Una caravana de migrantes centroamericanos continúa su camino hacia Estados Unidos, mientras la administración Trump mantiene la presión a México para que detenga su paso. El secretario de Defensa Jim Mattis confirmó el domingo (28.10.2018) que las fuerzas armadas han comenzado a enviar equipo militar a la frontera en respuesta a la orden de Trump de desplegar 800 soldados para blindarla militarmente. 

"Es una medida para demostrar fuerza de cara a las elecciones del 6 de noviembre. Trump quiere demostrar que va a proteger las fronteras, pero en la práctica la medida no tendría ningún impacto porque los soldados no son capaces de controlar la frontera", afirma el politólogo alemán Günther Maihold, subdirector del think tank berlinés, Fundación Ciencia y Política (SWP).

Maureen Meyer, directora para México y Derechos de los Migrantes de la Oficina en Washington para Asuntos de América Latina (WOLA) coincide con Maihold. "Quiere dar la señal a su base electoral de que está haciendo algo para asegurar la frontera cuando en realidad es muy peligroso sentar precedentes de más presencia militar en Estados Unidos. Hay leyes muy estrictas sobre la participación de las fuerzas armadas en tareas nacionales", dice.

Los soldados en la frontera: ¿alarde de fuerza?

La experta en políticas de seguridad en Estados Unidos y México explica que la Guardia Nacional que actualmente está en la frontera, con unos 2000 efectivos, tiene muchas restricciones. "No puede detener a migrantes, ni interactuar con ellos. Pueden apoyar la infraestructura y la vigilancia, y alertar a la patrulla fronteriza cuando vean personas cruzando la frontera. Pero no tienen mayores atribuciones para impedir la entrada de los migrantes en el país", advierte Meyer.

No parece que Trump pueda blindar militarmente una frontera de 3.200 kilómetros de largo, que incluye parte del río Bravo. Maihold destaca que se necesitaría mucho más personal.  "Por eso en la frontera se utilizan muchos instrumentos técnicos últimamente porque con personal solo es imposible un control fronterizo efectivo".

 Maihold destaca que la situación es una oportunidad de oro para Trump para resucitar su política del muro, sus diatribas que pintan a los provenientes del sur como los malos. "Esto tiene que ver con su lógica del miedo; presenta de nuevo en esta elección una amenaza externa para cazar votos. La caravana es un regalo para Trump y la utiliza sin titubeos, envenenando aún más el clima interno porque ya hay mucha animadversión en la vida cotidiana hacia los llamados hispanos".

Los migrantes cometen menos delitos que los estadounidenses

La experta del WOLA, Maureen Meyer, destaca que en Estados Unidos hay una percepción diferenciada sobre la caravana de migrantes. "Trump quiere movilizar a una parte de la población que coincide con él en ver a los migrantes como una amenaza para la seguridad de sus comunidades, como una amenaza para sus puestos de trabajo".

Pero las cifras dicen lo contrario, según la experta. "Los migrantes cometen incluso menos delitos que los mismos estadounidenses y además contribuyen a la economía. Otra gran parte de la población está apoyando a los migrantes. Incluso se están movilizando a la frontera para ayudar a las familias que están llegando. Hay mucha gente que les da la bienvenida, que reconoce su contribución en los Estados Unidos y que no olvida que éste es un país de migrantes en sus orígenes".

La experta destaca que en este momento electoral, no solo el presidente republicano sino muchos miembros de su partido manipulan políticamente la caravana para ganar votos. Meyer recuerda que más de la mitad son mujeres y niños y, aún así, Trump insiste en que son una amenaza para el país, cuando en realidad, es una población vulnerable que está buscando protección y una mejor vida.

La solución es cooperar con la región

La solución al problema migratorio no es construir muros, ni separar a padres de sus hijos, medidas que ha intentado adoptar el gobierno de Trump para impedir que los migrantes entren a los Estados Unidos, destaca la experta de WOLA. "Washington tiene que seguir cooperando con los países centroamericanos, buscar atacar las raíces de la migración. Puede ser con aportaciones económicas, incluso ahora hay un problema de seguridad alimentaria, pero también la violencia que refleja la existencia de instituciones débiles, una incapacidad de la policía y del Estado para proteger a su población, y desde luego el problema de la corrupción".

Sin embargo, Meyer destaca que el apoyo de Estados Unidos a estos gobiernos debiera estar condicionado a que logren enfrentar la corrupción y otros problemas que están impactando sobre el desarrollo y la seguridad en la región.

El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador,  propuso a  Estados Unidos lanzar un programa de inversión de 30 mil millones de dólares, a través de un acuerdo entre los países del norte y centroamérica, para promover el empleo para enfrentar el fenómeno migratorio.

Meyer considera que es un anuncio positivo. "Es importante que esté poniendo esto sobre la mesa; incluso en la carta que envió al presidente Trump cuando fue elegido planteó que hay que atender las causas que provocan que la gente esté huyendo de Centroamérica, lo que, según él, tiene que ver con la falta de oportunidades económicas". La experta reconoce que ha habido en el pasado otras propuestas pero no han sido de suficientemente largo plazo para tener un impacto duradero.

Maihold se muestra más escéptico, y recuerda que ya hubo un plan Puebla Panamá impulsado por el entonces presidente Vicente Fox (2000- 2006, Partido Acción Nacional, PAN), un esfuerzo conjunto de México con Centroamérica. "Se pensaba que iba a haber donantes internacionales que harían contribuciones, pero no fue el caso y México no quiso aportar mucho dinero. Esa es la misma suerte que tendría esta iniciativa porque no veo de dónde saldrían estos recursos. El anhelo de estos migrantes es llegar a Estados Unidos y solamente en caso de que no logren llegar a este destino entonces buscarían encontrar alguna forma de manutención en México", destaca Maihold, aludiendo al anuncio de López Obrador de ofrecer empleo a los migrantes para que se queden en México.

Entre tanto, la caravana de migrantes ha tenido tal cobertura mediática, que ha animado a muchos otros desesperados a seguir su ejemplo en busca del sueño americano, bajo la lógica de que el que no arriesga, no gana. 

(er)