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Diputados en Colombia

Eva Usi15 de junio de 2014

Los derechos humanos y los conflictos por la tierra son el principal interés de una delegación de diputados alemanes que recorren Colombia y México. "La paz en Colombia demorará años, pero se está por buen camino".

Campesinos protestan contra el gobierno de Bogotá.
Campesinos protestan contra el gobierno de Bogotá.Imagen: Reuters

Los temas que abordan durante su recorrido y lo que han presenciado durante su breve estancia en Colombia seguramente quedará en la memoria de los diputados alemanes por mucho tiempo. Una delegación de la Comisión del Parlamento alemán para la Cooperación Económica y el Desarrollo llegó el pasado 11 de junio a Colombia y viajará posteriormente a México. Encabezada por su vicepresidente, el diputado socialdemócrata Stefan Rebmann, está integrada por Heike Hänsel (La Izquierda), los cristianodemócratas Charles M. Huber y Georg Kippels, el socialdemócrata Manfred Zöllner y Peter Meiwald (Los Verdes). En conversación con DW, Stefan Rebmann habló sobre sus impresiones.

DW: ¿Cuál es el objetivo del viaje de la delegación en Colombia?

Stefan Rebmann: Tenemos encuentros con representantes de distintas organizaciones no gubernamentales y gubernamentales, de la Justicia y de la sociedad civil. Nuestro principal interés es el proceso de paz con un énfasis en los derechos humanos y el desarrollo social. También nos interesa la política medioambiental. Colombia es un país de una enorme diversidad natural, rico en recursos naturales, desde oro hasta carbón mineral, un país interesante para el cultivo de palma africana. De eso se derivan una serie de conflictos que han escalado en los últimos años.

El conflicto por la tierra es histórico en Colombia y un componente muy importante en las conversaciones de paz. ¿Que contribución puede hacer Alemania?

Alemania goza de una buena reputación en Colombia, incluso debido a nuestro desafortunado pasado. Se ha registrado en Colombia la manera como hemos manejado la justicia en relación a los crímenes y las víctimas durante el Tercer Reich, de cómo hemos trabajado en este conflicto incluso tras la reunificación alemana. Se espera que Alemania apoye de alguna manera con su experiencia. Hemos hablado con organizaciones que abordan la problemática de los desplazados, con familiares de desaparecidos, de secuestrados, de asesinados, de víctimas de ejecuciones extrajudiciales. Tuvimos oportunidad de hablar con el fiscal general, Eduardo Montealegre, y con representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores. Presenciamos un interrogatorio realizado a paramilitares detenidos que confesaron al fiscal general crímenes brutales. Fue una consideración que se nos permitiera estar presentes en ese interrogatorio, pero lo que escuchamos no se borra fácilmente. También tuvimos la oportunidad de hablar con paramilitares desmovilizados, nos platicaron sobre sus motivos para convertirse en paramilitares. Reconocen su culpa, pero a la vez son víctimas de la situación en la que se encuentra el país.

Un desenlace muy parejo entre Zuluaga y Santos.Imagen: picture-alliance/dpa

Este domingo hay elecciones, ¿qué es de esperar?

Lo que para nosotros es importante es que, más allá de quien gane las elecciones, continúe el proceso de paz. La población anhela profundamente la paz. Estamos en la región de Catatumbo, donde habitan unas 285.000 personas, la mayoría campesinos, aquí hay miles de víctimas de desplazamientos forzados, de violaciones sexuales, de torturas brutales.

¿De qué manera cree que el desenlace electoral afecte el proceso de paz de cara a la situación que viven las víctimas?

Se espera un desenlace muy parejo entre Zuluaga y Santos. Es muy importante que la comunidad internacional, y también Alemania, establezca una clara señal a favor de la paz y la reconciliación, independientemente de quién gane. No hay alternativa al proceso de paz. Los problemas en Colombia no se resuelven con el uso de la fuerza y la violencia. Este país tiene una dolorosa historia de más de 50 años de una violencia que nosotros no podemos ni imaginarnos. La población necesita ver una perspectiva de futuro. Se puede presionar a nivel político, pero al mismo tiempo podemos manifestar al país nuestra disposición a acompañarlos en este difícil camino. Visitamos al obispo de Cúcuta, Monseñor Julio César Vidal, una persona impresionante, que por su personalidad y su compromiso social goza de un gran respeto entre la población, se puede confiar en su labor a favor de la reconciliación y el trabajo del conflicto. Consideramos que es muy importante respaldar a las organizaciones católicas como Cáritas, que hace un trabajo importante en Colombia, pero también a otras organizaciones no gubernamentales que trabajan a favor de la paz. Tengo la impresión de que necesitamos una paciencia estratégica, quiero decir con ello que demorará años para que en la región verdaderamente se establezca la paz. Pero se está por buen camino.

¿Qué necesita Colombia para que sea posible esa paz?

El país necesita una reforma agraria. Cuando se analiza el conflicto, siempre tiene que ver con el acceso a la tierra y a los recursos naturales, ya sea a tierras fértiles o materias primas. Por eso es necesaria una reforma agraria. Hay mucho que hacer en ese ámbito. Pero considero que el país también necesita apoyo en la construcción de estructuras estatales fuera de las grandes ciudades. Vigilar que no sean corruptas y que ejerzan la fuerza del Estado, ya se está haciendo un esfuerzo enorme en este sentido, pero todavía se encuentra en papel, hay que ponerlo en marcha en las regiones.

Nariño, localidad marcada por la violencia.Imagen: NCR

En México la delegación que usted encabeza se ocupará de temas como energía, cooperación al desarrollo y derechos humanos. ¿Nos puede precisar un poco más?

También en México abordaremos los derechos humanos. Cada año desaparecen miles de personas sin dejar rastro. Ahí también el acceso a la tierra es motivo de conflictos. Nos ocuparemos de temas como eficiencia energética. La Ciudad de México tiene 30 millones de habitantes, allí esta cuestión es muy importante. También en México hay enormes yacimientos de materias primas, carbón, e hidrocarburos. Nos informaremos sobre estas cuestiones a través de encuentros con distintas organizaciones, hablaremos con organizaciones pro derechos humanos, con víctimas de desalojos y despojos de tierras. También hablaremos con representantes del Estado y de la industria. Otro tema importante en México es la contaminación del agua. Hay grandes empresas químicas que consumen una gran cantidad de agua, que han provocado prácticamente la muerte biológica de regiones enteras. Nos reuniremos con representantes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, con responsables de la cooperación al desarrollo y diputados mexicanos. Visitaremos proyectos de represas. Trataremos un amplio espectro de temas, como siempre.

¿Cuál será el mensaje que transmitirá a sus contrapartes mexicanos en materia de derechos humanos?

Habrá que reiterar que los derechos humanos hay que respetarlos, que desde nuestro punto de vista éstos no son negociables, pese a que se vean como prioritarios los intereses empresariales. Que también hay que considerar el derecho a la consulta que tienen las comunidades, ahí en donde hay recursos naturales, materias primas, donde grandes consorcios tienen intereses y beneficios, donde unos cuantos se ven beneficiados, pero la población queda excluida. Ahí la cuestión es deliberar cómo se puede hacer partícipe a la población, hacer que sus derechos sean respetados. Eso lo vamos a manifestar. Para eso justamente viajamos a México, para hablar con los afectados y darnos una idea de la situación actual.

¿Por qué decidió la delegación viajar a Colombia y a México ahora?

En nuestra Comisión hacemos viajes regulares y deliberamos previamente qué región queremos visitar. Nos pusimos de acuerdo sobre los temas que queríamos tratar y decidimos viajar a Colombia y a México. Hace tiempo que no había un viaje a Colombia y es un momento importante debido a las elecciones. Hace poco viajó una delegación a Brasil. Entonces no podíamos ir ahí y menos ahora durante el Mundial de Fútbol. La opinión pública alemana no hubiera visto con buenos ojos que una delegación de la Comisión para la Cooperación Económica y el Desarrollo del Parlamento alemán, fuera precisamente ahí ahora. Habría pensado que fuimos a ver los partidos, aunque nuestra ruta hubiera sido una completamente distinta a la del torneo.

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