Parecería un despistado Robin Hood del siglo XXI pero no lo es. El renano Jürgen Haas se ha propuesto adoptar a cientos de niños paraguayos convirtiéndolos en ciudadanos alemanes acreedores al generoso sistema social. De entrada las madres de estos niños pueden recibir hasta 300 euros al mes.

No es altruismo el motivante este extraño filántropo sino la venganza. Hass quiere propinar una lección al Estado alemán y vengarse por una sanción que trastornó su vida. Por ofrecer asesoría legal sin tener una preparación en regla de abogado el Estado alemán lo acusó de fraude y le impuso una multa de 100.000 euros. Haas acabó en la cárcel, e insiste que el castigo fue injusto. Su vida quedó arruinada. A tal grado que intentó suicidarse. Posteriormente se prejubiló a los 38 años y ahora vive con una pensión de 1.000 euros al mes.

Empezar de nuevo

El hombre de 56 años quien era originalmente vendedor de seguros se repuso finalmente del golpe. Haciendo alarde de su gran vocación por el derecho descubrió una falla a la reforma a las leyes del derecho infantil introducida en 1998. Dicha reforma permite que los hombres reconozcan la paternidad siempre y cuando la madre del niño otorgue su consentimiento y no haya otro hombre que reclame el mismo derecho.

De esta forma, Haas quien vive holgadamente en Paraguay con su modesta pensión ha adoptado ya a más de 300 niños paraguayos. Su meta es llegar, por lo menos a las mil adopciones. Así Hass mata dos pájaros de un tiro. Ejerce represalias contra el Estado alemán mientras hace una obra altruista ayudando a cientos de niños de madres de modestos recursos.

Niños de madres solteras

"Lo que paga el Estado en ayuda a las familias por un solo hijo es suficiente para que en Paraguay viva una familia de ocho", afirma Hass. El renano paraguayo no es el único que ha sabido sacar provecho a una laxa legislación. Amparándose en las mismas leyes un desempleado de Berlín-Neukölln ha adoptado a decenas de niños de madres solteras de Bosnia y Vietnam, unos 10 niños al año. Eso les abre el camino hacia la residencia alemana. Las autoridades estiman que tan sólo este caso cuesta al Estado medio millón de euros al año.

La felicidad paterna podría terminar pronto. La ministra de justicia, Brigitte Zypries prepara una enmienda de ley que dará a las autoridades la herramienta legal para evitar este tipo de abusos a las leyes de paternidad.