Científicos y organizaciones ambientalistas venían alertando de fugas de petróleo desde la refinería El Palito, en el estado de Carabobo, desde hace semanas. A fines de julio comenzaron a circular las primeras imágenes satelitales de los alrededores de la planta, que mostraban un derrame en un área cercana al muelle de la planta.

Sin embargo, en los últimos días el crudo avanzó por la costa hacia el estado de Falcón, alcanzando áreas protegidas y reservas de fauna silvestre. "Estamos en plena temporada de huracanes y creemos que esta lluvia hizo presión sobre los tanques de almacenamiento en la refinería El Palito. Por las condiciones climáticas, la fuerza del viento y las mareas, el hidrocarburo se fue desplazando hacia el Golfo Triste, y ya el fin de semana pasado llegó a los manglares, corales y cayos del Parque Nacional Morrocoy”, indica a DW Gustavo Carrasquel, director de la Fundación Azul Ambientalista.

Esta área protegida y reserva marina del Caribe es famosa por sus playas y su rica biodiversidad. "El peligro para la biodiversidad es inconmensurable y la pérdida ecosistémica es muy preocupante. La recuperación de estos ecosistemas es muy lenta y compleja y la pérdida de hábitats podría traer una cuantiosa disminución de especies marinas, aves y mamíferos”.

"Los manglares, corales y peces están bajo amenaza. El petróleo al precipitarse y adherirse al coral lo mata, al igual que con los mangles. Si sus raíces permanecen mucho tiempo con petróleo y la planta es incapaz de recuperarse veremos el efecto de este derrame próximamente. Y por ende el impacto económico de quienes viven de la pesca”, advierte la bióloga Yurasi Briceño, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, en diálogo con DW.

La Sociedad Venezolana de Ecología convocó un foro de más 100 especialistas para analizar la situación y alertó sobre el riesgo para los ecosistemas y comunidades aledañas. El derrame estaría amenazando el Refugio de Fauna Silvestre de Cuare, primer sitio RAMSAR o humedal de importancia internacional de Venezuela, y hogar de más de 300 especies de aves.

"Hay información satelital que nos muestra la magnitud de la expansión del crudo frente a la costa. La sola mancha que está frente a la refinería El Palito, tomada por la Unidad de Sensores Remotos de la Universidad Simón Bolívar el domingo pasado, es de aproximadamente 260 kilómetros cuadrados, con una longitud de 27 kilómetros desde la costa”, calcula Carrasquel.

Ocultamiento y demora en limpieza

El oceanógrafo José Ramón Delgado, de la Fundación Caribe Sur, dice a DW que "aparentemente la refinería tiene un problema que no ha logrado resolver. Hay lagunas de contención para el petróleo que rebalsa de los tanques, pero cuando hay lluvias torrenciales como estamos teniendo en el país, la gran cantidad de agua hace que se rebalse y caiga al mar”.

La diputada María Gabriela Hernández, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la opositora Asamblea Nacional de Venezuela, denunció ayer este derrame junto con la Sociedad Venezolana de Ecología. Según estiman, correspondería a unos 20 mil barriles de petróleo.

Hernández acusa ocultamiento por parte del gobierno de Maduro y de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). El Ministerio de Ecosocialismo venezolano reconoció el incidente tardíamente, recién tras la difusión de imágenes por parte de organizaciones ambientalistas.

"Hasta el momento, PDVSA no ha emitido ningún comunicado oficial en que informe de dónde proviene el derrame, la cantidad de volumen de hidrocarburo y de qué tipo de crudo se trata”, reclama Carrasquel. "De eso dependen las acciones siguientes”, recalca Briceño, en relación con el necesario trabajo de limpieza y recuperación de la zona afectada, que hoy se ve dificultado.

En opinión de Delgado, siendo Venezuela un país petrolero, debía estar preparado ante la eventualidad de un derrame: "Nos preocupa que no ha habido una respuesta adecuada por parte de las autoridades en cuanto a la aplicación del plan nacional de contingencia”. El oceanógrafo explica que, si el hidrocarburo no es sacado tempranamente del agua, se mezcla con ella y con el tiempo se hunde, provocando también daño en el fondo.

 

Temor por expansión y lenta recuperación

Con el paso de los días, el petróleo que impacta con el agua sufre una serie de cambios y se vuelve muy agresivo y expansivo. La labor de limpieza de voluntarios de organizaciones ambientalistas no da abasto y solo alcanza las playas.

Carrasquel denuncia que funcionarios del estado impidieron el ingreso de voluntarios al Parque Morrocoy y cuestiona la capacidad del gobierno para enfrentar esta crisis: "Este desastre ambiental, que se está transformando en un ecocidio, deja una vez más en evidencia que la industria petrolera venezolana está en quiebra, hay falta de mantenimiento, no hay atención preventiva y creemos que ni siquiera hay personal especializado para atender esta contingencia”.

"Lo que se ve en la playa es la punta del iceberg. Necesitamos equipos de buzos para evaluar la situación real de los corales marinos y los manglares”, indica el representante de La Fundación Azul Ambientalista. Estos ecosistemas son muy susceptibles a la penetración de este tipo de hidrocarburos emulsionados y es necesario cuantificar y evaluar procesos de biorremediación, como se ha hecho en los derrames en el Golfo de México o Brasil, que podrían permitir una recuperación ecosistémica a mediano y largo plazo.

El experto denuncia que este derrame no es un caso aislado: "Tenemos el drama de que hay petróleo derramado por lo menos en el 70% de las costas de Venezuela. En temporada de huracanes y por las corrientes, este petróleo podría llegar fácilmente a la isla de Aruba en las Antillas Holandesas”.

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