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Igualdad de derechosAmérica Latina

LGBTQI+: "Hay que modificar las condiciones de desigualdad"

23 de agosto de 2022

DW dialogó con Alba Rueda, representante especial sobre orientación sexual e identidad de géneros del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.

Argentinien Alba Rueda
Alba Rueda, representante especial sobre orientación sexual e identidad de géneros del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.Imagen: Carla Policella

Alba Rueda es una mujer trans. Nació en la provincia de Salta, en el norte argentino, y en su adolescencia migró a Buenos Aires junto a su familia. Hoy tiene 46 años, y puede sentirse dichosa de haber superado la expectativa de vida para su colectivo, situada en apenas 35 años en la región.

Desde muy joven es activista por los derechos LGBTIQ+, y aún hoy, tras casi dos décadas en la función pública, se reconoce como tal, y no olvida las penurias, la violencia y el avasallamiento de derechos que sufrió.

Fue la primera subsecretaria de Políticas de Diversidad del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad. Y desde mayo de este año, se desempeña como representante especial sobre Orientación Sexual e Identidad de Géneros del Ministerio de Relaciones Exteriores  del país, con rango de subsecretaria de Estado.

Es la primera mujer trans en ocupar un cargo tan alto en el gobierno de Argentina, y su gestión es valorada incluso más allá de las fronteras nacionales.

Invitada por la Universidad de Colonia, Rueda estuvo en Alemania, y DW dialogó con ella de forma exclusiva.

DW: Antes que nada, ¿por qué este cambio al Ministerio de Relaciones Exteriores?

Alba Rueda: Para nosotras es muy importante poder desarrollar las líneas de trabajo en política exterior, porque, así como tiene valor la política interior, el trabajo en términos de política exterior es fundamental.

Es imprescindible que toda la región tenga determinados estándares de derechos, para que no se generen esos vicios del sistema que hacen que en determinados lugares se anclen posiciones regresivas.

En este sentido, no es "por sobre” el resto de los países latinoamericanos, sino que nosotres necesitamos que, en Latinoamérica y en el mundo, el horizonte de derechos LGBT sea una realidad para todes.

¿Cuáles son, en su nueva función, sus principales objetivos?

Sostener una agenda LGBT en política exterior, y hacerla transversal a los distintos espacios de concertación, tanto en foros multilaterales como en las relaciones bilaterales-, y por supuesto, (representar) voces que se sitúan en clave de derechos desde el sur global.

Es el primer cargo dentro del hemisferio sur que cumple este rol, y, para mí, da un mensaje muy claro en cuanto a que el cargo de las representaciones especiales no es el privilegio de los países ricos para hablar sobre materia LGBT, sino más bien el derecho de nuestras comunidades a vivir en un mundo libre de violencias.

Alba Rueda, representante especial sobre Orientación Sexual e Identidad de Géneros del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.Imagen: Carla Policella

Y en este sentido, ¿qué es lo más destacable de lo alcanzado en Argentina en materia de derechos?

Los movimientos y las organizaciones sociales LGBT tienen una participación política fundamental y, en función de ese sujeto político, se logró una transversalidad a nivel de partidos políticos y de gobiernos progresistas que trabajan por los derechos. Y así se alcanzaron, por ejemplo, la ley de matrimonio igualitario, que tiene 12 años, la ley de género, de un poco más de 10 años, y la ley de cuota o cupo laboral trans, que tiene más de un año.

Pero nosotras sostenemos que no basta solo con la declaración formal de derechos; acá lo que hay que trabajar es en modificar las condiciones de desigualdad: la población trans es la que vive mayor desigualdad en la región.

Hay muchos que no comparten las metas que usted plantea. ¿Por qué cree que esto es así?

Es claro que es multicausal. La desigualdad tiene que ver con el uso de determinados discursos, prejuicios, modalidades de asimetrías, y con la privación de derechos. Hay un grupo poblacional que busca el reconocimiento de derechos, y hay otro grupo poblacional que busca sacar derechos.

Queda muy claro para mí, que estos retrocesos o esta falta de avance de agendas políticas responden básicamente a personas que no quieren que se avance en el reconocimiento de derechos, porque pierden privilegios.

Por eso creo que en este mundo postpandémico, -o atravesando la pandemia-, atravesando una guerra, y un proceso inflacionario en el mundo, el escenario de disputa es cuál es la respuesta a estas preguntas fundamentales.

Hay sectores que buscan quitar derechos y reducir las lógicas distributivas como respuesta a esos planteos, y hay otro grupo en el que entendemos que la respuesta es abordar las desigualdades, desde la perspectiva de géneros y diversidad.

Por esto, tiene mucho sentido la síntesis expresada cuando se aprobó la ley de matrimonio igualitario en Argentina, en 2010: "Cuando se reconocen derechos, toda la sociedad avanza”.

(cp)

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