ajbar la participación de la milicia en el ataque.
Este "fue perpetrado con un vehículo bomba y con la participación de kamikazes”, explicó la fuente. La acción afectó una base de operaciones en Sévaré, en las afueras de Mopti, del G5, una fuerza militar conjunta integrada por Mali, Níger, Mauritania, Burkina Faso y Chad que tiene como objetivo la lucha contra el terrorismo yihadista y que, tras atravesar una larga fase embrionaria, ha comenzado a incrementar su actividad en los últimos meses.
Este ataque se produce cuatro días después de una reunión entre los dirigentes del G5 y el presidente francés Emmanuel Macron en el marco de los preparativos de la cumbre de la Unión Africana prevista a partir del próximo domingo. El atentado dejó además unos 10 heridos y consistió en la explosión de las bombas de un coche, a la que siguió un largo enfrentamiento con armas automáticas.
Áreas fuera de control
El gobernador de la región de Mopti, general Alassane Sidi Toure, dijo en una radio local que entre las víctimas fatales hay dos miembros de las Fuerzas Armadas y tres atacantes. Asimismo, cuatro soldados resultaron heridos. El Ejército habría detenido también a cuatro atacantes, tres de los cuales se encontrarían hospitalizados. Un portavoz del Ejército aseguró que el 60 por ciento del cuartel resultó destruido.
El yihadismo azota Mali con especial fuerza desde 2012, cuando se produjo un golpe de Estado en Bamako del que se aprovecharon grupos tuareg rebeldes, apoyados por células terroristas, para hacerse con el control del norte del país durante diez meses. Los yihadistas fueron teóricamente expulsados en 2013 gracias a una intervención militar internacional encabezada por Francia, pero extensas áreas de Mali, sobre todo del norte y del centro, escapan al control estatal, de lo que se aprovechan los grupos terroristas.
DZC (EFE, dpa)
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Los años sangrientos de Mali
Pese a la misión de la ONU y los acuerdos de paz, la violencia en Mali no cesa. Desde 2012, tuareg e islamistas luchan contra el Gobierno en Bamako. En varias ocasiones también extranjeros se han convertido en blanco.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Traore
Ataque en el corazón de la capital
Los grupos terroristas Al Qaeda del Magreb Islámico y Al Murabitun reivindicaron el atentado contra el hotel Radisson Blu en Bamako, en el que los islamistas tomaron como rehenes a 170 personas. Decenas de huéspedes y empleados del hotel lograron escapar. 18 personas podrían haber muerto. El hotel alberga a muchos diplomáticos y periodistas de todo el mundo.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Traore
Islamistas en el norte
En el país existen muchos grupos armados. Por ejemplo, las milicias islamistas Ansar Dine, que se autodenominan “Defensores de la Fe” y que están bajo el mando de Iyad Ag Ghaly. Desde 2012, luchan por un Estado islámico en el norte de Mali.
Imagen: Romaric Hien/AFP/GettyImages
Terror y destrucción del patrimonio cultural
En 2012, Ansar Dine se hizo en poco tiempo con el control de amplias regiones del norte de Mali. Allí las milicias establecieron un régimen de terror, por ejemplo, cortaban las manos a presuntos ladrones y lapidaban a presuntos adúlteros. Ansar Dine llamó la atención mundial por la destrucción sistemática del valioso patrimonio cultural del país, como esta mezquita del siglo XV en Tombuctú.
Imagen: Getty Images
Bombas sobre Trípoli, con réplicas en Mali
También la guerra en Libia atizó el conflicto en Mali. Como consecuencia del caos y de los enfrentamientos armados tras el derrocamiento del dictador Gadafi, a partir de 2011 grandes cantidades de armas y numerosos combatientes cruzaron la frontera de Mali.
Imagen: picture alliance / dpa
¿Azawad o Estado islámico?
Después de haber luchado conjuntamente durante cierto tiempo, las milicias islamistas desplazaron también a los rebeldes tuareg más moderados. Por ejemplo al Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), que lucha por un territorio independiente de la tribu tuareg en el norte de Mali.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bindra
Operación Serval
A principios de 2013, los islamistas amenazaban con entrar en la capital, Bamako, ante lo cual el presidente francés, François Hollande, ordenó una operación militar contra los rebeldes. Hasta el verano de ese año, los franceses lograron reconquistar, con el apoyo de tropas malíes y de África Occidental, las ciudades más importantes del norte de Mali, en el marco de la llamada Operación Serval.
Imagen: dapd
MINUSMA deberá garantizar estabilidad
Alrededor de 10.000 soldados de la ONU deberán preservar la frágil paz en Mali. También el Ejército alemán ha enviado a 200 soldados al sur del país. Además, en la capital de Bamako están estacionados otros 50 soldados germanos, en el marco de una misión europea de entrenamiento para el ejército local. En la imagen se puede ver a la ministra de Defensa alemana visitando a las tropas en Mali.
Imagen: Reuters
Un poco de paz
No obstante, rebeldes y delincuentes no dejan que el país recobre la tranquilidad. Las noticias sobre atentados y secuestros están a la orden del día. En años recientes, cientos de miles de malíes se han visto obligados a abandonar su país. Los niños en la imagen viven en un campamento de refugiados en el país vecino, Burkina Faso.